El fin de una anécdota

La llegada

Viernes 24 de agosto del 2005 a las 16:34 hrs. una figura alta de porte musculoso con un traje de negro, una camisa blanca, un sombre negro y lentes obscuros entra por la puerta principal de la casa, el joven ve a esta persona con cierto miedo, sus ojos se volvieron blancos por un momento, comenzó a  sudar y su corazón le latía tan rápido que sentía que en cualquier momento se partía, comenzó a caminar con una mira seria y amenazadora, comenzó a bajar las escaleras con cierta rudeza, al ver a el chico de 15 años simplemente extendió su brazo con unas manos impresionantemente fuertes. Daniel el chico se veía tan pequeño a comparación de la figura que tenía al frente, en ese mismo momento el señor con fuerza dijo lo siguiente: - ¿Cuanto tiempo?, Daniel - con una voz tan cortante y seria que le congeló la sangre del terror que le provocaba, sin embargo con un fuerte nudo en la garganta le contestó: - ¿Como estas?, Pa...padre -, en ese momento el clima se volvió tan tenso y tan pesado que ni una alma se pensaba colocar en medio de estos dos.

- ¿Qué, no piensas en invitarme un vaso de agua?, después de 5 años de no vernos - le dijo a su hijo, en unos cuantos segundos de un incómodo silencio, producido por su encuentro, del miedo solo pudo aceptar  con la cabeza e inmediato comenzó a caminar evitando la mirada que este tenía sobre el joven. Poco tiempo después salió la tía de daniel. con una cara sonriente y entusiasta, diciéndole: -  ¡has venido! -  con fuerte abrazo, recibió le ofreció pasar a la cocina para invitarle un plato de comida. - en cuanto escuche todos los problemas que te provocaba mi muchacho  vine en seguida para darle, una corregida - le dijo a su cuñada hablando de la razón por la que había llegado.

        - Y esta vez por ¿cuánto tiempo piensas quedarte? - la pregunta la realiza porque el padre de daniel no era de quedarse mucho tiempo, lo máximo que llegaba a estar en un lugar era 1 año o 2, mientras tanto Daniel se escondía en un rincón de la habitación evitando verlo, pero alcanzaba a escuchar la conversación esperando que su tiempo de estadía fuera corto, pero las palabras de su padre hicieron que no pudiera soportar más el llanto. 

         -  Esta vez no pienso volver a salir, pienso que es tiempo de hacerme responsable de ese hijo mío que se ha vuelto tan problemático, cosa que me sorprende porque cuando era niño, era tan tranquilo, y callado, pero tal vez solo es necesario volver a darles lecciones de conducta como de pequeño-

           - Hay que bueno, ya no se que hacer con ese, chamaco, es muy grosero nunca se donde esta, nunca ayuda en casa y nunca tienes buenas calificaciones. no como su mamá, que siempre era tan responsable, tan trabajadora y era muy inteligente, si tan solo tuviera un poco de ella, sería otra cosa. Que lastima que Alejandra nos abandonara tan pronto, y ahora soy yo quien tiene que sufrir con el monstruo que dejó como hijo  -.