—¡Una chica! —exclama Mineta con su típico rubor en las mejillas, tratando de colarse entre sus compañeros que están desnudos. Cosa normal considerando que son las duchas.
Shōto deja de acomodarse la camisa bastante intrigado. Ve que sus compañeros corren al interior de la habitación emocionados. ¿A una chica se le ha ocurrido meterse a las duchas de los chicos?
Quiere descifrar eso.
Ni bien vestido ni bien desnudo, camina al interior un poco más despacio que sus compañeros. Ser alto servía de mucho, así que también puede saber qué sucede.
La chica en cuestión les da la espalda, está lavándose el cabello que intuye le llega por debajo de los hombros. Es rubia, de un tono de piel claro, bastante lindo. Al caerle el agua tibia en el cuerpo, la tiñe de un ligero rojizo, al parecer es sensible al calor.
—Parece que no le importa que la veamos... —susurra Denki a Hanta, quien está ligeramente sonrojado por dicha belleza en el baño. No quería serle infiel a Mina, su novia, pero mirar no era considerado un pecado mortal.
—Qué curvaaaas —susurra Mineta babeando tratando de tocarla cosa que Shoji impide tomándolo de los hombros. De ninguna manera podrían permitir que aquel pervertido la tocara.
—¿Quién será? —pregunta Tokoyami tratando de desviar la mirada pero realmente no puede evitar seguir viendo a la chica preciosa que se baña delante de ellos. Incluso el propio y recatado Tenya no podía desviar la mirada.
Parece que no le importa que la vean porque no se ha dado cuenta de lo mucho que la observan.
De pronto, ella se dobla por completo con los ojos cerrados tallando sus piernas dejando una clara vista de su sexo. De inmediato, el hijo del número dos (porque el que haya tenido el primer lugar recién era porque el símbolo de la paz se había retirado) hace una pared de hielo junto con Hanta, quien esparce cinta a los ojos de sus compañeros para que eviten mirarla de más.
—Suficiente, esto no es para nada masculino —habla Eijirō quitándose la cinta de los ojos regresando en razón, girándose a ver a sus compañeros.
—¡Yo quiero verla! —exclama Mineta tratando de escalar el muro de hielo que Shōto había creado.
—No, ni ha... —Shōto se ve interrumpido por un grito bastante agudo. Se trata de la chica que está del otro lado del muro.
—¡¿Qué mierda es esto?! —exclama ella. Por lo distorsionado que se ve de su lado del muro, intuyen que se mira de pies a cabeza—. ¡Joder, agh! —Explosiones.
No podía tratarse de...
Inmediatamente se hacen para atrás por acto reflejo.
—¡Mataré a quien se haya atrevido a jugarme esta maldita broma! —Como si nada, se abre paso por el muro de hielo con una explosión no tan potente como alguna vez hizo. Katsuki Bakugō, el más malhumorado entre los chicos, había sido tocado por un extraño quirk convirtiéndolo en una chica—. ¡¿Quién putas se ha atrevido a jugarme esta vil broma?! —exclama sin siquiera importarle taparse sus partes íntimas.
Mineta cae desmayado tras un terrible sangrado en la nariz junto con Denki. Los senos voluminosos y firmes que ahora Katsuki poseía, habían sido motivo de su desmayo.
—¡No miren, eso no es nada masculino! —exclama Eijirō con un rubor intenso volteándose para no mirar a Katsuki, su mejor amigo.
—Bakugō, ten. —Shōto se ha quitado la camisa que traía mal puesta y la coloca en los hombros de la rubia—. No puedes estar ahí exhibiendo tus atributos femeninos.
—¡Tú! —exclama con furia—. ¡Tú fuiste el que hizo todo esto! —le empuja y se le tira encima, dispuesto a ahorcarle.
—¡Bakugō! —exclama Shōto ligeramente sonrojado. Sentía con claridad el sexo que ahora tenía Katsuki sobre su parte íntima y el hecho de que se removiera sobre él era peor dado que la humedad de su cuerpo sólo hacía peor las cosas.
Un rubor nace en las mejillas de Katsuki—. ¡Pervertido extra!
—¡Kacchan! —exclama Izuku abrazándole por detrás, tapando su cuerpo con la propia camisa que Shōto le había puesto. Le hace para atrás y desde esa posición le abotona para evitar que se siga viendo parte de su cuerpo—. No seas imprudente, no puedes estar desnudo frente de nosotros estando así.
—¡¿Ah?! —exclama Katsuki irritado—. ¡Que me hayan puesto una vagina no me hace menos hombre!
—¡Kacchan, por favor! —Insiste Izuku. Sus demás compañeros desvían la mirada de lo bien que la camisa le da forma a su cuerpo.
Era inevitable que se moldeara al cuerpo de Katsuki debido a la humedad volviéndola casi transparente, dejando nada a la imaginación y sus curvas demostraban qué tan bien había quedado en aquel cambio que nadie percibió. Podían notar los pezones erectos de Katsuki debido al frío del muro que estaba detrás. Estaban siendo unos morbosos, así sin más, aunque también la duda entre todos los pares de ojos era evidente.
¿Por qué Katsuki y por qué exactamente en el cuerpo de una mujer?
—Ustedes son extraños, como si nunca hubiesen visto a una chica —reclama Katsuki tapándose el busto con ambas manos.
—Blasty, tranquilízate. —Sigue Eijirō con una toalla ajustada a las caderas. Aún a pesar de que su mejor amigo fuera hombre, el hecho de que le hayan convertido en una chica cambiaba un poco las cosas. No podía estar delante de él desnudo, sería poco masculino de su parte, aunque quizá estuviera exagerando.
—Ugh, suéltame, nerd. —Katsuki se abre paso entre sus compañeros. Va a su casillero para sacar su ropa, trata de ponerse sus boxers pero le queda flojo del frente.
Maldita sea, ahora debe de lidiar con una estúpida vagina.
—Deberíamos notificar esto a Aizawa-sensei —habla Tenya tratando de recobrar la razón, todos asienten con la cabeza, es un hecho impactante del que apenas iban cobrando el sentido.
Por mucho que quisieran seguir observando a Katsuki en su cuerpo femenino desnudo, no podían permitirse ese lujo.
Aunque claro, algunos habían tenido más suerte que otros, como el propio Shōto que lo había tenido arriba de él o de Izuku, quien sin querer también recorrió su cuerpo cuando le abotonaba la camisa.
Las cosas iban a cambiar, sin duda alguna.
Ahora Mineta no era el único pervertido.
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