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No soy suficiente.

Pero...

Me gusta, me gusta mucho.

Pero no lo se, no estoy segura.

El mira la ventana, tratando de observar a través de esta.

Sonríe y luego ríe.

Si tan solo fuera así de fácil para mi...

Se gira y me mira.

Siento como el corazón me va a mil por hora, al ver su delicada sonrisa.

Me mantiene la mirada por un tiempo más, pero al no saber que hacer, me decido por apartarla.

Hace ruidos, supongo que para llamar la atención.

Vuelvo a fijar mi vista en sus preciosos ojos café, sintiendo como algo se derrite dentro de mi cuerpo.

El no los aparta y me dedica un guiño. Inmediatamente la sangre sube a mis mejillas.

Me río nerviosamente y aparto mi mirada de su tan perfecto rostro.

Un nudo se forma en mi estómago por alguna razón. Sentí unas horrible ganas de vomitar, pues tome desayuno y no estaba acostumbrada a ello.

Pedí permiso para levantarme e ir al baño. El profesor solo asintió y yo me limite a dirigirme a este.

Al entrar me encerré en un cubículo, amarre mi cabello y le di una sacudida a mis manos.

Luego me arrodille delante del WC, lleve mis dedos a mi garganta para poder liberar mi desayuno.

Tres masitas y unos sorbos de leche.

Soy una gorda, no aguanto sin comer.

Reí amargamente y tire la cadena.

Salí del cubículo y lave mis manos, rápida y desesperadamente.

<<Yo sabia que nunca iba a ser buena para nadie.>>

Me solté el cabello, lo esponje un poco.

Mire el espejo encontrándome con mi reflejo.

Saque mi pequeña navaja de mi zapatilla y me levante las mangas de la campera.

Pequeños sollozos escapaban de mis labios.

Uno, dos, tres.

Tres cortes no tan profundos, pero que de igual manera dejaban escapar un poco de sangre. Tome de mi sostén mis "curitas de emergencia", me coloque dos, baje las mangas de mi campera y salí del baño.

Al salir me sorprendió lo que vi.

El chico dueño de los preciosos ojos café, dueño de una dulce sonrisa y sobre todo, dueño de mi corazón -aunque ni el lo supiera-. Se acerco a mi y extendió sus brazos.

No me acerque, por miedo.

Pero luego el me envolvió con sus brazos y me beso la frente.

Después de un momento de quedar paralizada, me decidí por envolver mis brazos alrededor de su cintura para acercarlo mas hacia mi.

Presione mi cabeza en su pecho e inspire su perfume. Lo abrase mas fuerte aun, si es que era posible.

Un cálido abrazo, yo no solía recibir muchos de esos.

Volvió a besar mi frente y luego me susurro "Ya no sufras, yo te comprendo y se por lo que pasas".

Lo apegue aun mas a mi cuerpo, por el miedo de que se valla y me deje sola, y comencé a llorar en su pecho.

Se alejo un poco y me dio un beso en la punta de la nariz, para luego presionar mi cuerpo con el suyo y luego me susurro "A partir de ahora yo siempre voy a estar para ti".

Help me outDonde viven las historias. Descúbrelo ahora