Disclarmer: Los personajes y el universo de este fanfic no me pertenecen a mí, sino a la querida y adorada Rumiko Takahashi. Esta historia fue escrita para divertir y entretener.
He aquí un pequeño oneshot (en dos partes) sobre mi personaje preferido del anime/manga de Rumiko Takahashi Inuyasha: Koga, el líder de los demonios lobo del Oeste. Espero que os guste ^^
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-.-El Corazón de un lobo-.-
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1.
Fuera de la cueva la tormenta continuaba maltratando al bosque con una furia casi animal.
Aunque estaba a una profundidad considerable de la entrada, Kagome podía escuchar la violencia con que arremetía contra los árboles. No había truenos, pero las embestidas del viento y sus furiosos aullidos eran casi igual de aterradores aquella noche. Las ráfagas de agua golpeaban la roca sobre su cabeza y hasta ella llegaba esa sensación de frialdad.
Su ropa aún estaba mojada; la veía totalmente aplastada por el peso del agua, extendida junto al fuego de la pequeña fogata que tenía delante. Y de vez en cuando oía distintos sonidos de goteo, provenientes de los diversos rincones de la cueva por donde se estaba filtrando el agua.
Cada pocos minutos sentía un nuevo y aún más potente escalofrío que agitaba su cuerpo enfermo. Notaba la punta de su nariz congelada, así que trató de hundirla en las pieles que cubrían su cuerpo semi desnudo y pudo percibir algo de calidez. También le llegó un olor potente de aquellas pieles; era un aroma muy familiar para ella, el del bosque. Se había acostumbrado a él desde la primera vez que viajó al Japón Feudal gracias al pozo del Templo de su familia. Todos los viajes y aventuras que había vivido allí habían sido al aire libre, en la naturaleza más pura, esa que en su época moderna comenzaba a escasear.
No era el olor de Inuyasha; él tenía su propio olor, tan fuerte y característico que ni siquiera el del bosque podía empañarlo.
Lo que apreciaba en esas pieles era la madera centenaria de los árboles, una exótica combinación de plantas que se le hacía conocida y desconocida al mismo tiempo, el olor almizclado de los animales salvajes... esos solo eran los que podía identificar. Porque si respiraba hondo (con las escasas fuerzas que le quedaban) podía captar más cosas. Le parecía percibir el olor del viento que cortas con tu cuerpo cuando vas saltando a toda velocidad, el del agua que fluye muy fría por un arroyo que rozas con el dorso de la mano para refrescarte la nuca un día de calor. El del sol... cuando más caliente llamea y te ciega tanto que te obliga a cerrar los ojos y caminas sin ver lo que tienes frente a ti.
Por supuesto no podía "oler" esas cosas, pero era capaz de adivinarlas. O quizás sería que eran cosas que su mente asociaba al dueño de esas pieles y por eso su olor se lo recordaba.
¿Así huele un lobo? Se preguntó, ensimismada, con los ojos fijos en el techo de la cueva. Sus manos sujetaban el borde de las pieles suavemente a la altura de su nariz.
La hundió de nuevo y aspiró. Le gustó ese olor, era varonil y reconfortante, tan confiable. Y la calidez que desprendía la piel era más suave de lo que nunca habría pensado. Al principio le había dado vergüenza quedarse solo con la ropa interior bajo ella, pero él tenía razón; la única forma de que su uniforme se secara era quitárselo y ponerlo cerca del fuego.
De algún modo, notaba el frío que provenía del exterior y se le erizaba la piel de los brazos; pero por otro estaba envuelta en esa hermosa calidez de las pieles y de las llamas danzarinas del fuego, con su tenue crepitar.
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El Corazón de un Lobo
FanfictionOneshot (en dos partes) de Inuyasha. Durante una terrible tormenta Kagome se separa de sus amigos y acaba perdida y enferma en el bosque. Por suerte, no tarda en ser encontrada por alguien que siempre piensa en ella y la lleva hasta una cueva para c...