Prólogo

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Steve se encontraba en el sillón de su casa mientras bebía café y recordaba sus aventuras con los vengadores, solo habían pasado unas semanas desde la lucha final pero ya echaba de menos a sus antiguos amigos.

-¡¡Steve!!-

El rubio subió alarmado las escaleras, temía lo que le pudiera haber ocurrido a su mujer en estado.

-¿¿Peggy estás bien??-

-¡¡¡Steve socorro!!!-

El capitán derribo de una patada la puerta de la habitación principal.

-¡¡¡Suéltala!!!-

Una chica de aparentemente dieciséis años sujetaba con fuerza una daga en el cuello de Peggy. Tenía el cabello castaño oscuro y sus ojos eran de un azul intenso, su parecido con el difunto Iron Man asustó a Steve.

-¿¿¡¡Quién demonios eres!!??-

-Mi nombre es Artemisa Maria Rogers Stark-

Steve se volvió pálido y sus labios no podían articular palabra alguna.

-Vuestro arrebato egoísta está destrozando mi universo-

El mayor salió de su trance y miró furioso a Artemisa.

-¡¡Mientes!! ¡¡¡Devolví las gemas del infinito!!-

-Qué necio eres de joven. Navegar entre los distintos riachuelos del tiempo trae sus consecuencias y las estamos pagando nosotros-

-¡¡¡Está bien!!! ¡¡Te ayudaré pero deja a Peggy!!-

Artemisa soltó a la mujer y miró a Steve fijamente.

-Ven, toma mi mano-

-¿Qué pretendes hacer?-

-Viajaremos setenta años hacia delante, necesito a todos los vengadores originales para rescatar a mi gente-

El rubio tomó la mano de la contraria con inseguridad. Sus ojos se desviaron a la gema negra que colgaba de su cuello.

-Sí te preguntas que es esto, es nuestro billete del tiempo-

Y dicho esto, ambos desaparecieron entre las sombras, teniendo como único testigo a una mujer presa del pánico y la desesperación.

Este no es el final (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora