04 || No more information

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A Taehyung no podía gustarle Jungkook.

No podía porque... pues porque sencillamente así era. En primera, porque jamás lo había visto de frente ni habían cruzado palabra y sentirse atraído por alguien a quien sólo había visto a través de una pantalla sonaba demasiado fantasioso incluso para él, que tenía a miles en el mismo plano y ni los tomaba en cuenta.

Pero más vacío y superficial, si, sobretodo superficial. ¿Qué tanto sabía, de todas maneras? Si él sólo se dedicaba a apreciar su bonito rostro y su adorable sonrisita de conejo. Ah, y su infantil risa, ¿cómo olvidar su risa?

Su cerebro estaba al tanto, pero otro de sus órganos no parecía entenderlo.

Pasando al segundo punto; era un idol, su carrera estaba en uno de sus mejores momentos y su contrato tampoco lo dejaba pasar completamente ileso. Seokjin y Jimin también confiaban en él, e incluso si estaba seguro de que su apoyo sería incondicional al respecto lo cierto es que no podían sólo decidir las cosas por su cuenta.

El precio de la fama, ¿eh?

Pero él debería poder escoger.

Triste, de cualquier manera.

El tercer punto lo saboreó porque no le quedaba más remedio. Incluso si era un enamoramiento llano y seguramente se le pasaría poco después —salvo que no se sentía como si fuese a pasársele poco después, igualmente, ¿no era así todo el tiempo?—. Sin embargo, Jungkook seguía siendo un chico.

Un chico.

Y que le llamara la atención de ésa manera alguien de su mismo género no estaba bien.

Socialmente hablando, claramente.

A Taehyung poco le importaba, pero dudaba seriamente que el resto fuese comprensivo o tuviese la mente tan abierta como él. Aparte de que Jungkook realmente no le gustaba y eso sí que era bueno, porque Taehyung no era el tipo de chico que se guardaba sus sentimientos y eso en definitiva sería un tanto peligroso para él.

No obstante, cuando finalmente tuvo un descanso luego de estar ocupado por semanas debido a su trabajo y pudo volver tranquilamente a su pequeño pasatiempo de ver a aquél castaño que-no-le-gustaba-en-absoluto sólo para descubrir que hacía demasiado que no publicaba nada nuevo, su expresión se volvió en una mueca de extrañeza y decepción. Decepción palpable, pero más que nada extrañeza.

Taehyung se dedicó a esperar los días que siguieron, sintiéndose un poco más raro cada vez porque Jungkook usualmente se aparecía una o dos ocasiones por semana. Más el tiempo continuó transcurriendo y no hubo ni señales de humo de parte del más pequeño.

Y él, tarde se dio cuenta, de que realmente no debía gustarle Jungkook.

Pero, sin embargo, así era.

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Taehyung estaba hundido en el asiento a su lado cuando Jimin lo volteó a ver, hacía un rato que habían bajado del avión y ahora se encontraban en el auto que los llevaría al hotel donde se quedarían un tiempo. Le miró por inercia, porque no tenía mucho más que hacer, pudo haberse quedado observando el paisaje a través de la ventana, pero estaba agotado de eso y parte de él aún mantenía buena porción de Busan en sus recuerdos.

Se sintió sorprendido cuando les dijeron que grabarían su próximo video en su ciudad natal, quizás un poco feliz, pero incluso si lo primero que le atacó al llegar fue la nostalgia, ahora sólo se mostraba cansado por todo el ajetreo.

Taehyung, en cambio, simplemente se veía perdido. Perdido, apagado, tal vez hasta desanimado. No lo entendía, pero habían pasado días desde que se había dado cuenta y estaba por demás decir que ver al rubio de tal forma era poco común aún si el trabajo no les dejaba tiempo para pensar en algo que no fuesen coreografías, voces afinadas y presencia perfecta.

Y Kim todavía no le había comentado nada, pero Jimin comenzaba a sentirse impaciente y preocupado por él. Quizás sólo era el trabajo y le estaba dando muchas vueltas. Pero seguía siendo su mejor amigo, así que tampoco había mucho más que pudiese hacer.

Pensó en hablarle, pero el chico estaba distraído mirando la pantalla de su celular y también tenía sus audífonos puestos, por lo cual dudaba que escuchase su voz en ése momento.

Le echó una mirada discreta a la pantalla del teléfono, sólo por curiosear. Y sus cejas se elevaron por si solas al percatarse de que nuevamente estaba viendo uno de ésos videos de aquél niño que cantó para él. Y fue su frente la que terminó por arrugarse al verificar por enésima vez el rostro de su compañero. Porque Taehyung estaba viendo a Jungkook en su teléfono y Jimin nunca lo dijo en voz alta, pero incluso para él no pasaba desapercibido el curioso brillito que se apoderaba de sus ojos cada que lo cachaba en eso.
Pero ésta vez no había nada, ni un atisbo. Y eso fue misterioso y quizás hasta alarmante, porque Taehyung no tardó en bajar el aparato en medio de un suspiro pesado y el video ni siquiera había terminado.

El auto se detuvo en un semáforo y él giró su cabeza a la ventana.

—Tae... —Jimin quiso hablar, pero el movimiento del contrario le dejó más extrañado de lo que ya estaba.

Taehyung había vuelto su vista a la pantalla con urgencia, como si acabase de descubrir algo, y Park supo que así era cuando segundos después también le mostró lo que estaba mirando.

—¿Es igual? —preguntó, casi desesperado. Sus ojos intercalando entre lo que había en el exterior del auto y la imagen pausada que mantenía en su celular.

Jimin sostuvo el artefacto y su cabeza se ladeó con interés pues aparentemente si era el mismo sitio. Lo sabía, la parada de autobús en la esquina se lo dijo en susurros, pero el grafiti para nada decente que radicaba en la pared tras ésta ciertamente se lo contestó a gritos.

—Así parece... —murmuró con ligera consternación, casi pareciéndole hasta chistosa aquella coincidencia.

Taehyung, muy a diferencia de él, no dio con ninguna gracia en su hallazgo. Su expresión se volvió más seria y su vista no se separó de aquél camino ni siquiera cuando tuvieron que dejarlo atrás porque el auto finalmente comenzó a moverse.

In your Voice • Jungkook/TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora