Despedida Efímera

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Mi padre y yo nos dirigimos a la casa de los padres de Raúl.

Aquel lugar siempre fue agradable y cálido, no como mi hogar, mi hogar era muy frío y seco. Sin embargo, por primera vez, sentí algo muy distinto en aquella casa. Era un ambiente muy lúgubre, sin duda, cualquiera que pasara cerca, sabia que algo no rondaba nada bien.

-Alexander.. Ho...Hola..-Era la madre de Raúl, Ophelia, sin duda una de las mujeres mas bellas que jamas había visto, y sin duda, la mas amable..

-Pasen por favor, Gr..gracias por venir, significa mucho para nosotros, era nuestro único hijo así que agradecemos que estén aquí, sobre todo tú Alex.... Su mejor amigo..

-En ese momento aquella hermosa mujer Rompió en un llanto desconsolada.

-Ophe.. Por favor, ya no sigas llorando - Hablo el padre de Raúl, Eduardo un hombre con una apariencia atemorizante pero sin duda, un hombre muy amable y gentil.

-Lo siento cariño-Replico Ophelia.

-Descuida querida... Disculpen lo que paso, es algo complicado para nosotros aún.

-No se preocupen -Comentamos al unísono mi padre y yo.

-Gracias por entender.

-Por supuesto.

Mi padre se quedo con los padres de Raúl mientras yo me dirigía con mucha tristeza y desconcierto a su ataúd, era sin duda una de las piezas mas finas que jamás hubiera visto, era un ataúd muy caro obviamente, estaba ornamentado en oro y plata. Su color negro hacía un contraste impresionante con las piezas de plata, por dentro era color rojo carmesí. Era sin duda, una obra de arte, aunque no era el momento de admirar eso.

Me dirigí hasta la parte donde se encontraba Raúl, sus ojos cerrados y los mas elegante posible para que no vieran su cuerpo tan maltratado.

-Raúl.... ¿Porque tu?, ¿Porque no me fui yo en tu lugar?, ¿¡Porque!?- Exclame con todas mis fuerzas rompiendo en llanto.

-El era mi único amigo, incluso, el me salvo de una golpiza a que día que lo conocí.

-Alexander, controlate- Dijo mi padre algo serio pero sin duda entendía mi dolor.

-Anda vamos, ya es tarde.

-Padre... Quiero quedarme aquí.-Le dije muy seriamente.

-¿En verdad deseas eso?, Bien, no te lo negare, pero primero me asegurare de que te quedes aquí sin problemas,¿De acuerdo?

-Si padre... Gracias.

-Aquel día me quede en el cementerio toda la noche, no comí ni bebí. Solo estaba ahí desconcertado y solo.

-Alex.. Es hora de partir- Dijo la madre de Raúl.

-E..es..esta bien.

Adiós amigo mio, Te juro que vengare tu muerte, aunque sea lo ultimo que haga y aunque sea mi ultimo aliento, lo voy a hacer.

Adiós Raúl.

Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora