Colores

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Hoy era el día en que todos me conocerían y por fin choquemos palabras o sentimientos todo puede pasar por aquí ante las presencia de otras personas que no conocíamos antes. Bien, quiero empezar por mi color principal e ir bajando con la degradación de cada de los colores y antes de ordenar todo, tengo que conseguir los objetos que deben ser indispensables para esta obra de sentimientos; Me dirigí a aquellas tiendas de pinturas gigantescas donde hasta tú puedes mezclar tus propios colores, opción que sin duda elegí, bueno... mis colores primarios ya determinados "rojo, azul y amarillo" tomé mi rojo y le puse amarillo haciendo mi naranja, tomé mi rojo y le agregué unos chorros de azul e hice mi morado, para terminar con mi azul y mi amarillo creando mi verde, ahora todos mis colores de este arcoíris estarían listos y sólo faltaría mi cloroformo para a completar todo, tenía que esperar al día siguiente para ir por mi  primer color pero no antes sin tomar sus lentes tan peculiarmente atractivos, primero vamos por sus objetos que marcan su color y después por las personas que les dan vida pensé en aquel momento cuando arreglaba mi mochila para de una vez por todas salir a tomar el camión, le hice la parada como todos los días y él ya estaba ahí para mi suerte iba solo pero yo lo veía algo deprimido, así que en cuanto bajo le dije un caluroso "Hola" la conversación se tornó amistosa al parecer él ya me había notado  antes lo cual me emocionó un poco saber que ya nos conocíamos siendo así simples compañeros de autobús... "es hora de quitarle su objeto preciado" me dije a mi mismo mientras a la vez le ponía el pie haciendo que cayera aquel muchacho "¡Una piedra!" Exclamé mientras recogía sus lentes y se los cambiaba por otros... "Aquí están tus lentes" le dije con seguridad, "Oh Oh ¡Muchas gracias..!" Ya despidiéndose para retomar el camino a su colegio.
Correcto, objeto uno tomado. Ahora conforme pasaba el día debía irlos recolectando todos y era en el siguiente orden "morado, azul, verde, amarillo y naranja", para mí verdaderamente buena suerte la chica anarquista de mechas moradas se sentaba adelante de mí, entonces sólo era cuestión de cortarle un mechón mientras yo le "cepillaba" el cabello lo cual sentía que sería bastante fácil de conseguir... "Hola...¿Qué tal?" Le dije con seguridad y motivando a la conversación a ser más interesante para alguien como ella que al parecer la mayoría de las cosas le aburren para ser alguien con temas tan delicados como la religión, política y feminismo, entonces de ello comenzamos a hablar y en realidad lo que hizo que yo le agradara fue el hecho de siempre estar a favor de lo que ella estaba a favor y en contra de lo que a ella le parecía estar en contra... era simplemente increíble como a una persona desconocida le pudiste agradar en unos cuantos segundos con tan sólo quedar bien, pero era hora de preguntar... "oye que linda cabellera tienes, me gustaría cepillarla ¿me lo permites?"... "¡Claro!" Exclamó ella, así yo sacando mis tijeras y mi cepillo comencé a hacerle plática en lo que yo le acomodaba el cabello para cortar unos cuantos mechones y acomodarle la cabellera sin que ella se diera cuenta... "Bueno me tengo que ir se me hace un poco tarde" le dije mientras me despedía e iba a las escaleras para encontrarme con el chico de la mochila azul sólo faltaban unos cuantos segundos para verlo y decir... "Hola" le dije con un tono agradable cuando él me dijo "perdón, tengo mucha prisa y quiero ir al baño" y aquí es cuando entraría yo "no te preocupes, ¿Quieres que te ayude con tu mochila para que sea más fácil" a lo qué él sin dudarlo ni un poco me la aventó y se fue al sanitario, aquí es cuando yo aproveche y me fui hacía la casa de la chica del cuaderno amarillo que lamentablemente vivía algo retirada de la chica del vestido verde... así que tendría tiempo para estar un poco con ambas para llegar con la señora y su jugo.
Tomé un tren hacía el Norte donde se encontraba la chica y su jardín de girasoles, y llegué justo a tiempo cuando sabía que ella dormía soñando en sus amigas cuando tomé su cuaderno y ella estaba a punto de despertar, me fui corriendo lo más rápido que pude para no ser alcanzado por ella, que al no ver su cuaderno comenzó a sollozar sinceramente en aquel momento era lo que menos me importaba ya que después los reuniría con sus objetos. "Pufff" suspire mientras tomaba el tren al Sur para llegar con la otra chica, en ese momento de agotamiento sólo pensaba en que cada vez eran muchas menos las cosas que me faltaban que en realidad el cloroformo sería eficaz pero necesitaba una camioneta para trasladar todos y cada uno de mis colores, eran al menos 7 colores con todo y sus objetos...
En cuanto llegue a la casa busque la manera en cómo saltar las rejas negras de una casa de adinerados que simplemente no pasaban tiempo con su hija, sabía que sólo estaban 3 personas en la casa... una ama de llaves, un perro guardián y la chica, así que lo primero era lidiar con la chica... pensé y pensé hasta que vi un árbol que podría escalar y así librarme de la ama de llaves con el perro fastidioso, en cuanto puse un pie en la alcoba el perro comienza a ladrar yo desesperado me metí abajo de la cama viendo cómo la chica lo callaba en lo que ella se despojaba de sus ropas para poderse duchar... disfrute tanto del paisaje hasta que cerró la puerta y yo pude reaccionar ante lo que pasaba, me levanté y sin dudarlo dos veces me dirigí a su closet pues tenía que tomar ese vestido de una vez por todas, busqué entre todas esas ropas cuando lo vi... un verde esmeralda que brilla en cualquiera que se lo pusiera en verdad era lastima que ella se lo hubiese puesto con el corazón hecho pedazos, pero bueno me dije ya no sufrirá por ello, dije así retirándome de la residencia.

Llegando a mi casa estaba hecho pedazos con el corazón de fuera y las palabras agotadas, lo único que quería era descansar cuando sabía que todavía faltaba un objeto más para terminar con esto, eran justamente las 3:00 de la madrugada cuando comencé a escuchar los llantos de la señora, sin duda esa era mi señal para entrar a su casa y volver a tomar su jugo de naranja, no era difícil siempre lo hacía así que una vez más no cambiaría las cosas pero en cuanto entre y tomé el jugo ella paró de llorar diciendo... "¿Quién anda ahí..?" Sentía como la sangre se me bajaba pues entonces era hora de correr, por suerte ella ya no veía muy bien y éramos vecinos así que fue sencillo alejarme a pesar de escuchar mis pasos cosa que en los otros días nunca había ocurrido, no comprendía como en ese momento mi suerte me tomó por sorpresa.

Ahora ya tenía todo, los lentes, el jugo, el cuaderno, el vestido, la mochila y sus mechones ya todo estaba en orden pero aún faltaba usar el cloroformo para tomar a los dueños de estás cosas, así que era hora de aventurarse por cada persona... era fácil sólo las sorprendía por detrás y ellos solos succionaban la sustancia mediante el trapo que yo previamente colocaba en sus narices, lo más difícil era cuando ellos caían al suelo pues tenía que alzarlos y meterlos cuidadosamente a la camioneta sin que nadie sospechara algo, ya cuando tenía a mis 6 colores juntos los dispersé y acomodé mediante su objeto, rojo, naranja, amarillo, verde, azul y morado así les puse a cada uno ropa completamente de su color y aquellos restos de su piel las pintaba del color correspondido lo más difícil fue cuando despertaron, a pesar de que no podían gritar... veía su cara al verme sonreír cuando a ellos poca vida les quedaba.

RainbowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora