Parte 1

34 6 0
                                    

Callie

Me dirigía hacia mi grupo de amigas las cuales no paraban de reír estridentemente, logrando atraer las miradas de todos a su alrededor. Bueno, así son mis amigas.

—¿Qué hacen? —digo.

Todas voltean a verme con una sonrisa de oreja a oreja, hasta que por fin se digna a hablar Alexa.

—¡Hola, Callie! —dice con entusiasmo —Ven, siéntate. Tengo que contarle algo a todas.

Hago lo que dice y espero con ansias su noticia.

Alexa es esa chica que siempre tiene algo que decir, bueno o malo lo dirá, porque es Alexa, creo que nunca la he visto vulnerable o humilla, así es ella.

—Bueno, como ya saben ahora tengo una nueva tía ¿o tíastra? —piensa por un segundo y prosigue —Bueno, no se.

Estoy casi 100% segura de que las tíastras no existen, pero no pienso interrumpirla.

—¿Saben lo que es un Sugar Daddy? —todas asienten en seguida, menos yo porque no se que es eso.

—Callie, ¿sabes lo que es un Sugar Daddy? —niego lentamente.

—Bien... un Sugar Daddy es un hombre mayor que te da regalos y todo eso a cambio de que tú complazcas ciertas necesidades, entiendes? —asiento lentamente.

—Ahora que todas saben, sigo; mi tía trabaja en una "agencia" que se llama Mansión de Princesas, esta se encarga de complacer los deseos de Magnates y CEOs que solo buscan compañía y algo más. Es parecido a un Sugar Daddy, y es un poco exclusivo, además la edad mínima para registrarse es de 35 años y la máxima de 45 años.

»El punto es que mi tía me a propuesto preguntarles si alguna quería anotarse para este proyecto en el cual está trabajando, ¿qué opinan? —la mayoría de las chicas empezaron a sonreír, excepto Candace y yo.

—¿En serio piensan comprarse por estos hombres? —dice indignada —¡Es como prostitución!

Candace es alguien que siempre alza su voz, que no tiene miedo de decir su opinión y es alguien muy segura de sí misma, por eso es mi mejor amiga.

Todas las chicas la miraron mal, básicamente Candace les estaba diciendo prostitutas.

—Si no quieres no lo hagas, pero no nos critiques a nosotras —intervino Adele.

Adele siempre ha sido esa chica que se deja manipular, pero más que todo se deja absorber excesivamente por Alexa.

—Adele, dejala. Si no quiere, que no quiera —por fin se escucha la voz de Brooke.

Brooke es una persona callada, siempre es la que mantiene los pies en la tierra, es muy inteligente y seria, pero cuando abre la boca rara vez es por algo bueno.

—Las que  vayan a meterse en la mierda esa que lo hagan y las que no, pues que no lo hagan —dice Brooke con una calma desconcertante—. Dejen de comportarse como perras estúpidas.

Después de ese sermón todas nos mantuvimos calladas para después volver a hablar tranquilamente. 

Yo no pertenezco a la mansión de princesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora