Rota. Así me siento cuando me entero que mi novio, la persona que ha estado en mi vida durante dos preciosos años y medio, me ha sido infiel. Ahí, los dos en la cama echados el uno al lado del otro. Yo lo notaba bastante raro desde que llegué a su casa, pero supuse que estaría cansado de la fiesta de la noche anterior.
Todo empezó haciéndole la típica broma de novia celosa, sin embargo, en este caso yo confiaba mucho en él y se lo preguntaba un poco buscándole las cosquillas.
-¿Qué tal la fiesta? ¿Te acostaste con alguna? - dije yo.
-No, no - dijo Noah.
-Bah, pero seguro que te liaste con alguna, ¿a que sí? - seguí con la broma añadiendo una sonrisa pícara.Pero... su silencio y una lágrima cayendo por su pómulo derecho lo delató, y ahí lo supe: me había sido infiel. El peor miedo que yo había tenido en dos años y medio, después de haber confiado por primera vez en él, incluso después de habernos comprado los anillos con nuestra fecha y frase grabados...
Dolor. No hay otra cosa como sentir que te falta el aire, que no puedes respirar. Estoy esperando una respuesta, un "es una broma, sabes que te quiero solamente a tí mi pequeña" como me solía decir, pero nada sale de su boca. Ni siquiera se mueve, sólo mira a sus manos que agarran su sudadera gris, esa que yo siempre me ponía cuando tenía frío.
Se me comprime el pecho y las lágrimas salen de mis ojos como propulsadas por mi sistema nervioso, intento retenerlas y ser una chica fuerte, pero es imposible. Noah, la persona más importante en mi vida hasta ese momento, me ha fallado.
No sé qué hacer, estoy totalmente paralizada, intentando asimilar que no es una broma, que mi novio me ha sido infiel. Me levanto de la cama y por lo bajo maldigo y me digo a mí misma que esto es una pesadilla, que esto no me está pasanso a mí y que es imposible de creer.
Me detengo en la puerta de su habitación y lo miro. Sigue con la mirada clavada en sus manos, como si intentara encontrar algún estímulo que le haga mover el culo de la cama. Reprimo mis ganas de ir y darle un bofetón, así que, en su lugar, su baño es el que sale mal parado. Entro al cuarto de baño y le tiro todos los desodorantes de un manotazo y empiezo a chillar y a sacar toda la furia de mi interior. Me hierve la sangre. Me siento traicionada, confundida, pero, sobre todo, rota.
Cuando vuelvo de nuevo a su habitación, él levanta la mirada, pero enseguida la vuelve a bajar, se siente culpable y con razón, me ha hecho daño.
-Mírame cobarde - le digo con un hilo de voz. No me hace caso y vuelvo a decir en un tono enfadado - ¡Mírame cobarde!
Y ahí está, su cara de culpabilidad, esos ojos rojos y llorosos, unas ojeras de no haber pasado una buena noche, sus facciones contraídas como intentando reprimir las lágrimas. Se ha cargado la relación, nuestra relación, al igual que la confianza, la que tanto nos había costando conseguir y mantener, en una noche se ha ido al garete.
-¿Cómo has podido? ¿CÓMO?
No puedo más, esta situación me está sobrepasando y mis piernas flaquean. Siento que si no me tumbo me voy a acabar desmayando, apoyo la cabeza contra la pared y me deslizo hacia el suelo acabando sentada sobre mis piernas, llorando a pleno pulmón y con la cabeza entre los brazos.
No lo veo, pero oigo el sonido de la cama y sé que se está levantando y camina hacia mí, se sienta en el suelo a mi lado pero no me toca, está a centímetros de mí. Se produce un silencio muy corto pero que me parece una eternidad. Cuando no me lo espero, suelta:
-Lo siento - ¿Lo siente? ¿Es todo lo que tiene que decir?
-¿Con quién fue? ¿Con Camila?
-Gara...
-¿Fue con Camila? - más silencio, me mira y me confirma con la mirada que sí.Más dolor. No sé ni lo que estoy haciendo, sólo sé que le estoy empujando y él no hace nada por evitarlo, sabe que se merece un buen cachetón, pero mi cuerpo no me deja hacerlo. Me levanto y salgo de su casa sin decirle nada más.

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A pesar de todo...
Novela JuvenilMuchos jóvenes piensan que su vida es perfecta: padres casados y con dinero, colegio prestigioso, amores de película, ropa de marca, fiestas lujosas, etc. Vivimos en un mundo en el que las personas valoramos poco lo que tenemos hasta que lo perdemos...