🌿One🌿

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-Quédate… porfavor…

Las palabras salieron casi quebradas en un suave susurro. De verdad sentía que iba a morir en ese momento, no quería perderlo. No podía.

-Lo siento Jimin…

No dijo nada más, salió de la habitación y se fue, todo era un caos en su mente y su corazón, calló de rodillas, y sus lágrimas no dejaban de abundar en sus ojos. Dejándose caer por completo, gritó, grito tan fuerte como pudo. Quiso sacar todo lo que sentía, de verdad quería sacarlo todo con sus gritos a medio terminar.

Le dolió a su pesar que Hoseok se hubiera ido, dejándolo así. Creyó no merecerlo, siempre trato de ser bueno, en todo.

Comprenderlo hasta lo más mínimo, no le hizo ninguna rabieta, tampoco le había celado, y menos reclamado por su tan apretada agenda de trabajo como ídolo, que no dejaba tiempo para verle y estar juntos.

Jimin siempre le entregaba las mejores sonrisas, las mejores que podría tener. Le espero tantas veces quedando solo por horas sin esperar en realidad que él más alto llegará con él, pero aún así, no perdía la esperanza de verle, aún que así fuese unos diez minutos. Porque el sería feliz con eso, de verdad bastaba que fueran solo diez minutos, porque comprendía que Hoseok podía estar cansado, y necesitaba su espacio cuando tenía tiempo libre.

Ni siquiera sabía el porque le había terminado. No le dio explicación, y tontamente tampoco pidió explicaciones.

La relación que habían tenido a escondidas de la farándula y los fans había durado cuatro años. Cuatro años en los que Jimin había hecho muchas cosas a parte de solo ser la pareja comprensiva y amorosa para Hoseok.  Pero tampoco importaba tanto, como él pensaba si ya no estaba con su Hobi.


Tres meses habían pasado de la ruptura entre Hoseok y Jimin. El menor tenía su propia línea de ropa, teniendo una tienda pequeña pero muy linda, y que era muy concurrida ya que en varias ocasiones le había hecho ropa a Hoseok y éste las había lucido a la cámara en sus salidas. Quizá no directamente dándole promoción a la marca de su novio. Pero, si tenía éxito su pequeño trabajo, era por su ex novio. Tampoco lo reprochaba era bueno. Aún que ahora se preguntaba quien podría modelar su ropa, subirla a sus redes sociales y que la compraran. Si lo hacía cualquier persona no tendría el mismo éxito y el lo sabía más que bien. Hoseok era famoso, y obviamente todo lo que usaba, sus fans también lo querían.

Jimin lloro toda una semana en silencio, bajo las sábanas de su cama, lamentando lo que no sabía que había hecho mal en su concluida relación. Pero luego de eso, se propuso a continuar trabajando. No había dejado de querer a Hoseok ni por error. Le vio en sus redes sociales con una chica, según la farándula era la nueva pareja. No quería ponerle importancia porque si lo hacía, de nuevo recaería, y no era lo mejor.

A pesar que su corazón dolía, y que le seguia amando a Hoseok  profundamente como la primera vez, no tenía porqué pensar en ello cuando ya habían  terminado.

Estando en su pequeño taller, escucho la puerta ser abierta, era su única empleada. Le sonrió y está entro totalmente.

-¿Qué pasa Byul?

-Hay alguien buscándote -La chica sonrió en grande.

-¿Quién me busca? -Jimin incrédulo preguntó sin intención de emocionarse al pensar que quiza, solo quizá podría ser él.

-Es Suga… -habló en susurro con una mirada pícara.

-¿Yoongi? ¿Min Yoongi? -pregunto sorprendido.

Jamais Vu (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora