Cuando entro se dio cuenta de que había una manzana sobre la mesa, aquella mesa qué le traía tantos recuerdos y dolor en su corazón, era inexplicable realmente todo lo que llegaba a causar esa... esa escena, y como no, ¿como no hacerlo? Si en aquella mesa hace tan solo una semana llacia el cadáver de su padre abrazado por el sombrío frio de la noche mientras el color carmesí de sus uñas se entrelasaban con la sangre de aquel corazón qué ya no palpitaba, era de esperarse todo el dolor causado durante tantos años había salido a la luz como un plan perfecto, es algo extraño narrar esta historia tal vez de una manera tan cruda pero no se merecía más, pues un alma tan vacía como la de aquel ser qué a si mismo se despresiava llegara a la hora de partir de los brazos de aquella niña qué alguna vez dijo amar, y si... Como lo oyen "DIJO" pues realmente nunca fue así, y es que el nacimiento de aquel sentimiento que recorría inaccesiblemente las venas de esa pequeña, fue tornandose denso, esto ya no era amor, ahora era una se citación indescriptible de odio, dolor, tristeza y decepción al ver que aquel hombre que con una caricia la hacía soñar con un super heroe qué siempre la cuidaría, ahora era su verdugo, aquel personaje qué se encargo qué para esa pequeña ya no hubiesen navidades felices, que para esa pequeña ya no hubiese un cumpleaños de la mano de su padre, con un personaje más ausente qué la felicidad que alguna vez logro sentir en su corazón.
Pero en realidad eso no es nada, que indescriptible fue el sentimiento cuando logro sentir apresionar el deseo de matarle, el deseo de devolverle el favor de hacer su vida a cuadros... No lo pensó dos veces después de verlo al pasar tanto tiempo volver a casa, esta vez ya no había a quien golpear, quien solía llamar su esposa había fallecido, y aquella pequeña qué con tanta alegría le llamaba papá, ahora tenia una familia, una de verdad, no un cuento de hadas ante la sociedad y un escalofriante cuento de terror en casa, no, esta vez no.
Definitivamente no iba a permitirle destruir nuevamente su familia, así que empuño un tenedor de asador en su mano derecha, levantandola tan alto que el EGO de aquel hombre tembló al ver la mirada de su pequeña tornarse desgarradoramente fría, y por fin sintió como poco a poco su vida se iba en aquellas delicadas manos qué alguna vez tocaron su rostro con ternura y entre valvuseos le decía adiós.
La sangre de aquel tipo corriendo por sus manos la lleno de satisfacción, pero en un abrir y cerrar de ojos se encontraba allí, justo al frente de aquella manzana qué sobre la mesa se posaba y de fondo la silueta de aquel hombre diciendo "perdón"
Eso, solo eso basto para que ella pudiese calmar ese agujero negro qué dentro de si sentía.
