Kim Seokjin odia su instituto, detesta ver a las chicas pasear sus faldas cortas donde puede verles lo mas impuro de sus cuerpos. Detesta ser uno de los primeros de la clase en alzar la mano por saber la respuesta de la materia y detesta ser el único que reciba la burla de sus compañeros por ello.
Detesta cargar la cruz en su cuello todo el tiempo, detesta tener que llevarlo hasta cuando esta bañándose porque su familia es la única cristiana de la zona. Y sobretodo, Kim Seokjin detesta a una persona.
Detesta a Kim Namjoon, el presunto “chico malo” que realmente no lo es, tiene buenas notas (no mejores que las suyas), tiene buena agilidad deportiva y escuchó el rumor que posiblemente le iban a dar la beca deportiva. Para casi todos los compañeros de clase Jin era un cero a la izquierda, alguien que tenía tan poca presencia que ni notarías que es tu compañero de laboratorio hasta ver que hizo la mezcla de químicos perfectamente sin dejar que el laboratorio explotase; pero había algo en Namjoon, un sexto sentido que hacía que sus ojos se posaran en él con un aire altanero seguido de una burla a su persona, a sus anteojos circulares estúpidamente grandes, a sus abundantes pecas que cubrían todas sus mejillas y puente de nariz y de su actitud tan tímida con las demás personas.
Si tan solo se metiera en sus propios asuntos, quizás su vida fuese menos miserable en clases, ¡Pero no! El chico malo tenía que hacerle la vida imposible con sus estúpidas preguntas. Y en ese mismo momento estaba presenciando una; ahí estaba él, tan impecable como siempre con su grupito de amigos estúpidamente atractivos. Llevaba su camiseta roja viva con la foto de una persona que ni él conocía, sus pantalones negros ridículamente ajustados se cernían a su entrepierna, asegurándose de mostrarle a todo el mundo que no tenía nada pequeño ahí abajo, sus zapatos que seguramente le costarían un pulmón por tenerlos y su oreja repleta de perforaciones con aretes que solo él podía lucir y no parecer el maricón del instituto.
—¡Eh! Jinnie~ —canturreó con esa voz melosa tan falsa que le dieron nauseas, ese mismo tono lo usaba con cualquier chica con bastante busto con tal de tenerlas haciéndole un oral en el segundo periodo de clases, ¿Cómo lo sabía? El muy cabrón llegaba al salón sudado con ese aire de “He tenido una mamada excelente” seguido de hacerle saber con un guiño burlesco— Estaba pensando un día... ¿Es verdad que los evangélicos como tu no se hacen una “ayudita” con la erección mañanera? Es verdad que siempre vienes con cara de querer destruir el mundo, ¡Es porque no te pajeas! ¡Venga hombre! ¿No quieres que te de unos contactos míos? Follan genial.
Y seguido del absurdo insulto a su religión, el par de chicas con sacos de arena en sus pechos se rieron, frotándose en cada brazo del moreno para solo hacerle acordar que eran unas reverendas put-
—¡Oh Joonie~! ¡No seas tan malo con el chico nuevo! Lo intimidas~ —canturreó una de las chicas con una sonrisa maliciosa.
—Llevo en este instituto desde hace tres años... —susurró con fastidio arreglando sus lentes de nuevo a la posición que deberían estar— Y he sido tu compañero de laboratorio desde el inicio Jessica.
Jessica volteó los ojos sin importarle mucho lo que dijera el castaño y esto le hizo hervir la sangre; muy bien que era tímido, pero en sus pensamientos podía maldecir, insultar y pensar lo peor de las personas sin ser molestado y así seguiría, puesto que esa chica insultando su poca presencia la hacía nada mas que una ramer-
—Te dije la propuesta Carrie, a ver si le das un ojo a mis contactos, quizás si pararas de ponerte esos suéteres de abuela y esos trágicos pantalones y... Te quitaras esa horrenda cara por una más accesible ellas te responderían —comentó Namjoon con una sonrisa.
—¡Que no soy Carrie White!
—Lo que digas Cassie~ tienes de nuevo sucio en los cachetes.
Y justo antes de poder seguirle el argumento sobre sus pecas, el timbre armonioso sonó, haciendo que el grupito se fuera desinteresado con Joon y sus zorras. Seokjin lo miró de reojo con una rabia contenida, aun no entendía como alguien tan estúpido podía saber tanto del personaje casi igual a él, mas bien, le sorprendía que Namjoon leyera novelas de Stephen King. Sobretodo esa siendo su favorita.
“Algún día te tendré rogando, estúpido. ¡Y para de sonreírme de esa manera, no soy una de tus zorras!”
Pensó frustrado al conectar ambas miradas, le había dado de nuevo esa sonrisa que revelaba sus hoyuelos orgulloso, la misma sonrisa de “haber recibido un oral fabuloso” haciéndole sentir incómodo en su puesto, al ser el primero en desviar la mirada, comenzó a sacar su cuaderno de anotaciones; sintiendo a una persona sentarse al lado de él.
El olor a colonia varonil le invadió sus fosas nasales y supo de enseguida de quien se trataba, quizás el único verdadero amigo que tenía.
—Adivina a quien me follé anoche —susurró.
Jin no supo si era su cara o su cruz que le hacía ver como un chico dispuesto a escuchar la vida sexual de cualquiera, Es que tenia un cartel en la frente diciendo “Hey, ¿Follaste?”.
—Hobi, no tengo tiempo para eso —Le susurro sin interés y pudo saber que el chico le hizo una mueca de suplica la cual le cayó como un peso extra en los hombros— ¡Bien! ¿A quien?
—Park. Ji. Min. —dijo orgulloso separando cada palabra con una sonrisa en sus labios, Seokjin casi se ahogó con su propia saliva, ¿Jimin? ¿El mejor amigo del “chico malo” del instituto? — Y ese rumor que dicen que es horrible besando, es toda una mentira horrible, joder, que le hizo hasta maravillas a mi pene —terminó de susurrar con un tono lascivo.
—Santa madre de Dios, ¡Cállate! —gruñó el castaño sintiendo sus mejillas enrojecerse, ya no podía concentrarse con la lección que apenas estaba comenzando.
Hoseok se rió entre dientes ante la expresión tan cómica que usaba su amigo y se acercó a su oreja— Y me dio su numero para “repetir” la ocasión, salí premiado joder, hasta me invitó a la fiesta de mañana en casa de Jisoo y me dijo que trajera a mis amigos ¿Vienes?
Un objeto solido y blanco chocó en la mesa donde estaban sus cosas y un respingo salió de ambos chicos con terror, Jin subió la mirada hasta ver la expresión enojada de su profesora de anatomía seguido de escuchar las risas burlescas de varios del salón.
—¿Acaso su charla es mas interesante que mi lección? ¡Jung Hoseok para de distraer a Seokjin!
—¿¡Dis...Distraerle!? —aclamó el pelinegro con sorpresa e indignación puesto que ambos eran los que estaban hablando, luego de recibir una mirada severa de la mujer se encogió en su asiento moviendo su cabeza de manera asertiva para así dejar que la lección continuara, no sin un comentario de Namjoon.
—Oh señora Chae-rin, no debió interrumpir a los tortolitos en su momento romántico —De nuevo esa sonrisa con hoyuelos estúpida apareció en su rostro, y su comentario lo único que hizo fue que la gente avivara sus insultos como “Los maricones del salón” o “Déjalo que le esta diciendo el Salmo de hoy”.
Realmente detestaba a Kim Namjoon.
La clase siguió con fluidez, Jin trató de ignorar las miradas burlescas que recibía cuando decía la respuesta de cualquier pregunta que hacía la profesora; y de vez en cuando le regresaba la intensa mirada de Namjoon, que le miraba con una expresión que no pudo deducir de qué se trataba. Jessica le hizo una queja suave para que su atención se centrara en ella y ambos ojos desconectaron las miradas, pero Jin se quedó otro rato viéndolos; la chica con sus labios rojizos obviamente maquillados le susurraba de vez en cuando a la oreja y esto le hizo suspirar ¿Qué tenía de interesante estar todos calientes en una lección de anatomía? ¿No podían controlar sus hormonas?
Luego de una hora y media de clases, el timbre sonó nuevamente anunciando la hora de desayuno de los alumnos; el pelinegro guardo todas sus cosas apresurado y se colocó al frente de las cosas de Jin, ganándose una mirada curiosa y fastidiada.
—No me has contestado Jinnie.
—¿Contestar qué? —preguntó con fastidio sabiendo a qué pregunta se refería pero no se veía en una fiesta con alcohol y sobretodo por lo desubicado que se vería, estaba seguro que los que iban eran puras personas estúpidas que siempre se burlaban de él.
Hoseok dio un bufido quitándole las gafas de sus ojos, ganándose una queja del castaño— ¡La fiesta! ¿Vienes conmigo?
—¿Y verte tener sexo con Jimin al frente mío? ¡Ni muerto! ¡Dame mis lentes! —Hoseok se alejó con una sonrisa ladina en sus labios, dándole un extraño escalofrío en su espina dorsal— Ugh no me mires así, no soy una de tus folladas, nada interesado en unirme a tu “diversión”
Una cabellera rubia se asomó nuevamente en el salón y ambos chicos centraron su atención en el intruso. Jin supo quien era en tan solo verle los labios; Jimin al notar a Hoseok en el lugar sonrió con calidez, caminando hasta estar cerca del chico con aún su sonrisa bobalicona en sus labios.
—Hola Hobi~ niño nuevo —El cambio de tono meloso a uno cortante cuando se trató de su persona fue tan obvio que esto le dio algo de gracia a Jin, de repente se sintió algo sobrante cuando ambos tortolos se sonrieron entre sí como un saludo, era mejor irse lo más pronto posible para no presenciar un beso entre esos dos— Aún no me has dicho si vendrás con nosotros a la fiesta de Jisoo mañana en la tarde, no te habré intimidado ¿No?
—¡En lo contrario! Justamente estaba hablando de eso con Jin, quedamos en ir allá cerca de las ocho, ¿Es muy temprano?
Seokjin sintió sus ojos abrirse más de lo normal cuando el Hoseok contó el plan para nada verdadero a el rubio, éste lo vio con los ojos entrecerrados arqueando una de sus cejas oscuras con una expresión de “¿Estás de coña no? ¿Con este tipo?”. De repente se sintió pequeño en el aula vacía, a pesar que no tenía sus lentes su visión era clara en como era analizado de pies a cabeza por la pulga teñida.
—¿Tu nombre? —preguntó Jimin, tomando el brazo del pelinegro, Jin notó como sus dedos acariciaban la piel lentamente como si estuviera en una especie de insinuación sexual entre los dos.
—Kim Seokjin... —susurró ya harto de sentirse intimidado, le doblaba la altura y aún así había algo en esos ojos levemente maquillados que le daba algo de malas vibras ¿Desde cuándo los hombres se ponían delineador y sombras negras?
Al parecer su nombre le hizo sonreír, sus gruesos labios se curvearon en una sonrisa traviesa, mientras que los dedos que acariciaban el brazo de Hoseok se dirigieron a sus propios labios mientras se los mordisqueaba lentamente ¿Le estaba seduciendo? No... — Oh, Joon habló de ti, claro que puedes ir, entonces los espero a los dos en la entrada de la fiesta ¿Vale? Vayan con ropas delgadas, Jisoo tiene piscina —Después de un silencio incómodo entre las tres personas Jimin volvió a sonreír, esta vez atrayendo el brazo de Hoseok hasta la salida, el pelinegro volteó a ver al molesto Jin y suspiró.
—Yo te buscaré, ¡Llámame luego!
—¡Mis lentes idiota! —exclamó sorprendido al ver a los dos chicos irse entre risas picaras que hicieron eco en el pasillo acompañados de las conversaciones ruidosas de los estudiantes. Jin maldijo a sus adentros bajando su mirada, su familia estaba de campamento cristiano por unos días así que tenia la casa para él solo, pero eso no significaba que quisiera ir a la presunta fiesta, no conocía a nadie además de Hoseok y sabía que iba a beber y estar comiéndose a Jimin en toda la fiesta por lo que no contaba como alguien para acompañarle.
“Vale, es viernes... Iré a quitarle mis anteojos y luego me voy de ese lugar, los necesito para el fin de semana y detesto usar los de contacto”
El castaño suspiró tomando su bolso, colgándolo a su espalda mientras caminaba ahora en el pasillo del instituto, la única clase que compartía con Hoseok era anatomía y podía sentir que de igual manera no lo iba a volver a ver hasta mañana en la fiesta; sus expresiones irradiaban a sexo con el rubito y no lo disimulaban para nada, aquello le incomodó, quizás no era tan cristiano como su familia, pero aún así sentía algo de incomodidad al ver a dos chicos besarse o insinuarse al otro. No lo detestaba, pero le era inusual.
Su caminar fue hasta uno de sus casilleros, abriendo este para depositar sus libros, ahora que lo pensaba, ¿Namjoon estaría en la fiesta para hacerle la vida imposible? ¿A qué se refería el rubito con su “Ah, Namjoon me habló de ti”? No tenía sentido que el chico hablará de él a sus espaldas, ¿Tanto le divertía hacerle sentir como mierda?
—Entonces si irás, tienes cojones Carrie —Como si hubiese invocado al moreno, ahí estaba apoyándose en los casilleros cerrados con esa sonrisa que mostraba sus molestos hoyuelos. Su expresión era divertida y al mismo tiempo indiferente, Jin se dio cuenta que era la primera vez que le hablaba sin tener su pandilla acompañándole— ¿Sabes que habrán bebidas alcohólicas no? Ni abra una gota de agua o vino para bendecir la noche.
Seokjin frunció el ceño, cerrando su casillero casi de un zarpazo.
—Ni acepté realmente la invitación. Y no soy Carrie —dispuesto a irse para evitar una discusión que le dejaría exhausto, la mano del moreno se posó en su mandíbula, el agarre no era fuerte pero tampoco tan flojo para hacerle retroceder. Ambas miradas color chocolate se perdieron en la otra, una con confusión y la otra... No sabía que deducir de la otra— ¿Algún problema?
—Sin los anteojos puedo ver mejor tus pecas... ¿Desde siempre las tienes?
Jin arqueo una ceja sorprendido— De pequeño eran más suaves, ya cuando comencé a crecer empezaron a oscurecerse. Casi siempre hablas de ellas como tierra en mi rostro ¿No te das cuenta?
Y como si su piel estuviera en fuego casi ardiendo, el moreno quitó el agarre encogiéndose de hombros, dispuesto a irse de los casilleros pero dejando unas palabras que sonaron más bien como un mandato que debía hacer caso si o si por el tono usado, era rasposa, gruesa, capaz de enviarle escalofríos por todo su cuerpo.
—No ocultes tus pecas en esos feos anteojos.
Y así se fue por el pasillo lleno de estudiantes, Jin se dio cuenta que sus piernas estaban temblando ligeramente como si estuvieran hechas de gelatina, sus orejas de sentían calientes y su garganta de repente se sintió seca y sedienta.
Era la primera vez que Namjoon se refería a sus pecas como algo “atractivo” que sucio en su cara.
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Kiss | Namjin | Namjoon x Seokjin [+18]
FanfictionÉl detesta las buenas notas de su compañero de clases Kim Seokjin. Detesta su mirada inocente, detesta sus grandes anteojos, detesta sus pecas que adornan su rostro angelical. Detesta la manera que le mira con desprecio, detesta que ese chico no fue...