Instinto

5

Las siguientes misiones que tuvieron juntos fueron impecables. Todo salió a la perfección y de acuerdo al plan.

Natalia y el Soldado habían entablado una relación más fraterna. Eran buenos compañeros, habían aprendido a leerse perfectamente el uno al otro. Compartían pequeñas conversaciones y claro, las sesiones de sexo post misión. Ambos sabían que su relación era extraña, que se estaban haciendo cada vez más íntimos, que cualquier movimiento, mirada o reacción los delataría. Es por eso que cuidaban al máximo su comportamiento en la base y frente a los demás, pero cuando estaban solos, se desataban completamente.

Fue la noche del 23 de Abril que todo comenzó a desmoronarse.

- Natalia, ni se te ocurra disparar. Si tienes que defenderte ocupa el cuchillo. Déjame los disparos a mi que tengo silenciador y estaré lejos. Si oyen disparos alertarán a los guardias y todo se irá al carajo.

- James, me lo dijiste 4 veces. Con esta son 5 - dijo caminando junto a él entre los arbustos.

- Nunca son suficientes.

- De acuerdo, de acuerdo - dijo sin prestarle más atención.

Cuando escucharon un disparo ambos se agacharon.

- Pero qué demonios…- dijo Barnes enfocando la vista hacia el origen del ruido.

- Andrei, hijo de perra - dijo Natalia mirando por unos binoculares. Lo veía claramente corriendo para alejarse del lugar. Se les había adelantado.

Él había activado las alarmas y ahora un helicóptero vigilaba la zona.

- Que mierda está haciendo aquí? Ya fue suficiente de este idiota, me las pagará en cuanto lo tenga cerca.

- Debemos irnos. James, hay que abortar la misión.

- Si

No habían caminado ni 5 metros cuando una lluvia de balas cayó sobre ellos.

Barnes comenzó a disparar hacia todos lados con su rifle y Natalia sacó sus 2 pistolas haciendo lo mismo.
Cuando enfocó la vista vio que desde los árboles venían los disparos.

- En los árboles!!

Él apuntó hacia arriba y mientras disparaba sintió el piquete de una bala en su hombro derecho. Apoyó una rodilla en el suelo y apretando los dientes desenfundó su pistola. Logró darle a 2 que cayeron al suelo.

- Vete de aquí! - le gritó a Natalia.

- No! No sin ti! - y algo se activó en su memoria al oírla decir eso.

Eso le sonaba conocido. No sabía de donde. Sintió que él mismo había dicho esas palabras en algún momento. Y esa pequeña distracción fue suficiente. Uno de los agentes que estaba en un árbol, lanzó una granada, justo a los pies de Barnes que se había quedado congelado.

Sólo alcanzó a retroceder un par de pasos y la detonación hizo eco entre los árboles. Fuego, humo, dolor.

La cabeza le iba a estallar. No podía respirar, necesitaba aire y todo el maldito lugar estaba cubierto de humo. Se arrancó la máscara y abrió la boca buscando aire.

La luz de las llamas delataba su posición al enemigo y no tenían donde esconderse. No había otra salida más que el enfrentamiento.

Escuchó más disparos pero muy lejos. Miró hacia arriba desde el suelo donde estaba y vio a Natalia disparando. Se arrastró lejos del fuego, hacia ella, su brazo de metal haciendo todo el trabajo ya que el disparo en el hombro derecho lo había dejado sin poder usar el brazo. Cuando estuvo cerca de ella se dejó caer de espaldas.