CAPITULO 3

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Tonto el que no entienda

Cuenta una leyenda

Que una hembra gitana

Conjuro a la luna hasta el amanecer

Llorando pedía

Al llegar el día desposar un calé.





NARRACIÓN OMNIPRESENTE

En el inmenso, oscuro y hermoso cielo azul, lleno de pequeños diamantes resplandecientes y colores hipnotizantes que adornaban los cielos del mundo. Por aquellos pulcros e interminables pasillos, una figura brillante caminaba con parsimonia. Tan elegante cual mariposa al volar.

Un hombre de apariencia Joven, pero tan antiguo como la existencia misma. De cabellos y ojos tan azules que podías ver en estos pequeños destellos como estrellas formando parte de una galaxia, piel tan blanca y brillante que la luz se entristecía al ser comparado con el. Sus ropas eran blancas, echas de nubes mientras que de sus orejas colgaban diamantes.

Ese hombre era la Luna. Aunque en algún tiempo su nombre fue Taehyung, este ya había sido olvidado por la humanidad, y por ende, este ya no era relevante.

El hombre observada con un rostro lleno de amor a las pequeñas creaciones de Dios, esas criaturas llamadas hombres, eran sin duda algo fascinante, eran alegres, amorosos, energicos y divertidos

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El hombre observada con un rostro lleno de amor a las pequeñas creaciones de Dios, esas criaturas llamadas hombres, eran sin duda algo fascinante, eran alegres, amorosos, energicos y divertidos. Aunque por otra parte, podían ser crueles, odiosos, vanidosos y arrogantes. Pero todo debía ser así, el mundo seguía allí gracias a su perfecto equilibrio. Pues no hay luz sin oscuridad.

Pero el se sentía triste, su corazón echo de luz se sentía mas que vacío, incompleto. Añoraba tener compañía junto a el en aquellos blancos parajes, sus manos picaban por sentir el tacto de algo que no fueran las nubes o sus amadas estrellas, las cuales el mismo creaba para no sentirse tan solo.

Tenia envidia, envidia de esas criaturas femeninas que podían procrear un ser vivo a semejanza de ellos. Esa pequeñas criaturas llamadas "Hijos", eso era lo que el quería. Tenia tanta envidia, y eso le dolía.

Pero que podía hacer el? El no podía procrear algo como eso, era su limitación mas grande e incomprendida por el mismo. Pero el dedo del corazón puede derribar muros. El no se detendría hasta tener a un pequeño niño en sus brazos

Por otra parte, en una pequeña aldea de Corea donde, de alguna manera, habían llegado una cantidad favorable de Gitanos

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Por otra parte, en una pequeña aldea de Corea donde, de alguna manera, habían llegado una cantidad favorable de Gitanos. Estos se encontraban adentrándose en los bosques de ese lugar tan natural y lleno de vegetación.

En este lugar, los gitanos que se habían establecido en aldeas separadas, la mayoría de las comunidades no tenían una relación muy favorable, sea cual sea la causa de sus malentendidos, estos no se permitían interactuar entre ellos.

En una de esas comunidades, había un chico que destacaba cual diamante entre carbón.

Un joven de piel mas o menos blanca, cabellos castaños claros al igual que sus ojos con tonalidades amarillas. Su cuerpo era delgado, atractivo y llamativo, con hombre anchos y caderas finas, brazos esculpidos y piernas largas. Con un rostro ignotico, en el cual, su mayor atributo, sus labios carnosos y gruesos, robaban la atención de cualquiera.

 Con un rostro ignotico, en el cual, su mayor atributo, sus labios carnosos y gruesos, robaban la atención de cualquiera

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Ese chico era conocido como Kim Seokjin, la joya de ese pueblo. Con mas pretendientes que cualquier otra persona en ese pueblo. Pero con un corazón tan grande y cálido que causaba envidia ante muchos de sus compañeros y amigos.

Pero el no era feliz. Aun teniendo a todos los hombres y mujeres de esa aldea babeantes por el, no conseguía enamorarse verdaderamente, y aquellos pocos los cuales lograban tener una relación con el, no llegaban a satisfacer su necesidad de cariño. Era tan extraño. Aun siendo tan hermoso y amoroso, sus pretendientes solo veían en el un premio del cual alardear.

Jin también tenia una habilidad para leer las cartas, realizar tónicos y remedios a base de hierbas medicinales que podía encontrar en aquella localidad, leer el futuro y aconsejar a quien lo necesitara. Pero por alguna extraña razón no lograba leer el suyo.

Y eso lo inquietaba.

Sentía que con el paso del tiempo, el que se convertiría en su amor perfecto, jamas llegaría, su juventud y belleza se irían y el terminaría con un final tan cruel como lo es el de las flores

Nacen, se vuelven hermosas, roban suspiros de la gente, hacen que muchos quieran poseerla, pero con el paso del tiempo envejecen y se marchitan, siendo olvidadas por aquellos a los que, un día, les pareció hermosa.

Pero el no aceptaría eso.

Conseguiría al amor de su vida cueste lo que cueste. Sin importar lo que tuviera que hacer o sacrificar.

Hijo De La Luna (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora