Gomita calavera

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–Se murió mi perro–dijo él.

–¡No manches! ¿Pero qué pasó?–

–¡Se comió la caca del gato!–exclamó.

–Lo lamento– contestó su sobrino, antes de justificarse con un "tengo que ir al baño" para irse a carcajear.

En ese preciso instante llegó una llamada por parte de la veterinaria. –Al fin tenemos una respuesta a que lo mató– dijeron.

Por la tarde llegando al hospital, vieron el cuerpecito. Con las patas desparramadas como pollo rostizado, el pilín y los huevos encogidos, y aún reflejando la misma estúpida sonrisa siempre con la lengua por fuera.

–Se nos hizo extraña la forma en la que murió. Me comentaron que se asfixiaba, no podía evacuar, y...–no era necesario tanto dato de algo que ya todos sabían. –..., el punto es que le hicimos una radiografía al pequeño y llegamos a la conclusión de...–

El veterinario les mostró, ignorante a su voz logro divisarlo: de su anito lograba asomar lo que logro sobrevivir de un auricular, del plástico fundido aún se alcanzaba a distinguir aquella calavera característica de la marca que parecía devolverle una sonrisa.

Fue entonces cuando entró en razón. El misterio de sus audífonos desaparecidos había quedado resuelto. Fue hace dos semanas cuando se los compró, pasando la primera ya los había usado más de 80 horas y esa misma noche la mala suerte le calló. Inconscientemente trasladó los audífonos de la sudadera a la pijama y cuando salió al patio para despedirse de su perro, el pequeño juguetón, de entre tanto brinco logró pescar algo del bolsillo. Vaya destino que se topó su amigo, ese pobre perro miserable.

–Pobre perro...–dijo el padre, mientras manejaba de regreso a casa.–En fin, ya estaba viejo, no le faltaba mucho. También lamento lo de tus audífonos–

No halló respuesta por parte de su hijo, quien tenía en una bolsa los restos de los audífonos.

–Te veo despreocupado, ¿qué no te importa lo que pasó?–

–¿Eh?...Mmm. No. Existe lo que es la garantía–.

–Dudo, que te lo vayan a aprobar–.

–Ah, de eso no hay problema–.

Pues las instrucciones de la página decían así:

[...]para que se haga válida tu garantía tienes que mandar un correo a...con una foto de...

[...]ya nosotros nos haremos cargo del transporte y evaluaremos si se hace el 100% o el 50% de garantía.

Para su suerte, había guardado el ticket, la caja y encontró otro par de audífonos similares.

...

El chico y su sobrino estaban acostados en el jardín, disfrutando de las caricias del sol mañanero y admirando las nubes aborregadas, mientras bebían de una fresca agua de sandía. La lápida en honor al can yacía a sus pies.

–¿Tienes idea de que eres un desgraciado verdad?–

–¿Quién, yo?–

–Sí, tú. ¡Maldita rata!–

–Ah, sí. Ahora... ¿puedes dejarme escuchar mi música tranquilo?–. Y habiendo dicho esto se acomodó el auricular rojo con aquella calavera característica de la marca, ignorando a su sobrino y desconectándose de la realidad para sumergirse en su universo musical perfecto. Aprovechó a recuperar esas semanas perdidas sin música. Que por ellos no pagó ni un quinto.

Gomita CalaveraWhere stories live. Discover now