El comienzo de...

45 3 4
                                    

El pueblo de Rúman era una localidad relativamente estable y con pocos habitantes, con granjeros, panaderos, zapateros, obreros, y trabajadores de buena fe, trabajando para poder vivir en un lugar mejor.

Eran cerca de las 10 a.m, mas se veía un hermoso cielo azul con algunas nubes mas no demasiadas, las calles tenían un hedor a sudor y eses de caballo pero aun así era leve.

Era una mañana de principios de invierno, hacia mucho frío, pero las personas trabajaban normalmente. La gente se trasladaba a pie, a caballo o en carrozas, los animales llenaban las calles de piedra de este pueblado.

En un callejón entre una panadería y un bazar vivía un niño que nunca ha tenido nombre, ni dinero, ni un hogar, ni familia, solo su ropa, la cual constaba de un abrigo muchas tallas mas grande que el, desgastado y sucio con un color entre gris y azul, un pantalón gris, una camiseta blanca, y unos zapatos agujereados. Tenia cabello negro y un aspecto de unos 12 o 13 años pero ni el mismo sabia cuantos años tenia, no sabia leer y menos escribir y ese callejón era donde había dormido la noche anterior.
Al abrir sus ojos vio nieve al rededor de su cuerpo, era muy temprano y el pobre estaba temblando pero solo se levanto, casi azul y tambaleándose por el sueño se puso el abrigo, y pronuncio:

-Esta nevando- con voz de admiración pero aun así algo nostálgica -bueno, otro día comenzó y no me voy a quedar atrás

Comenzó a caminar por el callejón hasta llegar a la acera, dio una vuelta hacia su izquierda y siguió caminando. Escuchando el galopar de los caballos, el parlotear de la gente y otros sonidos que podía escuchar cerca de el.

La gente lo veía caminar y le sonreía o lo saludaban con un "hola", un "¿que tal?", o un "buenos días"; cada vez que el escuchaba esto su sonrisa crecía un poco mas, pero su estomago no se alimentaba de saludos, por lo que llego a una zapatería que quedaba a unas cuadras del dichoso callejón, al llegar dijo:

-Buenos días señor Pedro, ¿como se encuentra hoy?

-¡Hola niño!, muy bien gracias, ¿vienes por trabajo?

-Si señor- respondió con una mirada iluminada.

-Vale ¿podrías llevar esto a la casa de la señorita Marta?

-Claro, ¿me recordaría donde queda?

-A unas calles en esa dirección- dijo el señor Pedro señalando a la derecha- es la única casa con jardín, no te perderás

-Gracias, me voy entonces voy, ¡ya regreso!

Y aquel chico comenzó a caminar hacia la casa de la señora Marta con una caja que contenía probablemente zapatos. Camino durante unos 5 minutos en linea recta para posteriormente divisar la casa de la señorita Marta. Al llegar toco la puerta del jardín y luego grito:

-¡Hola, traigo los zapatos que mando a reparar con el señor Pedro!

-Oh, hola chico ¿como estas?

-Bien señora, aquí tiene- dijo mientras le entregaba la no tan misteriosa caja.

-Gracias hijo, toma este es el pago

La señora de unos 25 o 30 años y de cabello rojo tapado con un pedazo de tela en su cabeza, de contextura delgada y piel blancuzca le entrego al chico unas 15 monedas de bronce. Aquí el dinero se divide en 4 tipos de monedas; la primera y de mas baja denominación es la de bronce, con una de ellas te comprarías un dulce muy barato como un caramelo; luego las monedas de plata, con una de ellas te comprarías una prenda de ropa barata o una hogaza de pan; luego las de oro, con una de ellas puedes comprarte un caballo o un viaje a carroza por el pueblo por ultimo las de cristal, son transparentes pero difíciles de romper, están hechas de un material parecido al diamante pero mas fácil de encontrar y que 1 moneda de el vale al rededor de 15 monedas de oro. 10 monedas de bronce equivalen a 1 de plata, y 5 de plata equivalen a 1 de oro, ósea se necesitan 50 monedas de bronce para tener 1 de oro y 100 de bronce para tener una de cristal. Existe otro método monetario, que es el canje, ósea el intercambio de un objeto por otro y lo que equivalen en monedas de bronce.

LinobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora