NADA

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Te vi marchar.

En una lóbrega tarde de invierno, donde infinita fue la calma; tarde de esperanzas enjauladas.


La quietud imperaba en la playa, y al alba, el Sol daba paso a la noche diáfana.

Noche tibia y perfumada, con un olor a olvido, de luna plena y límpida, en la que me hallé dolido.


Desde entonces, escribo con mi último aliento, no por lo que soy, sino por lo que siento.


Caían sobre tu pelo gráciles velos de plata, en una noche mágica, de misterio; de suspiros, de lágrimas.


Agraciadas fueron las olas que trajeron a mi la calma, porque infinita fue la pena que llegó a lo más profundo de mi alma.


Imploré perdón, rogué la última de tus miradas, pero no me diste nada, y solo me quedé ,solo, con aflicción en mis palabras.


Te vi marchar, desde entonces nuestro negro telón se apaga, y aun pienso en ti, irreal, mística; blanca, porque aun vives aquí, en mi presente, cual fantasma, invadiendo mis sueños, como pájaros risueños que cantan en la mañana,pero al despertar,no me encuentro nada.


Desvelado en la noche te busco aquí, bajo mis sábanas, y al entreabrir los ojos descubrí, tan solo nada.


Al destapar las ventanas y ver un mundo exterior, fui locutor de las locuras que pensabas, y al volver, dónde nuestros recuerdos empezaban; no sentí nada.


Después de tanto tiempo me alegro, aunque aun quema el hielo con el que hoy pincelo estas palabras; se que aun te quiero, pero para ti tan solo soy el atisbo de una idea, y al final, nada.


Había un vez,pero ya no.

NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora