Origin

Moonlight

El viento sopló y los copos de nieve danzaron en un vals sincronizado, mientras que la sala se inundaba de una dulce melodía. Si hacía frío ninguno de los presentes llegaba a percibirlo porque las emociones eran mucho más abrazadoras que el crudo invierno.

El llanto se mezclaba con el desconsuelo, a medida que la tristeza consumía todos los lamentos. Jamás habría un motivo valido para dejar ir una vida, porque siempre había inconcluso, siempre habrá gente herida y hogares incompletos.

Su abuela le había dicho que los muertos no sufrían, sino que los vivos dejaban ir un pedazo de su corazón al tener que despedirse. Era la única despedida que marcaba un inicio y un final. En ese momento, Yuzuru supo que tenía razón.

La canción que estaba interpretando subió en ritmo, deslizando con mayor rapidez sus dedos por el piano. La canción era endulzada por sus sentimientos, esa tristeza y agradecimiento. Terminando con suaves toques, completando un tema que encasillaba para siempre una despedida.

Una vez terminó y se aleó de las teclas nadie aplaudió, ni siquiera se voltearon a verlo. Por ello el pianista se incorporó y con sus píes descalzos se acercó al ataúd que se encontraba abierto. Sus ojos observaron con pena, porque verse a uno mismo en su funeral era algo doloroso, pero era aún más doloroso saber que nadie escuchó su última balada.

Suspirando hacia el cielo supo era hora de marcharse, se giró sobre sus talones y caminó a donde lo esperaban. Su melodía murió con él, pero su adiós quedó en aquellos que estaban llorando su nombre.

Fin...

Nota de autora:

Esta historia no está siendo promocionada ni nada porque es tan sólo un desahogo de mis ganas de escribir cosas bien random. Los que lo leen y dejan sus estrellitas o mensajes les agradezco muchísimo, son todo lo que está bien en esta vida (?).

Una historia triste porque sigo sin superar cierta película (?), no me odien.

Nos vemos mañana.