Eres música

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¿Te ha sucedido que te has podido comunicar con otra persona sin palabras? Con una mirada una sonrisa, una expresión facial, se comunican. A veces sin nada de eso ambos anticipan lo que el otro dirá, hará o sentirá. A mí sí me ha ocurrido. Mi explicación a eso es, que simplemente estoy con esa persona en el mismo plano, a una distancia reducida, tan reducida, casi como si nuestras almas estuvieran solapadas.

Te he mirado tanto que podría distinguirte a lo lejos, ni si quiera esta miopía bestial podría impedírmelo. Pero estoy segura, que ella podría pasar por tu lado sin notarte. De hecho, eso fue lo que hizo, te aparto y ahora sigue su camino. Y qué esperabas de ella, si estaba tan hueca como sus palabras. Cómo no pudiste notarlo, si sus pensamientos hacían eco cuando chocaban con su cráneo. Bueno, estoy exagerando, quizá no era tan tonta. Pero si lo suficiente como para observarte sin profundizar más en ti. Es como pedir el helado más grande, y solo mirarlo sin probarlo, solo observar sus colores y lo bien que se ve en la copa. Cariño, yo te hubiera devorado y en cada bocado te hubiera saboreado como si fuera el último, te hubiese disfrutado hasta saciarme de ti, esperando que eso sea posible, claro. Pero ella, te dejó derretirte, yo jamás hubiera permitido eso.

Y parecía que tú, solo la tenías para verla, como si fuera una pintura adornando tu pared. O quizá tú, si la probaste, quizá todo el tiempo pensaste que su sabor era chocolate, pero estabas tan equivocado, su sabor era otro, y ella te lo ocultó. Por eso no entiendo, porqué sigues detrás de su sombra. Si me hubieras elegido, si me quisieras, me podrías leer como a un libro, me podrías tocar como una partitura, y por ti, sería la más exquisita melodía que hayas oído, te permitiría penetrar en mi conciencia, en mis oídos, y en todos mis sentidos, porque cariño tu eres música. Esa que comienza sacudiéndote los pies, despertándote el espíritu hasta convertir tu cuerpo en una onda vibratoria, que se mueve en el espacio, al ritmo de tu corazón, una onda que se superpone con tu voz, una onda que viaja en el aire sin ser vista, pero sí percibida. Solo si me quieres sentir, me vas a ver.

Eres como chocolate en la punta de mis dedos, con mi lengua saboreo, pero es demasiado poco. Me pregunto si algún día me darás más de ti. Si algún día podré morder tu espíritu febril, si podré respirar el aroma de tu nuca, si podré abrigarme con tu piel.

Pensamientos poco sublimesWhere stories live. Discover now