Único

20 5 2
                                    

Este microrrelato forma parte del concurso de sweek #MicroPALACIO. Me gusto a pesar de ser tan corto y quise compartirlo. Espero les guste.

*******

Todos los influyentes hombres de la nación habían pasado por el palacio de Miraflores. Recorrieron sus pasillos impolutos, conversando de política y economía. Hoy, la podredumbre lo habita, inmersos en aquella vorágine de poder y superioridad, ignoran al pueblo que muere cada día. Lento, sin prisa por acortar aquel agonizante período, luchan por sobrevivir apenas. Sin medicina, ni comida, ni libertad. Hordas de protestantes gritan en las avenidas por una solución, lloran y sangran, pero aquel palacio se mantiene distante de su dolor. Discursos de palabras vacías se hacen oír desde allí, sentencias injustas, aumento de las sobras que tiran para aplacar la ira de los crédulos.

Hoy, aún día, sigue intacto. Sabrá Dios las atrocidades y mentiras que guardan sus paredes, testigos mudos de la caída de un país. Y mientras los soldados disparan, las madres lloran por sus hijos muertos y los políticos urden artimañas, la gran masa quiere una cosa: ver hecho trizas aquel símbolo de poder.

Pero permanece. A pesar de los muchos esfuerzos, de las bajas, de los sacrificios, permanece, y con ella, aquel infame hombre sin corazón. No importa, llegara el momento. Tal vez no hoy, ni mañana, pero llegara. Y cuando venga, los jóvenes gitaran, las mujeres gritaran, los ancianos gritaran, llenos de júbilo y con la esperanza de un porvenir mejor. El destino es como una moneda, no sabes de qué lado caerá, pero los venezolanos suplican que del lado correcto.

Después de todo, la esperanza es lo último que se pierde.

El Palacio de MirafloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora