Joven Apasionado

Captain Tsubasa y sus personajes no me pertenecen, son propiedad del maestro y creador del mejor manga Yoichi Takahashi y Shueisha.
Esta historia fue creada por una escritora amante del balón (Osea yo ja,ja, ja)
Un one-shot dedicado a nuestra pareja favorita "Tsubasa y Sanae"
Advertencia: Esta historia contiene contenido para mayores, queda rotundamente prohibido a menores de 15 años de edad. En cualquier caso de ignorar la advertencia, si deseas continuar lee bajo tu propio riesgo.
Sin nada mas que decir comencemos:
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- (07:00am)
- Campo de entrenamiento de la selección Japonesa

Otro nuevo día de duro trabajo apenas y si comenzaba. Tuvieron que levantarse media hora antes para así poder tener el desayuno listo para las 25 bocas que debían de alimentar, como siempre los primeros en entrar al comedor fueron Aoi e Ishizaki combatiendo hombro a hombro para ver quien llegaba a sentarse y recibir el desayuno primero, minutos después entro el cuarteto conformado por Hiuga, Sawada, Sorimachi y Wacashimazu, luego de otros minutos entraron Misugi, Matsuyama, Kasuo, Masao, Nitta y Soda, para así luego de otros minutos entrar Wacabayashi, Misaki y el resto del equipo incluyendo al entrenador Kira, pero ni un rastro de el. En cada oportunidad, miraba hacía la puerta para ver si se aparecía pero no, nunca llegaba. La desesperación la abordo, los nervios, la ansiedad, necesitaba verlo, oir su voz, su risa, necesitaba sentir su presencia. Mirando hacía la puerta no se dio cuenta que la taza a la cual servia café se le hiba llenando poco a poco hasta el punto de rebasar su limite, provocando un grito de niña por parte de Genzo y la risa general.
- Si te digo donde esta.. ¿Pondrás mas atención? -Reprocho el portero
- ¿Siempre gritas como niña? -Trato de evadir el tema
- No grito como niña, es solo que me tomaste por sorpresa
- Creí que ser portero incluía estar siempre atento -Decía encaminandoce hacía Jun
- En efecto, estar atento esta incluido, pero mi cerebro apenas esta arrancando y por cierto, Tsubasa esta hablando con el señor Katagiri por teléfono, así que presta atención a lo que haces, mira que tambien le estas echando café a Misugi..
El entrenamiento comenzó, un grupo trotaba, otro hacia estiramientos, otros pateaban balónes, los porteros discutian por las porterías que usarían, las demás mánager fueron enviadas por Kira a recoger papeles, estaba sola como tambien aburrida, y para rematar, el no estaba. Decidió irse a la cocina para ver si había alguna cosa que recoger, nada, se dirigió rumbo a los vestidores para ver si no había alguna camiseta sucia para lavar, nada, ¿Sala? nada, ¿Habitaciones? nada, ¿Comedor? nada, ¿Su habitación? nada, todo estaba limpio y en orden, pero lo mas importante era que no lo había visto en ningún momento ni en ningún lugar.
- Maldición, ¿Donde demonios estas Ozora? -Refunfuño con los brazos cruzados. Entonces se fue a su alcoba, se recosto en su cama y sin previo aviso se quedo profundamente dormida:

《Los besos eran cada vez mas y mas apasionados, el arriba de ella penetrandola salvajemente, y ella gimiendo fuertemente del placer que le provocaban aquellas embestidas. Como si tremendas estancadas no fueran lo suficientemente placenteras para ella, el empezó a chupar, jalar y morder los pezones de ella, a la vez que con sus manos recorría todo el cuerpo desnudo de ella, así es, hacer el amor con Tsubasa era torturosamente satisfactorio》

Despertó de un brinco, nuevamente había soñado con aquella noche, la noche en la cual Tsubasa Ozora la había seducido por primera vez, la vez en que la había atrapado en un momento de vulnerabilidad, así es, desde ese día se dio cuenta que el capitán de la selección Japonesa no era tan inocente como todos creían, tampoco tenia una cabeza tan de balón que digamos. Esa noche había descubierto lo apasionado y bueno que era para algo mas que el soccer, y ese algo era al momento de estar en la cama, al momento de penetrarla, de explorar en cada rincón que ni el sol había tocado de ella, sus manos eran condenadamente hábiles y ni hablar de esa lengua. Se puso de pie y corrió hacia el baño para mojarse el rostro, mientras se miraba al espejo recordaba tan perfectamente el cuerpo de su capitán ¿Pero quien podría olvidar el físico que se cargaba Tsubasa Ozora? Era tan, pero tan sexy.
Fue cuando se encaminaba a su habitación, fue que lo vio finalmente, caminando por el pasillo, rumbo al entrenamiento seguro, se sonrojo fuertemente al momento de verlo a los ojos, pues los recuerdos la invadieron de nuevo.
- Buenos días mánager.. -Sonrio.
- Buenos días capitán -Saludo aun roja
- ¿Los muchachos ya se encuentran entrenando?
- Así es ..
- ¿El entrenador?
- Con ellos.. les está enseñando nuevas tácticas..
- ¿Las chicas?
- Se fueron a recoger unos papeleos..
- Eso quiere decir que estamos.. solos..-Lo ultimo lo susurro en la oreja de la chica provocándole un escalofrío en la espalda
- Si capitán ..
- ¡Que bien! ¿Sabes? Tengo mucha hambre, ¿Te importaría hacerme de comer?
- ¿Eh?
- Claro, si no tienes nada que hacer
- De hecho estoy libre, vamos a la cocina capitán..
No podía estar mas nerviosa, oh claro que no, ¿Que le pasaba a ella? ¿Acaso el la había incomodado? o es que, ¿Pedirle que le hiciera de comer era algo malo? Porque el hubiese preferido mil veces comérsela a ella antes que cualquier otro platillo. La veía atentamente, cada movimiento de brazos, manos, cabello, trasero, Espera ¡La estaba mirando indecentemente! Pero, ¿Como no hacerlo? Si la mujer a la cual le había hecho el amor en varias ocasiones se encontraba frente a el vestida con unos diminutos shorts que daban mucho que mirar, y una camisa de cuello, abierta los primeros 2 botones dejando ver una que otra parte de sus senos.
- Mierda.. -Susurro- "Sanae te ves tan jodidamente apetitosa" -Penso- "Si sigues moviendo ese trasero, te are mía aquí mismo" -Pensaba mientras la miraba, y en una de esas vino a su mente aquella noche que pasaron juntos, por primera vez.