CAPÍTULO 1

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El prejuicio es una carga

que confunde el pasado,

amenaza el futuro y

hace inaccesible el presente.


- Maya Angelou.

SAM

La alarma sonó haciéndome sobresaltar, mi primera reacción fue agarrarla y lanzarla contra la pared, se escucho el aparato partirse  y caerse, mágicamente el sonido espantoso seso. Silencio, eso es lo único que quería. Pasar todo el fin de semana en esa fiesta me estaba haciendo pagar factura, por todos los shots de tequila que me juré no tomar.

- ¡Sam! - La voz de la de criada sonó por toda mi habitación.

Mierda. Mis manos fueron directo a mis ojos sobándolos, para que se adaptaran a la luz del día, ¿Por qué alguien no puede estar en paz por solo unos segundos?, ¿Por qué?

- ¡Sam Bochner, si no bajas en cinco minutos le daré tu desayuno a el perro! 

Demonios, rode hacía la mesita de noche para coger mi celular y ver la hora, 7:40 am. - Maldición. - Gemí, mi primera clase era a las once de la mañana, pero tenía que pasar por Allen a las diez. Quería llorar, patee las sábanas para así liberarme de querer dormir un poco más, caminé hacía mi closet para poder elegir algún atuendo propicio para ese día. No tenía entrenamiento así que eso me facilitaba las cosas.

Tome una ducha rápida y empece a coger un básico blanco con unos jeans negros  le agregue un collar con un diseño  militar de plata, un reloj  y unas zapatillas Nike. Rascándome un poco el abdomen salí de mi habitación para poder dirigirme a las escaleras. Más despierto y listo para empezar el día, baje las escalaras de uno en uno y el olor de panqueques recién hechos llenó mis fosas nasales y mi estomago rugió por primera vez en toda la mañana.


-Sammy, al fin bajas por favor ven, sientante, tu desayuno está en la mesa. - habló Annie desde la cocina.

Al acercarme a la mesa me percaté que los panqueques estaban  acompañados con un café negro, y una aspirina al lado. Sonreí automáticamente, antes de tomármela y empezar a desayunar.

(...)

Goosebumps de Travis Scott sonaba en la radio, la mañana andaba cálida en Boston Massachusetts para ser Octubre y la carretera se encontraba despejada haciendo que la trayectoria hacía la casa de Allen sea más rápida.

Allen era mi mejor amigo desde hace quince años aproximadamente. Nos conocimos de una manera poco inusual, la verdad. Tenía 5 años cuando lo vi por primera vez. Yo era un niño un poco tímido que comía su sandwich ( de jamón y queso con una lonchera de bob esponja ) sentado en una esquina en los recesos del kinder, alejado de los otros niños ya que todos tenían amigos o alguien con quien jugar, para mí que ya todos se habían puesto de acuerdo o algo por el estilo, debido a que me habían transferido a esa nueva escuela y era como el raro de ahí porque no hablaba mucho, hasta que en un receso escuché un ruido extraño en los arbustos cercanos a mí, un sonido que parecían mordeduras, al principio creí que era una ardilla o algún animal que rondaba por el patio de la escuela, me asusté en un comienzo, debido a que pensé que el animal podría salir y morderme o que se llevará mi comida, pero para mi sorpresa me encontré con un niño, al igual que yo, solo, pero con la diferencia de que él estaba comiendo por alguna extraña razón una crayola de color naranja. 

- Te doy mi sándwich de jamón y queso si dejas de hacer eso - Dije con voz directa y clara. Él niño castaño por otro lado me miro soltando la crayola  y asintiendo con una sonrisa manchada de tinta naranja. Al vernos mutuamente, yo le entregue mi sándwich, él lo cogió sin decir nada y empezó a darles grandes mordiscos.

Enamorado del Silencio © By A.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora