Camino a casa

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No podía creer lo que estaba pasando Donghae le había dicho a Irene quien era yo para él y sin que se lo pidiera, aunque si note que estaba bastante callado y no sabía cómo romper el hielo.
- ¿De verdad eres mía? - dijo de pronto y pensé que no había escuchado correctamente
- ¿Perdón? No entendí tu pregunta
- ¿En realidad estás enamorada de mi? Es que no entiendo porque evitaste que le dijera desde el principio a Irene quien eres, fue por ella o por Siwon
- Fue por ti, te sentí incómodo, como si no quisieras decirle y no quería que estuvieras mal. Lo siento no era mi intención interrumpirte pero creo que ella y tú están enamorados
- ¿Y por eso casi besas a Siwon enfrente de todos? - me dijo en un tono muy molesto - ahora ya sabes lo que Siwon siente por ti, dime ¿qué sientes tú por él?, porque si yo no interrumpo se hubieran besado
- Oye no nada que ver estábamos hablando por eso estábamos cerca, sé que el está enamorado de mi o eso dijo pero yo solo tengo ojos para ti de verdad eres el amor de mi vida - de pronto detuvo el auto y comenzó a besarme la verdad es que el beso era bastante intenso como si estuviera buscando algo más, y aunque trate de evitarlo la intensidad del beso provocaba que mi corazón estuviera acelerado.
Comencé a acariciar su cara y al ver que no lo evitaba baje mi mano a su pecho y después a su pierna y en lugar de alejarse comenzó a besarme mucho más intenso también tocándome tan suave como si no quisiera hacerme daño, me acarició la espalda, el pecho y empezó a besarme el cuello y a dar pequeñas mordidas en mi oreja.
- Donghae, vamos a casa por favor no va a estar bien si alguien nos ve - dije de momento tratando de controlar todas las emociones que tenía y pude ver como el trataba de hacer lo mismo
- Oh tienes razón vamos a casa, perdón me deje llevar. Oye tienes que entender que eres mía y no me gusta que alguien más te vea. - dijo y comenzó a manejar de nuevo aunque esta vez puso su mano en mi pierna
- Donghae de verdad me gustas demasiado y créeme que para mí no hay nadie más pero tú lo dijiste anoche debemos de hacer las cosas bien, por lo pronto solo somos marido y mujer de papel. - dije y en ese momento retiro su mano lo cual me hizo sentir mal, por lo que no pude evitar poner la mía en su pierna - oye yo encantada de ser tu mujer pero no sé qué tan bueno sea, lo que si queda claro es que soy solo tuya.
En cuanto escucho este último comentario sonrió y regreso su mano, así manejo hasta que llegamos a casa.

Amor por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora