30

2.9K 181 24
                                    

capítulo treinta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

capítulo treinta.
“el inesperado”

jaaaa, dónde querés ir? » tecleo y envío.

Para sorpresa su respuesta me llega un minuto después, pero en forma de llamada y solo atiendo porque quiero saber para que me llamaba.

—¿Santiago?

—¡Hola rulito! —lo puedo notar y sentir muy alegre que me hace sonreír, pero a la vez preguntarme ¿De dónde me hablaba para gritar así mi sobrenombre?—. ¿Cómo amaneciste hoy?

—Hola voz de pito —digo con la intensión de molestarlo, sonrió—. ¿Yo? Muy bien, ¿Vos?

Ya qué al tiempo de decir “voz de pito” lo escuché soltar un “psss”.

—Voy a ignorar lo que dijiste de mi voz. Pero, me alegro que estés bien. —contesta con la misma alegría.

—¿Para que me llamaste? Estoy en la facultad, por si no te acordás...

—Cierto... Pero me imagino que en clase no ¿No? Porque sino no contestaría.

—Ajam. —me limitó a contestar.

—Bueno, soy directo. ¿Te venís conmigo? —propone sin más.

Aprieto mis labios ocultando la sonrisa vaga que quiere formarse en mis labios mientras que lo pienso.

—¿Dónde? Si se puede saber, claro.

—¿Venís conmigo si o no? No es difícil Carolina. —habla serio pero no siento que se esté impacetando o enojando.

—¿También recordas que todavía salgo con tu amigo, no?

—Eso lo sé yo más que nadie Caro. Por eso mismo... Vamos a lugar dónde no nos vean, no cine o comer o tomar, aunque podría ser pero sería raro que después le expliques a Giuliano que no lo querés ver inventando excusas para que después le digas “fui a tomar algo con Santi.”

—Perdón, perdón... —lo interrumpo perdida—.¿Cómo sabes que estoy ignorando a Giu?

Silencio, segundos de silencio.

—Bueno, me comentó algo esta mañana. —me cuenta y cierro mis ojos—. ¿No sos muy buena dando excusas, no?

Es obvio que no, y es obvio que le comentaría a Santiago, por algo era su mejor amigo y vivían juntos.

—¿Otro día? —me animo a decir sabiendo que le sacaría la ilusión a Santiago.

—¿Por qué? Yo te quiero ver hoy. —me dice muy sincero haciendo que me derritiera.

Era escuchar, leer y darme cuenta que Santiago casi moría por mí y nuevamente repetía.... No sé si me lo merecía.

—No sería oportuno. —digo con dolor en mi alma—. Antes de que hablemos y lo que sea que quieras hacer, necesito aclarar las cosas con Giuliano.

Duplex | Santiago Sosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora