Mi pecado, mi víctima, mi culpa.
Yo soy un chico al que le tendrían envidia por lo que mi vida muestra en el exterior, pero si tan solo se conociera lo que hago y he hecho por tener lo que tengo, el 99% de los envidiosos, darían muchos pasos atrás.
Un chico de preparatoria es como me defíno, sin embargo, desde la llegada de esa chica sin nombre, mi vida dio un giro radical, pues el chico que era indiferente, tuvo la oportunidad de conocer lo diferente.
A lo largo de casi un año, conocí a personas especiales, a existencias increíbles, a chicas asombrosas.
Si se me hubiera dicho que en la adolescencia, conocería a chicas catalogadas como la destrucción y plaga de la humanidad, de verdad que me hubiera reído. Y no por lo poco creíble que sonaría, sino porque al ser un niño, las chicas serian una importancia nula para mi ser.
Desde Tohka Yatogami, la primera Espíritu que yo como Shidou Itsuka conocí, hasta Mukuro Hoshimiya, la última que llegue a conocer, se me dio un largo camino de determinación, lucha y por qué no, felicidad.
Cada una de ellas con diferente personalidad, así como de color de cabello, le dieron un sentido a mi vida, un por qué, y una familia bellamente desastrosa.
Sin embargo, llegué a pensar que mi deber era solo salvar a los Espíritus de la soledad y hacerlas felíces, que ciego era, había más, una persona más.
Lo peor de todo, es que no solo no la salvé, sino que sería yo quien... Termino con su esperanza, su futuro y su vida.
Una hermosa niña, una increíble chica que no solo sobresalía en belleza física, sino también con un bello corazón... Que su sueño siempre fue el servir para la seguridad de la humanidad...
Aquella inocente alma había sido víctima de un coma y lavado de cerebro, para finalmente servir al peor humano, si así lo puedo considerar.
Cuando la ví, la miré, no sentí a esa tierna y pura señorita, ví a una enemiga, ya que, estaba impidiendo que salvára a esa divertida e inocente mangaka... En ese momento sentí desesperación, pero, increíblemente no sentí rabia hacia esa chica, tal vez en el fondo sentí que también era una víctima.
No puedo negar que su belleza me cautivó, era más o menos de mi edad, un cabello rubio con una semi-trenza y esos ojos, esos ojos tan azules como el cielo iluminado por las estrellas.
Lo he dicho ya pero, en verdad una belleza única... Poco a poco le tome interés, y no para tenerla como una más, no, yo sentía que debía salvarla, protegerla pero... Pero... Fallé.
Le fallé...
Eran tan extraño que de todos mis encuentros con y contra DEM, nunca tuve una interacción con ella, siempre fue Ellen, Nibelcols, Inclusive Westcott pero, con ella, nunca.
Nunca intercambiamos palabras, nunca tuvimos una lucha, aunque era más que seguro, que me ganaría, era una chica increíble... Sin embargo pensé, tal vez no necesite de mí, tal vez estoy siendo arrogante y pienso de más, así que, si tan solo se presentára la oportunidad de estar cara a cara con ella, no sé qué haría exactamente.
Al igual que un acosador, sin serlo, usé un método para conocerte mejor y... Me dejaste cautivado con tu persona... Esa alegre chica, sin duda haría que, el corazón más frió pueda llegar a ser uno cálido y sensible. Por Dios, el mundo es tan grande que me ha mostrado lo bello del vivir... Por ellas, por ti.
Sin embargo...
Todo cambió ese día de marzo, ese día en el que, Shidou Itsuka desapareció...
Nunca imaginé esto, pero te pído, te ruego perdón. Perdóname, perdóname Artemisia-san... Nunca fue mi intención cometer esto...
Lágrimas desde el más allá es lo único que puedo soltar...
Si tan solo hubiera sabido todo lo que sentías, lo que me pedías en el silencio, este chico sin duda te hubiera respondido, pero, pero...
¡¡No!!
¿Por qué? ¿Por qué?
No solo les fallé a ellas, no solo te fallé a ti, también me falle a mí...
- ... Te amo. –
¿Cómo? ¿Me amas? Yo... Yo...
Un beso, una promesa...
Lo cambiaré todo, lo enmendaré todo, aunque tenga que hacer lo imposible, porque las sonrisas de los Espíritus y la maga, no se quedarán en el olvido.
Lo único que quedará en el olvido, será el chico que una vez, prometió protegerlas.
Artemisia-san, tú también me gustas...
Tanto que el saber tus sentimientos, me hacen sentir mariposas en el estómago, tan cursi e idiota como suena...
Que tarde te le dije, ¿no es así?
Atte: Shidou Itsuka, tu más grande admirador.
YOU ARE READING
Amor y Destino
Short StoryUna trágica y corta historia de un amor inevitable y sincero, que da una pequeña muestra de que nada es imposible, y todo el capricho no es posible, la verdad de la pureza y la maldad.