Capítulo 8

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Tengo suerte, mis padres están dormidos. Subo despacio a mi habitación y me quito la camiseta y la tiro al suelo, me dirijo al baño y me miro en el espejo. Tengo un poco de sangre en el labio, un pequeño hematoma debajo del ojo y en el abdomen hay varios hematomas.
Me doy una ducha rápida, me pongo el pijama, me tumbo en la cama y noto como mis ojos se van cerrando poco a poco.

Me despierto por el sonido espantoso que hace el despertador, miro la hora, ¿las 7:35? ¡¡No puede ser!! Voy a llegar tarde en el segundo día de clase.

Doy un salto para salir de la cama y siento una punzada en el abdomen, lo había olvidado, aun me duele, pero no tengo tiempo, me doy una ducha rápida, muy rápida, me pongo lo primero que pillo y me voy a la universidad sin desayunar, ya pillare algo en la cafetería.

Suena el móvil, ahora no puedo cojerlo estoy conduciendo. Vuelve a sonar, pero esta vez son menajes. Aparco el coche en la puerta de la universidad y salgo corriendo, ya no hay nadie fuera.
Me dirijo a mi clase, ya han empezado, miro la hora, las 8:15, ya es tarde, llamo a la puerta y abro. El profesor me esta mirando mal.

-¡Méndez!- odio que me llamen por mi apellido- ¿te parecen que estas son horas de llegar a mi clase?

-No señor, lo siento.

-Que no vuelva a ocurrir- me dice señalando mi sitio para que me dirija a sentarme.- la próxima vez se queda fuera.

-Si señor.- y me siento, a mi lado esta Alex, ya me va a regañar.

-Lo se, me he quedado dormido- le digo susurrando.

-No te voy a regañar Jorge, si es lo que piensas. Ya estoy acostumbrado- me dice tranquilamente- por cierto ¿como estás de tus golpes?

-Bien, mejor que anoche- le digo sonriendo- lo bueno es que no se notan mucho las heridas de la cara.

-¡Méndez!- grita el profesor- llega tarde y no ha parado de hablar desde que ha llegado- pongo los ojos en blanco, no soporto a este tío.- ¡Salga de mi clase!

Cogo la mochila y salgo de clase. Me dirijo a la cafetería y aprovecho para desayunar, aun queda un rato para que pueda entrar a la siguiente clase.

Me dirijo al baño antes de entrar al baño, pero me detengo en la puerta del baño, escucho que hay un grupo de chicos hablando. Creo reconocer algunas voces ¡Si, son ellos! ¡Están hablando de mi!
Tengo que irme antes de que salgan y se den cuenta que estoy en la puerta, pero no puedo, quiero escuchar que hablan.

TODO POR ELLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora