5.2-Te he echado de menos

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Minutos después, llegó al callejón con Vincent.

-Tenéis que hablar...-dijo ella, antes de irse

Soldado: 76 salió de las sombras. Ninguno de los dos dijo nada. El soldado no sabía cómo decírselo. Vincent le miraba extrañado, no comprendía que estaba pasando. Finalmente, encontró dos palabras.

-Lo siento...

El soldado se llevó la mano a la cara, y sujetó la máscara. La deslizó y la apartó de la cara, dejando ver su rostro. Vincent lo reconoció.

-¿J-j-Jack?-tartamudeó, mientras empezaban lágrimas a recorrer su cara- N-no puede ser...J-Jack Morrison está m-muerto...

El comandante agachó la cabeza.

-En parte...-suspiró

Vincent se acercó temeroso y elevó su mano, llegando a la altura de la cara del soldado. Se armó de valor...y, para su sorpresa, tocó la piel viva de una persona a la que creía muerta. Estaba vivo.

Deslizó su pulgar por la piel, notando las dos cicatrices que cruzaban la cara del soldado.

-Estás vivo...-dijo, emocionado.

-Me temo que sí...

Vincent sonrió, él estaba vivo. Acercó su rostro al del muerto viviente. El corazón del soldado empezó a acelerarse, sabía lo que Vincent iba a hacer. En reacción, también acercó su rostro. Estaban tan cerca que sentían la respiración del otro. Segundos después, Jack hizo el movimiento final. Se besaron.

Jack pasó sus brazos por encima de los hombros de Vincent. Vincent, los pasó por detrás de la espalda de Jack. Para ellos, se paró el tiempo. Tantos años sin saber del otro. Vincent había creído que el soldado estaba muerto. Y el soldado, se había auto convencido de que una vida normal no era la recompensa para la gente como ellos.

Cuando separaron los labios, se miraron a los ojos.

-Había perdido la esperanza de volver a verte...-confesó el soldado.

-Y yo he visitado tu tumba...-contestó Vincent, sonriendo ligeramente con picaresca, de vuelta.

Jack rió. Hasta que movió rápidamente la cabeza, mirando hacia arriba, observando los tejados.

-Sé que estás ahí...-dijo.

-¿Qué?-dijo Vincent extrañado

-Espera...Ahora verás...-le dijo, antes de volver a hablar hacia los tejados-...Te he enseñado lo que sabes, pero no eres tan silenciosa como crees...

Poco después, se oyeron unos pasos ligeros acercarse.

-Perdón...-dijo cabizbaja.

-¿Eras tú?-dijo Vincent, sorprendido.

-Es una soldada, ¿qué esperabas?-intervino Jack, con una sonrisilla-...te picó la curiosidad, ¿verdad?

Alejandra asintió.

-Es que estáis muy monos juntos...-confesó

Inconscientemente, Jack había cogido de la mano a Vincent. Vincent sonrió ligeramente y las mejillas de Jack se habían colorado. Minutos después, separaron las manos

-Será...-comenzó Jack, antes de carraspear y continuar-...será mejor que nos vayamos yendo...van a empezar a sospechar...

-Qué rápido se acaba lo bueno...-suspiró Vincent, antes de darle un beso de despedida en la mejilla-...¿Vamos Alejandra?

-Vamos, nos estarán esperando...-contestó ella.

Cuando estaban a punto de llegar al borde del callejón, Jack detuvo a Alejandra.

-¡Espera!-dijo él rápidamente, sin pensarlo-...quiero hablar contigo...

-Ve yendo, ahora te alcanzo...-le dijo Alejandra a Vincent

-Ven...

Ella se acercó, y miró a los ojos al soldado. Él acercó su mano para acariciarla la mejilla. Sonrió. Ella sonrió de vuelta. Él ladeó la cabeza suavemente.

-No tienes remedio...-susurró-...gracias...

-Tenía que hacerlo...-contestó ella-...eres mi ángel de la guarda.

El soldado volvió a ladear la cabeza mientras sonreía.

-No te merezco...¡Ven aquí!-dijo antes de cogerla por la cintura y levantarla.

Él rió de felicidad. Ella rió por verle feliz. Simplemente el sacarle una sonrisilla la alegraba el día, y esa risa no se la iba a olvidar nunca. Lo había conseguido. Había conseguido reunirlos a los dos. Por fin juntos.

El comandante volvió a dejar a la soldada en el suelo. Cogió la máscara y volvió a ponérsela. La soldada siguió mirándole, y el soldado vio a la niña que conoció en el encuentro que cambió el transcurso de sus vidas.

-Eres la mejor hija que alguien podría desear...-suspiró él

-Bueno, parte del mérito es tuyo...-contestó ella con una sonrisa.

Él sabía lo que ella quería decir con eso. La acogió como alumna. Murió, pero la muerte no pudo con ella. Volvió a vivir y se fortaleció. Le llegó a salvar. Moira la utilizó como experimento y venganza. Estuvo en coma y despertó. Encontró a Vincent y les reunió.

No podía negarlo.

Cómo quería a Alejandra.

Ana tenía razón, sí que le había cambiado. Le hizo volver a sonreír y reír. Llegar sentirse culpable por lo que la pasaba. Y llorar por ella.

Ella no era sólo una conocida ni una agente.

Ella era una buena amiga.

No, ella era su hija.

Solo que no era verdad.

-Ve...-dijo finalmente el soldado-...tu madre se va a preocupar...

Ella asintió y se dirigió a marcharse. Él se dirigió a las sombras.

Hasta que la soldada se detuvo

-76...-empezó antes de girarse sobre sí misma.

Él ya no estaba. Ella sonrió y susurró lo que había querido decirle. El soldado lo oyó desde los tejados.

-A los ángeles hay que cuidarlos...

Eres mi héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora