... Algún día... tal vez

86 10 2
                                    

Hoy ha sido un día agotador. Takano-san siempre hace lo mismo: me molesta, grita, luego acaricia la cabeza logrando que un rubor cubra mis mejillas, y al final, de alguna u otra forma, siempre consigue cogerme desprevenido y besarme. No siempre es en este orden, pues a veces me besa y después critica mi trabajo y me ordena que lo rehaga.

Camino con pasos desganados hasta llegar a mi apartamento, el que por desgracia se encuentra al lado del de ese demonio que tengo por jefe, y , gracias a dios y a las juntas de último momento, él no se encuentra aquí. Además por lo que sé todavía falta su manuscrito por llegar y tendrá que quedarse a esperarlo.

Entro y dejo mis cosas en el suelo despreocupadamente para luego dejarme caer sobre el sofá. Ahora mismo solo quiero dormir un milenio entero, pero justo cuando mis ojos se cerraban para cumplir mi deseo el timbre de la entrada sonó. Molesto camino hacia la puerta, pensando que sería el moreno, y la abro.

-¿Si?- pregunto al abrir.

-¡¡Ricchan!!- de repente oigo un grito y lo siguiente que se es que estoy en el suelo con alguien encima de mí. Tardé un poco en reaccionar, pero cuando mi cerebro por fin comprende lo que sucede, hago el amago de gritarle a esa persona por abalanzarse a mí de aquella forma. Fue entonces que, al alzar la vista, le reconocí.

-¡¡Reiji!! ¿Qué haces aquí?- pregunté/exclamé sorprendido a la vez que nos levantábamos del suelo. Él solo desvió la mirada y entonces observé las maletas en el suelo, comprendiendo perfectamente lo que había sucedido.

-Bueno... es que discutí con mamá y papá...- murmuraste sin mirarme.

-¿Otra vez? Y seguro que fue por lo mismo de siempre.- dije suspirando. Él asintió y yo le miré preocupado. Reiji comenzó a salir con un chico de su preparatoria, Kusunoki Haruna, hace casi dos años. A nuestros padres no les hizo ninguna gracia que su hijo menor saliera con otro hombre, además que a Rei no le interesa nada el negocio familiar, pues prefiere los deportes, incluso es el capitán del equipo de tenis. Yo estoy muy orgulloso de él y le apoyo en cualquier cosa que decida, sobre todo si le hace feliz. Es cierto que al principio tuve miedo de que le pasara lo mismo que a mí, pero después de conocer a Haru me di cuenta que es un chico estupendo y que adora a mi hermano con todo su ser.

Las cosas se complicaron cuando, después de aceptar de mala gana el que su bebé no quisiera tener nada que ver con libros ni la compañía, se enteraron que tampoco tendrían nietos por su parte. A decir verdad eso hizo que nuestros padres me presionaran más a mí para que me casara con An, pero no me importa tener que aguantarles si eso hace que no molesten tanto a Rei.

-Si... todavía no lo superan ni aceptan del todo... seguro que si fueras tú ellos habrían reaccionado de otra forma.- fue con ese comentario que finalmente salí de mis pensamientos.

-Ni se te ocurra decirles que tuve novio.- le dije molesto, pero al sentir como mis mejillas se calentaban supe que me estaba sonrojando y, por lo tanto, el efecto de la amenaza era casi nulo.- Además seguro que me habrían desheredado y ahora tú tendrías que aguantar lo del estúpido compromiso.- murmuré enojado. Ante aquello último me miraste con comprensión, pero luego tu expresión cambió a una sonrisa maliciosa.

-Mmm... no lo haré siempre y cuando me dejes quedar contigo un tiempo.- dices con un brillo de malicia en tus ojos. Yo solo suspiro ante tu obvio chantaje.

-Está bien... pero que sepas que solo tengo una cama.- accedo sin discutir, pues de todas formas se que tarde o temprano habría acabado accediendo a sus caprichos. Como ha sido desde que éramos niños.

-¡¡Yeay!! ¡Podré dormir con Ricchan! Hace mucho que no me dejabas dormir en la cama contigo.- y después de decir/gritar aquello me abrazaste.

El sonido de algo cayendo al suelo me distrajo y al voltear a ver mi cuerpo se paralizó. Takano-san se encontraba frente a su puerta, se agachó para recoger las llaves que le habían caído y abrió esta sin dejar de mirarme fijamente.

No diré "Te Amo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora