But tonight I'll tell you everything

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"You're right, I may be drunk.
This may be a mistake"

Es la cuarta vez que marca el mismo número en lo que va de noche, o al menos desde que dejó de ser consciente de sus acciones. Uno, dos, tres pitidos y vuelve a rendirse, diciéndose que su orgullo es demasiado grande como para insistir más que eso. ¿Qué es más importante que él llamando? Puede que sea porque está con alguien, muy ocupado con esa persona para darse cuenta que el maldito celular está sonando por cuarta vez. Maldición, con mayor razón vuelve a marcar el número y esta vez no cuelga hasta que suena el buzón de voz.

—Me volveré loco —susurra jalándose el cabello, muy absorto en los malos pensamientos.

Pero lo vuelve a intentar, porque necesita escuchar su voz, hablar directamente con el ¿Por qué no se lo permite? Sólo cinco segundos son suficientes y no lo vuelve a molestar. Si tan sólo-

—¿Hola? —la dulce voz del otro lado del celular corta el hilo de sus pensamientos, y aunque odia ser interrumpido, no evita sonreír tan grande como sus mejillas se lo permiten. Tan melodioso como la última vez.

—Minseok hyung...

Son esas simples palabras las que crean una tensión palpable incluso desde la distancia, y Jongdae empieza a perder la seguridad de hace unas horas atrás cuando hizo la primera llamada. ¿Está siquiera la llamada aún andando?

—Chen... —escucha susurrar, tan suave y delicado como el viento en primavera o incluso más. Sus ojos se cierran en júbilo ante el recuerdo de esa misma voz despertándolo todas las mañanas hace unos años atrás.

—El mismo, aunque ya nadie me llama así ¿Cómo has estado?

Lo puede escuchar jadear pesado luego de aquella pregunta y sabe que la ha cagado.

—¿Que cómo he estado, bastardo imbécil? ¿Te vas, me dejas de hablar por años y se te ocurre un día cualquiera llamarme a las tres de las mañanas para preguntarme cómo he estado? ¿Qué sigue, preguntarme como está mi madre?

—Perdón, fue... fue una pregunta estúpida. Lo acepto ¿Podemos iniciar la conversación de nuevo?

—¿Estás ebrio, pedazo de idiota?

Ah, tan bien que lo conoce. No necesitó verle los ojos cansados y rojos para saber el estado en el cual se encuentra ¿Cómo puede lograrlo luego de tantos años? El alcohol nunca ha afectado demasiado su lengua pero sí su rostro.

—Lo estoy ¿Por qué? ¿Es algo relevante para la conversación?

—Vete a dormir, llámame cuando estés en tus cinco sentidos.

El corazón de Jongdae se acelera ante la mención de llamarlo mañana, cuando el alcohol no le esté dando las agallas necesarias para poder hablarle. ¿Llamarle mañana? Y una mierda, si acepta posiblemente no vuelva a llamarlo en otros tres años, y eso sería arriesgarse a no poder conseguir su número nunca más. No no no.

—¡No! ¡Por favor, Minseok, no cuelgues! —implora poniéndose de rodillas en el living de su departamento—. Necesito-yo, por favor, no puedo hacerlo de otra forma.

—¿Me estás jodiendo? —una risa de lo más sarcástica escapa del otro lado del celular y se siente como el paraíso incluso si no va con buena intención. Se imagina claramente como sus perfectos ojos gatunos se cierran y esas regordetas mejillas se abultan— ¿Tardaste la vida en hablarme y ahora me dices que no puedes esperar unas cuantas horas? Eres realmente un caso, Kim Jongdae.

Puede que sea el escuchar su voz directamente por más de cinco minutos, el efecto del alcohol en su cerebro o simplemente que es un imbécil, pero las palabras se le escapan antes de realmente pensarlo.

Drunk and a truth | Chenmin osDonde viven las historias. Descúbrelo ahora