Historias Cortas Para Noches Largas.

Abuse me...

     Una mirada a través de un lugar donde ni tú ni yo debíamos estar. No sonrisa. No guiño. Un impulso de estupidez que me llevó a sostener tu mirada, ojos tristes en un tipo de tantos; ¡Hijo de puta, algunos tienen que esforzarse para ser excepcionales!. Esa voz "Vamos chico, romperme la pelvis, y si todavía tienes ánimo después, también puedes romper mi corazón".

     Los tragos seguían, las risas involuntarias y tú seguías en tu mesa rodeado por esos trogloditas que llamas colegas. El bullicio no cesó hasta que uno de esos monstruos se acercó con una mugrosa servilleta en la mano izquierda, venía de ti. "Más cerca, más  fuerte".

     El sol que sale y termina la noche pero no la expectativa, así por dos días. Digite el código. Entonces a las tres en el parque frente a la cafetería con galletas de jengibre, donde sirven el café con coñac, pero no lo divulgues. "Un paso atrás antes de caer, pero quieta después de eso, no eres cobarde".
    
     Basta con saber que crees que soy linda, porque yo quería eso, todo lo demás llegaría como una plaga. Después ya no se necesitan palabras, por los labios que se ocupan en algo más.

     Primero café. Luego películas. Exhibiré en el festival la próxima semana. ¿Quieres venir a almorzar. "¿A quien engañas buen niño, alguien nos sigue de cerca, alguien está escuchando?".

     Y esas amadas arpías, un tiro, ya fallaste otras veces, un tiro, si vuelves a fallar puedes destrozar la lata con tus manos. Hazlo, respira hondo, y olvida los casquillos en suelo junto a ti. "Ellas no saben lo que dicen, deben estar en lo cierto".

     Sí. Beso. Sonrisa. Manos juntas. Juntas, juntos, yo, nosotros... él...mierda.
"Tiembla, tiembla. Sabes lo que viene después".

     Mimos, ven aquí chico guapo, te voy a mimar. ¿Te abrazaba tu mami?,¿Qué temes?,¿Que ocultas?; por favor responde todo eso que ya sé. Lo que sea,  seré buena, te mimare; tú quieres eso, tú dijiste que te gustaba eso, querías eso, no te gusta eso. "Manos quietas a los lados, que sea en público, que la sangre salpique a los expectantes".

      Libros, eso que te arrastra fuera de la tumba, películas, las risas grabadas que faltan, música, eso abundante y escaso, comida, lugares, olores, imágenes, sensaciones, tragos... personas, amigos, amigas, chicos, chicas, chica... una chica.. que no soy. Una chica que no puedo ser, una chica que no puede ser yo. Él. Puedo ser esa chica, porque no puede ser otro chico. Quiero ser la chica porque que él quiere algo y tiene otra cosa. "Por favor en el rostro, hasta que la sangre ya no me dejé ver mi reflejo".

      Algo amargo, algo ácido, crece. Eso no es mío, lo olvide en un parque; porque él, el él antes de él, dijo que amaba a otra chica. Lo dejé olvidado en un momento de consciencia, pero se metió en mi bolsillo cuando no veía. Tal vez lo vi, tal vez lo quería ahí, para luego, para el siguiente. El ardor cesa, no, se adormece. Sus ojos son turbios , precioso. Ahí algo filoso al fondo, no se esconde, se jacta. “Ese sabor metálico en mis labios, sigue, no pares”.

      ¿Estoy loca?. Sí. No... Él. Rígida, fría, intolerante. Te abriré las piernas, me acercare cuando me rechazas, llámame puta. Toma mi alma también, se que quieres trozo putrefacto de algo, puedes ponerlo en el estante junto a mi florecita.
Trogloditas, arpías, estoy bien. No me molesta. Así me gusta.
“Justo ahí, en el estómago, sácalo a puntapiés ”.

       Para. No. Hasta aquí. Mentiras. No hay otro chico. Hay una lista de perras, todas dicen no. Hay una lista de perras, una dijo sí. No quiero, lo quiero. “No sueltes mi cabello, álalo, arráncalo, ya no lo quiero ahí”.

       Hay un funeral ahí, las tumbas en línea de los incautos que caen. “Más cerca, más  fuerte… pero no te vayas”.
Esa voz, su dolor no se va, su fuerza se escapa.

       “Más fuerte, más cerca. Pero por favor, quédate. Hazme un corte justo arriba de la ceja, un ojo morado, el labio rasgado. Han habido peores, he sido peor. Entiérrame y ven conmigo.”

        Esos ojos café, todo estaba bien, en orden; hasta esos ojos café, abusando de mi orgullo, de la lógica, de todo lo que me hizo humana alguna vez, y titiló en escasas tragedias.

        Lo quiero… en primavera… en verano… este… y el próximo.
“Me gusta, la sensación de ahogo, el horrendo espectáculo, la siniestra sensación de placer… podría seguir así toda la noche guapo.”
¿Y si es para siempre? ¿Podría ser para siempre?...