Después de un largo día de trabajo en el estudio, YoonGi llegó a su casa. Entro por la puerta principal, quitó con cuidado su abrigo, lo coloco en el armario, se dirigió a la cocina, busco una botella de vino, la destapó, se sirvió una copa y comenzó a beber.
YoonGi era un chico solitario, alguien frío, nunca en su vida se había enamorado. No. No era el típico cliché donde el chico se enamora hasta que llega él. YoonGi era un hombre libre, el pensaba con su pene, no con su corazón o su cabeza. ¿Qué porque digo esto?
–YoonGi.– La voz chillona de una mujer se escuchó por toda la habitación del baño. YoonGi estaba desnudo hundido en aquella gran bañera. Era una obsesión suya llegar del estudio, zambullirse en aquella bañera y día a día traer una chica nueva.
–Dime, pequeña.–
La hermosa chica un poco más jóven que YoonGi salió sólo con una bata de seda color roja. –¿Te gusta?–
–No estás mal. He visto mejores.–
La chica sabía que YoonGi era alguien frío y directo, no tuvo miedo y poco a poco se quitó la bata provocativamente enseñando sus senos.
–¿Y qué tal ahora?–
–He visto más grandes.–
La chica no se daba por vencida, ella quería ser la primera que enamorara al gran Min YoonGi, y así tuviera que iniciar teniendo sexo con él, lo haría.
Se quitó la bata quedando completamente desnuda, las líneas contorneadas de sus caderas deslumbraban el lugar, cualquier hombre babearía con sólo verlas, pero YoonGi no era el caso.
–Si sabes que sólo quiero sexo, por eso te llame, ¿Verdad?–
La chica asintió triste, ¿De verdad su belleza no era suficiente para atraer aunque sea un poco de YoonGi?
–No te quedes ahí parada, mi polla se enfría. Métete ya.–
La chica obedeció y se metió a la tina con YoonGi. Este no fue delicado, no hubo besos, no hubo caricias, simplemente introdujo su pene en ella y comenzó a moverse. YoonGi era un brusco a la hora de saciar sus deseos.
La chica quería llorar, realmente lo amaba, pero parece que YoonGi no tiene sentimientos.
Terminando el sexo YoonGi salió del baño, se puso sólo una bata color negra y abajo en la sala dejó a una chica muy triste que se preguntaba que hizo mal, lo que la pequeña no sabía es que lo que había hecho mal había sido meterse con YoonGi.
–Oye.–
La chica volteó a verlo.
–No use condón y me corrí en ti. Toma.– YoonGi le aventó una caja llena de pastillas anticonceptivas.
–¿En serio me das esto?–
YoonGi prendió un cigarro. –Si, yo no voy a cuidar a ningún engendro. Odio los niños, y odio los compromisos. Tomala ya.–
–¡En verdad eres despreciable YoonGi!–
YoonGi se le quedó viendo serio. –Yo te dije que quería sexo, y tú accediste a venir, no te obligue, no te di dinero, fue bajo tu propia voluntad. La que es idiota aquí eres tú.– YoonGi la miro unos segundos y se hecho a reír. –¿De verdad creíste que serías la chica de la que me enamoraría? ¡No! No si quiera eres bonita, sólo eres maquillaje y plástico, jamás le gustarás a los hombres.–
La chica comenzó a llorar, YoonGi estaba siendo muy duro con ella.
–¡Te odio, YoonGi!–
–Si, dime algo que no me hayan dicho.–
–En verdad eres despreciable, espero que algún día encuentres el amor y no seas correspondido. Qué esa chica te sea infiel con muchos chicos. O al menos te pegue una infección.– La chica cada palabra la soltaba con cólera, pero para un YoonGi que era narcista no le afectaba en nada aquellas palabras.
–Si quieres deséame que me vaya al infierno, porque ya sé que me espera, pero déjame decirte algo, seguiré ocupando a las mujeres para saciarme, y ni tú, ni nadie cambiará eso.–
La chica con lágrimas en los ojos abandono la casa.
Cada día los dramas y los malos deseos se hacían presentes en YoonGi pero a él no le afectaba nada. Jamás llegaría esa chica, ¿verdad?
Lo que no sabía YoonGi es que de un día a otro su vida iba a cambiar.
Su teléfono comenzó a sonar, era un número desconocido, YoonGi imaginaba que era una amenaza de muerte, siempre recibía de esas.
–Diga.–
Una suave voz y fina de un chico se hizo presente del otro lado. –H-Hola, linda tarde, ¿Estoy llamando al número del compositor Min Yunki?–
YoonGi comenzó a reír, ¿Lo estaba llamando un niño?
–Es Min YoonGi y si, él habla.–
–Es un gusto, señor Min.–
–Vamos...no me digas señor, te doy permiso de que me digas YoonGi–
–Ouh no, no, no señor, eso es una falta de respeto a mi mayor.– YoonGi se retorció en pequeñas risas, ¿En verdad un niño lo estaba llamando?
–Acabas de revelar que eres menor que yo, así que te diré pequeño. ¿El motivo de tu llamada cuál es, pequeño?–
–¡Ouh! Es verdad, me dirijo de parte del compositor Kim Namjoon o mejor conocido con su nombre artístico RM, él ha visto su correo, ha leído sus canciones y acepta trabajar con usted.–
–¿En verdad?–
–¡Si! ¿No es emocionante? Mis dos compositores favoritos trabajarán juntos.– YoonGi por primera vez había sentido ternura por algo, y ese algo era la voz del otro lado del teléfono, de verdad quería saber quién estaba hablando para causar eso en él. ¿Será el hijo de Namjoon? –¿Señor Min?–
–Ya te dije que no me digas señor.–
–L-Lo siento, pero, ¿Puede venir dentro de una semana al estudio del señor Kim? El estará esperando su respuesta.–
–Que no espere más es un si.– El chico dió un grito, agradeció por su tiempo y justo cuando iba a colgar YoonGi habló. –Espera, pequeño.–
–¿Si?–
–Te dejaré que me digas Señor Min con una condición.–
–¿Cuál?–
–¿Puedes decirme tu nombre?–
–¿No lo dije al inicio de la llamada? ¡Qué estúpido soy! Me llamo Park...Park Ji-Min. Fue un gusto haber charlado con usted, hasta la próxima semana.– Y sin más el pequeño colgó.
• • •
Hoy amanecí con inspiración y salió está pequeña historia. No será tan larga. Si llegan a leerla se los agradecería mucho.
Está fuera de mi zona de confort, así que me esforzaré mucho. ¿Cuándo subiré capítulo? Aún no lo sé, me gustaría primero tener algunos escritos para subirlos poco a poco.
Hasta entonces.
/Mimos.
-PJ 🌼
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Sólo sé mío ||Yoonmin 💕|| (Próximamente)
FanfictionDónde YoonGi es un casanova obsesionado con las mujeres. Y Jimin está a punto de casarse.