Viaje de vida nueva

Viaje de vida nueva

Un viaje cualquiera, donde el hombre empaca sus maletas, sale del hogar, se sienta en el transporte que lo llevará a su destino durante unas cuantas horas y desborda. Ese era el plan de Jack.

Llegó a la estación Clint a esperar su tren, sin destino alguno, el primer lugar agradable que vería, justo ahí se bajaría, donde la felicidad lo despertara.

-¡Sean bienvenidos a bordo ciudadanos, su destino está asegurado en nuestras rutas! –Propagaba el chofer minutos antes de comenzar el viaje.

Tomó su asiento junto a la ventana del fondo, se recargó en ella y observó. Toda esa gente, despidiendo a sus seres queridos, repletos en el alrededor al interior del tren. Jack no tenía de quién despedirse, así que mejor cerró los ojos y comenzó a relajarse.

Se acercó la señorita de los snaks, justo hacia él:

-¿Se le ofrece algo señor?

-Deme unas gomas de mascar por favor.

-Aquí tiene, serían $3.

-Tome, gracias por la visita.

Espera, ¿qué acababa de decir?, la señorita no lo escuchó, pero le agradeció por visitarlo, tan sola se sentía su alma que cualquier compañía le haría bien.

Transcurriendo el viaje, un señor de unos 30 años se sentó junto a Jack, sin decir nada, recargó su cuello en el asiento y cerró los ojos.

Jack no reclamó, pues después de todo Jack tomó su asiento sin estar seguro de que era el correcto, él sólo iba en busca de una vida nueva.

-Perdón, disculpe usted por no ser cortés, buenas noches, soy Adam.- Dijo aquel hombre.

-No se preocupe, buenas noches, soy Jack, mucho gusto.-Contesté.

-Me dirijo hacia Alaska, y usted?

-Hemm... También.-Respondió con seguridad, sólo para sacar plática.

Y continuó Jack:-Es la primera vez que viajo en esta ruta, la verdad es muy agradable, los rumores sobre los snacks duros no es cierto, al menos eso está a mi comodidad,- Terminando con una risa leve.

-Es lo mejor, hombre.- Le dijo sonriendo.-Además, el aire acondicionado no se compara con el de otras rutas, son un infierno. Bueno, dormiré un rato, espero no roncar.-Se recargó como al principio, y cerró los ojos.

Durante el viaje, estaba haciendo el intento de dormir, por alguna razón no podía, algo en mi interior sonaba.

Abrió los ojos, no me quedaba otra pero semejante momento me llevé, el tren a toda velocidad, sin distinguir lo que se veía por fuera, pues las ventanas congeladas sin explicación alguna lo impedían.

-¡Jack, despierta¡- Le dije asustado.

-¿Qué pasa?, ay no, ¿ahora qué?

-Avísales a la gente, la mayoría está dormida, yo iré a ver qué sucede con el chófer.

Me dirigí lo más rápido que pude, despertando gente con el movimiento, el tren avanzaba cada vez más rápido.

Al llegar al frente, abrí la puerta sin permiso y... No había chófer, el cristal estaba roto y la palanca de velocidades rota. Como si de una escena kamikaze se tratara, obvio me asusté.

¿Quién pensaría que el hombre tan amable que gritaba "todos a bordo", después desaparecería?, dejando vidas en riesgo.

Entonces no quedaba de otra, el tratar de apagar el tren no resultaría tan útil, pues tardaría bastante en frenar y la próxima estación estaba cerca.