🥀; Capitulo 24 (2/2).

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Jeongin hizo un sonido ahogado con la garganta y se alejó rápidamente de su cuerpo, moviendo sus ojos hacia los suyos en señal de desesperación. Su corazón se había parado por un segundo y ahora estaba dando millones de vueltas alrededor, presionándole el pecho y quitándole todo el color a su rostro. Hyunjin desvió la mirada, rebuscando unas llaves en su bolsillo y entregándoselas con un intento de calma e indiferencia.

- Anda abriendo el auto, Jeongin.

Vio que el muchacho asintió, hizo una reverencia y salió corriendo, perdiéndose entre el montón de gente, y finalmente se volvió hacia el capitán de deportes. El rostro de Changbin pasó por una especie de diez expresiones distintas antes de que abriera los labios.

- ¿Qué te pasa?

El bajo colocó un semblante inexpresivo y se pasó la mano por la nuca, contrayendo la frente.

- Venía a comprar cosas... Él trabaja en mi casa, ya lo has visto antes, por eso vino conmigo. Necesitaba quién me cargara las bolsas y las pusiera en el auto.

- Estaban de la mano...

- ¿De qué hablas? – Hyunjin elevó una ceja, sin dejar de mirarlo.

- Cuando llegué, estaban tomados de la mano.

- Claro que no, deja de hablar estupideces, Bin.

Changbin dejó caer la mandíbula con exageración, como si su equipo estuviese siendo goleado ante sus propios ojos y no pudiese creérselo. Se exaltó un poco, dándole una palmada en el hombro.

- ¿No te has dado cuenta? ¡Te estaba tomando de la mano, loco! Estaba agarradito de tu mano y con la cabeza recostada en tu hombro, todo acarameladito. ¿Cómo puedes dejar que haga eso?

- ¿Te has fumado o algo anda mal en tu cabeza? No estábamos de esa forma.

- No me digas que...

Hyunjin sintió que una corriente sacudía sus huesos y su cabeza.

- ¿Qué? ¿Qué no te diga qué?

El ícono de baloncesto se quedó sin decir nada un buen rato y luego sus músculos se suavizaron, soltó las bolsas y estalló en carcajadas, abriendo más sus grandes ojos.

- ¡Tu empleadito está flechado por ti! – se vaciló, dándole otros dos golpes en el hombro - No puedo creerlo, Hyunjin, ¡tu empleado está enamorado de ti!

- Oh, mierda.

El aire le volvió a los pulmones y su sangre empezó a circular por sus venas con normalidad otra vez, recobrando cada parte de su cuerpo. Sí que era estúpido; a pesar de que medía casi 1.70 y corría como el diablo, su cerebro no iba tan rápido como sus piernas.

Oh, mierda, de verdad.

- Pues qué lástima, ¿no puedo hacer nada, no?

- No, solo no te le pegues mucho o la gente va a pensar otra cosa – recogió las bolsas del suelo, viéndole con ironía - Wow, Hwang Hyunjin, no puedo creer que estés tan bueno que hasta los hombres caen. Mejor me cuido, no me vaya a terminar enamorando de ti.

Se siguió carcajeando a sus anchas, sacudiendo sus hombros, mientras se colocaba unas gafas negras y mostraba su fila de blancos dientes.

- Casi me había dado infarto. Pensé un montón de locuras, pero mejor no te las digo o me colgarás – echó un vistazo a su reloj y se arregló la chaqueta - Es tarde, me quito, tengo que ir a comprar unas cosas y luego irme a entrenar en dos horas. ¿No vienes al partido? Vamos, Hyunjin, no seas así, tú sabes que es importante. Puedes traer a tu nuevo fanático si quieres, mientras más gente, mejor. Quién sabe y termina uniéndose al grupo de porristas.

inocencia pasional. ━ hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora