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Te fuiste:
Cuatro años pasaron. Cuatro años en los que aprendí a ser fuerte y a "adaptarme" a tu notoria ausencia. Aún recuerdo ese día en el que mi mundo cayó a pedazos, en el que me avisaron que te fuiste y entre lágrimas no pude comprender el por qué.
¿Por qué te fuiste tan pronto? Si aún nos quedaban tantos abrazos pendientes.
¿Por qué te fuiste ese día? Si aún me faltaban palabras para dedicarte.
¿Por qué tuviste que irte? Si aún me estaba recuperando de otra pérdida.
Muchas cosas pasaron desde que te fuiste, cambié tanto, mi entorno cambió tanto, pero no pasó ni un sólo día en el que no te extrañe, en el que no extrañe tu voz, ni tus llamadas, ni el decirte "te quiero".
Aún te recuerdo, siempre lo hago, te recuerdo en los relatos de mi madre, en los días lluviosos, los cuales eran tus favoritos, en el noticiero del mediodía, el cual siempre mirabas, en cada agosto, el mes de tu cumpleaños. Te recuerdo en todas partes, te recuerdo porque desde que te fuiste no me quedó otra que aferrarme a las memorias que tengo de ti.
¿Algún día va a dejar de doler esta herida que llevo desde aquel nublado 8 de mayo de 2015? ¿algún día ese vacío que siento en estas fechas va a cesar? ¿algún día podré mirar el álbum con tus fotos sin tener que derramar lágrimas? No lo tengo en claro, quizás nunca lo tendré, lo que si sé es que siempre te voy a amar.

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