La noche era alegre, niños pidiendo dulces, jóvenes riendo, colores, luces, disfraces que daban miedo entremezclados con la alegría de halloween, una escena ciertamente contrastante, sin embargo ahí estaba él, sentado en el balcón de su casa, como cada noche, observaba la luna llena, la tristeza y melancolía matizaba su sonrisa nostalgica e ironica, ¿cómo era posible sentirse tan infeliz? Se preguntaba mirando hacia abajo, saltar no sería mala idea, sin embargo solo lograria lastimarse y no matarse, suspiro con pesadez y dirigió nuevamente su mirada a la luna, mientras sus cabellos celestes se movían graciosamente por la brisa nocturna, odiaba todo y a todos en ese momento
-deberías salir - fue la voz que lo sacó de su ensoñación, sus ojos color cielo se dirigieron al remitente de aquella voz, a su lado, apoyado en la pared y con las manos en los bolsillos, se encontraba un joven de cabellos azules y largos, ojos profundos igualmente azules, le sonreía de manera alegre, como siempre solía hacerlo aquella sonrisa que lograba alegrarlo y reconfortarlo, en verdad lo había extrañado
-... Milo... - susurro sin quitarle la vista de encima, parecía no creer lo que tenía en frente, tal vez su mente ya estaba jugandole malas pasadas, estaba alucinando o quizá soñando, ¿que haria? ¿sonreir? ¿llorar?
-andas de amargado todo el dia... te he dicho miles de veces que no quiero verte asi, anda... ve a ponerte algo lindo y salgamos... mirate nada mas, estas desaliñado, sucio y flaco...- dijo en un tono burlón y casi parecía estar regañandolo, Afrodita se encogió de hombros y desvió la mirada, el rostro de Milo se torno serio un momento, se acercó lentamente hacia el peli celeste y lo abrazo por la espalda - aun así... luces hermoso... recuerdo cuando, nos sentabamos justo en este balcón para ver los juegos pirotécnicos en año nuevo - dijo con un tono melancólico y triste - y tambien aqui... aqui te pedi que te casaras conmigo... ¿lo recuerdas? Hacia mucho frio... como hoy - preguntó el menor ciertamente animado, claro que no podía olvidarlo, en verdad fueron los mejores días de sus vidas, pese a su leve diferencia de edad, su distinta cultura y caracter, ambos se entendían perfectamente,sus vidas eran perfectas hasta que Milo se fue, dejándolo de aquella forma tan repentina, sin siquiera decirle adiós, Afrodita lamentaba cada noche su partida, en gran medida estaba contento de tenerlo ahí pero también sentía tristeza, rabia... Milo comenzó a preocuparse cuando el cuerpo entre sus brazos comenzó a temblar, de un momento a otro Afrodita se soltó del abrazo bruscamente, aun se mantenía de espaldas pues no quería que el otro notará que comenzaba a derrumbarse como una frágil torre de naipes, no, el se habia prometido no derramar ni una sola lagrima mas por su causa - Afrodita...
-CALLATE, callate, no tienes derecho de aparecerte asi... ¿por que?... ¡no es justo!... no... - el mayor se giró para verlo y enfrentarlo con la mirada, pero tan solo recibió una sonrisa cálida de parte de Milo
Le encantaba que Afrodita se enfadara era una tarea realmente sencilla, era divertido ver como el mayor perdía los estribos, salía totalmente de su comportamiento frío, cínico y altanero, solo el podía ver a Afrodita sin ser capaz de controlar sus propias emociones, Milo dirigió su mirada al cielo sin dejar de sonreír
-Death.... Death es una buena persona... rara, pero en verdad te quiere - Afrodita abrió grandemente sus ojos, siempre odio eso de Milo primero lo hacía enojar para luego hacerlo sentir culpable, al "niño" (como solía decirle solo para recalcar su diferencia de edades) nunca se le iba una, Milo siempre se enteraba de todo de una u otra forma, Afrodita quiso decir algo en su defensa pero Milo fue más rápido y no lo dejó hablar - lo vi todo... no tienes que esconderme nada "Dita" - le dijo haciendo comillas con las manos, pues asi le decia Death, a Milo no le agradaba en absoluto ese diminutivo
-eso... no... - titubeo desviando la mirada avergonzado, ¿a que se refería con "todo"? Ciertamente hace unas semanas atrás se le había ido las manos con las cervezas con el italiano y terminaron entre las sábanas, se entrego a el sin reservas y fue así como sin quererlo había alimentado más la ilusión de Death mask y desde ese dia sus insinuaciones y su insistencia aumentó aún más, pero seguía rechazandolo... no podía olvidar a Milo, ¿como olvidarlo? Esa alegría desbordante, esa sonrisa amable y divertida, aquella actitud que a veces solía ser infantil, Milo ponía su mundo de cabeza en tan solo un segundo, Afrodita amaba todo de él... olvidarlo era imposible, jamás podría hacerlo, y saber eso dolía, el recuerdo de Milo permaneceria clavado en su mente, en su cuerpo... en su alma
-... está bien... - la sonrisa del menor se fue borrando lentamente y aunque trato de mantenerla no lo consiguió -... es hora de que me olvides, te entiendo, de verdad, no es fácil quedarse solo, y yo me he ausentado por mucho tiempo... es hora... de que continues con tu vida... aunque yo ya no esté en ella - decía mientras una lágrima descendía lentamente por su joven rostro, sin duda cada palabra dicha era como si el mismo se clavara una daga en el pecho, no queria que Afrodita estuviera con alguien mas, pero tampoco queria verlo sufrir -... te amo... te amo - se acercó a los labios de Afrodita, era irreal ver a Milo frente a el poder tocarlo y sentirlo ¿sería un sueño? Lo añoraba, lo amaba, tal vez demasiado, tanto que se convenció a si mismo de que todo esto era real, cerró los ojos lentamente dejándose hacer de manera dócil hasta que por fin pudo sentir aquellos labios fundiéndose con los suyos, lentamente en un beso casto y puro, que, a pesar de ser lo que ambos anhelaban desde hace mucho, estaba impregnado de la más profunda tristeza, ambos darían lo que fuera por hacer eterno aquel instante, pero se separaron con lentitud para poder tomar un poco de aire, Milo acomodo un mechón rebelde que caía graciosamente por el rostro perfecto del peli celeste aquel rostro que tanto amaba, ese rostro hermoso y angelical que contrastaba con su personalidad algo agresiva y egocentrica -... ya llegó
-¿que? - Afrodita parecía confuso pero los golpes en la puerta lo volvieron a la realidad, rompiendo completamente su burbuja de ilusiones
-¡Dita... Dita!, me estoy congelando,maldición abreme - decía aquella singular voz, Afrodita se asomo por el balcón y ahí estaba, Death usando solo una remera sin mangas, un pantalón jean y con algunas bolsas en la mano, ¿y se quejaba de frío? Pudo haberse abrigado, Afrodita rodó los ojos ante las contradicciones que se hacía a si mismo aquel italiano gruñon, hasta parecía que lo hacia a proposito -... deja de mirarme como un tonto y abreme la puerta
-¿que haces aqui? - preguntó el Pisciano sonriendo levemente
-¿que hago aqui?... ah no sé... tal vez eres un maldito ermitaño, depresivo que se la vive encerrado ahí, los demás se están divirtiendo en la fiesta de disfraces, como soy tan buena gente vine a visitarte y aburrirme contigo - Afrodita sonrió divertido ante el sarcasmo del italiano - ¿vas a abrirme o no?
-... ya voy - dijo suspirando levemente, se giró y ahí estaba nuevamente Milo, quien se cruzaba de brazos y miraba a un lado haciendo una mueca, cayo rapidamente en cuenta de que tal vez le debía una explicación -... Mil...
-... no estoy celoso - interrumpió inmediatamente alzando la voz con el toque de enojo y fastidió que no podia esconder -... solo... prometeme que... prometeme... que no dejaras de traerme rosas - Afrodita asintió, Milo sonrió hizo un gesto de despedida con la mano y lentamente se desvaneció ante los ojos del peli celeste - te esperare en el otro lado "Dita" - una risa divertida se dejó oir como eco a medida que su amado desaparecia en el aire mezclandose en el viento
-nos volveremos a ver Milo - finalizó el peli celeste sonriendo tristemente,no lloro, ni una lágrima recorrió su rostro, tal vez sus lagrimas ya se habían secado o quiza estaba totalmente resignado a la idea de perderlo
-DITA!! - grito Death nuevamente
-YA VOY! - Afrodita corrió para recibir a su nuevo invitado, se detuvo un momento al observar el retrato de Milo en la pared, casi pudo jurar que le sonrió, Milo había muerto hacía algunos meses atrás, una semana antes de que pudieran casarse, lo que debió ser el dia mas feliz de su vida terminó en un triste y deprimente velorio, aun lo amaba y dudaba que algún dia dejara de hacerlo, siempre llevaba rosas a su tumba, se encerró en su propio departamento, solo Death se había decidido a acompañarlo y tratar de animarlo
Los días pasaron y por alguna extraña razón Death no se iba, incluso le había roto unos platos en la cabeza porque... por que si, le grito, lo hecho, aunque en otras ocasiones solo se aferro a el para llorar y desahogar su dolor, Death era su compañía, y ahora estaba ahí nuevamente como cada dia... sin falta, el peli celeste lo abrazó con emoción en cuanto abrió la puerta, Afrodita no olvidaría a Milo pero quiza podria intentar algo con el italiano
-... te lo entrego esta vez Death... hazlo feliz... pero no tengas duda de que cuando llegue la hora... en el más allá lucharé por el - Milo permanencia en el balcón ya no podían verlo, y debía marcharse pronto, desvió la mirada en cuanto vio cómo su amado y el italiano se fundían en un beso - lucharé por él - repitió alejándose de aquella casa que alguna vez fue su hogar, dejando atrás a la persona que amaba, sin embargo esto no seria un adios, era un "hasta pronto", de la muerte no se puede escapar, Milo solo debía ser paciente y Afrodita volvería a sus brazos pero hasta entonces lo esperaría, lo esperaria para reunirse en el más allá, para volver a estar juntos y esta vez... para siempre
Fin
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PARA SIEMPRE~ [MiloxAfrodita]
FanfictionPareja principal: Milo x Afrodita Pareja secundaria: Death x Afrodita Milo solo debía ser paciente y Afrodita volvería a sus brazos pero hasta entonces lo esperaría, lo esperaría el tiempo que fuera necesario, para volver a estar juntos y esta vez...