Capítulo uno.

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Aristóteles caminaba cabizbajo por la calle, pasando cerca de la iglesia.

-Pfff...Puras tonterías.-Y desde lo lejos, divisó a su padre, el cura de esa iglesia.

-¡Aristóteles!-Gritó Audifaz.

Aris se dirigió a su padre arrastrando los pies.

-¿Qué quieres?-Escupió fríamente.

Audifaz se aguantó las ganas de abofetear al muchacho.

-Respétame, Aristóteles.-Gruñó.

-Si, si, ¿qué quieres?

-Te presentó a Francisco López y a sus hijos, Ana Guadalupe, Julio y a Cuauhtémoc.-Le mostró a un hombre sonriente ,una niña de cabello largo hasta la cintura, a un niño que sonreía un poco y a un chico con una linda sonrisa, lindos ojos y muy, muy tierno.

-Hola.-Dijeron los 4 López a la vez.

-Hola...-Dijo sin alguna señal de alegría.

-Soy Cuauhtémoc, pero dime Temo.-Se le formaron unos adorables hoyuelos sobre las mejillas.

-Soy Aristóteles.-Casi susurró.

-¿Quieres ir a algún lugar?-Ofreció Temo.

-Mi hijo es muy reservado y antisocial.-Dijo Audifaz.

-Vivi reprimido gracias a ti, Audifaz-Dijo Aris sin mirar a su progenitor.-Sólo por ser...Gay.

-¡Ya cállate!-Le dio una cachetada a su hijo,volteándole la cara.

Aristóteles dirigió su vista a los López, que tenían una ligera expresión de horror plasmada en el rostro.

-Nosotros nos vamos.-Dijo Pancho, pero Temo se había llevado lejos a Aristóteles. Exactamente al jardín.

-¿Estás bien?-Temo posó su mano sobre la mejilla de Aris.

-Si, no es la primera vez que sucede.-Sonrió.

-Tienes una linda sonrisa, Aristócles.-Se rió por el apodo.

-Gracias, Temistócles.-Volvió a sonreír.

Aristóteles por fin tenía un "amigo", los 2 se quedaron platicando por un largo rato.

-¿Me enseñas a tocar el piano?-Temo fue interrumpido.

-¡Hey, Lucifer!-El grito de un chico se hizo presente.

-¿Qué quieres, Zack?-Dijo el ateo fastidiado.

-¿Lucifer se enojó?-Se burló Ben.

-¿Lucifer?

-Oh, ¿no le haz contado? ¿Acaso es tu novio?-Temo se puso totalmente rojo por el comentario de Ben.

-Agh...Váyanse idiotas.

-Uy, ¿nos echarás al infierno?-El Córcega se estaba aguantando las ganas de golpear a los 2 chicos.

-Vámonos, por favor...-Temo le tomó el brazo y le miró suplicante.

Aristóteles hizo caso al lindo chico y se alejaron de ahí.

Entonces, el ateo decidió llevar a Temo a su lugar especial.

-¿A dónde vamos?-Preguntó el más bajo cuando Aristóteles lo llevaba a un muro.

-A mi lugar especial, Temo-Presionó un lugar específico de la pared y detrás había una habitación.

El lugar estaba pintado de beige y el piso de madera, un piano, un escritorio y un pequeño sillón para 2 personas pero, sin duda, lo que resaltaba era la ventana que daba con algún bosque, era un paisaje digno de un sueño.

-Wow, ¿qué es esto?-Temo observaba todo, como si fuera lo más maravilloso que había visto.

-Mi madre me traía aquí cuando mi padre la golpeaba o a mi.-Dijo con tristeza, mientras el lugar por donde habían entrado volvía a ser un muro.

-Oh...-Temo se fijó en una foto sobre el escritorio.

-¿Quién es?-Señaló al pequeño niño que sonreía sobre el papel.

-Mi hermano menor, Arquímedes.-Sonrió.

-¿Conoceré a tu hermanito?-Dijo emocionado Temo, faltó decir que el ama a los niños.

-No creo...Él...Está en el más allá con mi madre.-Aristóteles se sentó en el sillón y observó la ventana.

Temo se sentó a su lado.

-Perdón, yo...-Aristóteles le puso el dedo índice sobre los labios.

-Ellos murieron en un accidente automovilístico, mi madre murió al instante y mi Arquí en el hospital horas después.-Rápidamente fue abrazado por Temo.-Le recé a Dios que Arquí estuviera bien, pero jamás pasó...Dios no existe...-Dijo melancólicamente.

-Perdón Ari, yo también he perdido gente, pero tengo a mis calcomanías. Mi madre murió cuando yo nací y la de Julio y Lupita, Rebeca, murió hace poco.-Acarició los rizos de Aris.-Pero, mis niños supieron afrontarlo, juntos.

-Si, pero yo...Estoy solo..-Y ahí, la primera lágrima bajó por su mejilla.

-Ay, Ari...-Se alejó de Aristóteles y tomó su cara entre sus manos.-Yo estaré contigo.

Involuntariamente se fueron acercando, hasta que unieron sus labios. Temo pasó sus brazos por el cuello de Aristóteles y este por la cintura del de menor estatura, movieron sus labios dulcemente. Era un beso entre un ángel y un demonio, entre el día y la noche, entre la luz y la oscuridad....


























Yo toda obsesionada con Aristemo.

~MinKyo~

Publicado el 9 de junio de 2019.

L͓̽U͓̽C͓̽I͓̽F͓̽E͓̽R͓̽?(Aristemo-AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora