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Pov. Calle

Poché: A eso me refiero

Yo: No te entiendo... ¿Estabas siéndome infiel?

Poché: ¿¡Qué!? No, claro que no

Bien, eso es lo único que me haría alejarme de ella, lo demás puede que no sea de mi incumbencia y cuando quiera decirme de que se trata, estaré ahí

Yo: Entonces no veo en que me perjudica

Acerqué mi mano hasta entrelazarla con la suya

Poché: Calle ¿Qué piensas de mi?

La miré y luego coloqué mi cabeza en su hombro mirando al horizonte, pensé muy bien en como describirla, pues ya llevaba meses enamorándome más de ella por cada cosa e historia de su pasado

Yo: Eres una gran persona, me refiero a que no cualquiera sigue la vida sin rencores como tu lo haz hecho, además de hacer las obras de beneficencia que haces

Poché: ¿Y si también hago otra cosa para nivelarlo?

Vaya que pregunta tan confusa, ¿A qué se refería?

Yo: Es decir que ¿Restas a eso bueno que haces con otra cosa?

Poché: Algo hipotético

Yo: Cada quien debe decidir como llevar su vida, que hacer y el por que

Poché: Hmm

Nos quedamos unos minutos en silencio

Yo: A la próxima avísale al menos a Juan donde estás, para que no se preocupe

Poché: Pero si tu me vas a encontrar

Yo: Él también se preocupa por ti

Poché: Y lo sé, a mi me pasa igual con él o Cristóbal, igual no es como que pensará desaparecerme

Nos quedamos un rato más y luego nos fuimos a nuestros departamentos



Pov. Poché

Días después un participante del elenco cumplía años por lo cual todos los demás estábamos invitados a su fiesta. Llegamos por aparte con Calle pero desde que nos encontramos en el bar, no nos volvieron a separar.

Fuimos las que menos tomaron en la noche pues solo hablamos necesitado la compañía de la otra para disfrutar la noche. Al terminar la fiesta podíamos quedarnos en casa del cumpleañero, pero preferimos ir a mi departamento pues Ramón estaba sólo.

Entramos y lo vimos durmiendo en su cama, así que, mientras Calle fue a la cocina, yo me senté en el sofá, me quite los tacones para descansar los pies y me recosté hacía atrás mirando al techo. Estaba por quedarme dormida cuando la escuché llegar, así que, coloqué mi mirada en ella, quien llevaba una botella de vino en su mano, la levantó dándole un trago, lamió sus labios mirándome fijamente y empezó a caminar hacía mi.

Traté de ponerme de pie, pero me lo impidió, se subió con cada pierna a un lado de las mías

Yo: Eres hermosa - coloqué mis manos en su cadera

Calle: Shh - me colocó su índice derecho en mis labios y lo lamí, lo introdujo lentamente en mi boca y lo chupé, vi que se erizó y sus pupilas empezaban a dilatarse - esta noche vas a ser mía

Acerco su rostro al mio dándome un beso, primero lento, pausado y delicado, no soporte mucho, pues desde la fiesta con sus bailes cerca a mi tuve que controlarme para no besarla con deseo, mi lengua se abrió paso por su boca encontrándose con la suya, una de sus manos fue a mi nuca dirigiendo así el beso.

Mis manos empezaron a jugar en su espalda hasta llegar al cierre del vestido y lo abrí, mordió mi labio inferior haciéndome gemir, luego lo delineo con su lengua, volví a besarla mientras ella me quitaba la chaqueta y la camiseta que llevaba, luego nos recostamos quedando mejor ubicadas en el sofá.

Terminó de quitarse el vestido quedándose únicamente en bragas y volvió a colocarse sobre mi, regresando sus labios a los míos. Bajó a mi cuello y sus manos se dirigieron a abrir mi pantalón. Nos fuimos deshaciendo de las prendas faltantes quedando completamente desnudas.

Una de sus piernas se colocó en medio de las mías rozando mi centro. Comenzó a mover sus caderas generando fricción entre su centro y mi pierna, humedeciéndola con su líquido, mientras besaba y mordía mi cuello podía escuchar algunos de sus gemidos ahogados.

Una de mis manos fue a su pecho y lo acaricie sintiendo su pezón erecto, jugué con él hasta que pude hacer que mi boca se uniera al juego, sus gemidos iban en aumento y yo me aferraba a su espalda para tener mayor cercanía.

Su mano empezó a bajar por mi vientre hasta llegar a mi centro, estaba deseando tanto su contacto, pues toda la situación ya me tenía al borde del orgasmo. Empezó a acariciar alrededor sin entrar, haciendo desahogarme en gemidos que se unían a los suyos.

Fue dejando besos en mi hasta llegar a mi clítoris, pronto su lengua comenzó a hacer maravillas, enredé mis manos en su cabello haciendo que el trabajo de su lengua fuera más intenso.

Sentí dos de sus dedos rozando mi entrada y mi vientre comenzó a tensarse junto a mis piernas, entre jadeos estaba por llegar en su boca, cuando se alejó, iba a mirarla para quejarme cuando sentí finalmente sus dedos dentro y gemí casi en un grito, así que fue a mis labios para silenciarme

Calle: Ramón está durmiendo, no lo despiertes

Fuera De CámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora