Capitulo I

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Londres año 1616:

La riqueza no colmaba las calles de Londres, coexistían de algún modo dos tipos de clases en este panorama desigual, los observadores, los poseedores de todo, los ricos, la gente de la nobleza, a los cuales todo se les servía y todos obedecían sus palabras y los poseedores de poder infligir el mayor daño posible sin ser responsables de sus acciones. Por otro lado podemos encontrar a los damnificados, los pobres, el pueblo, quienes día y noche buscan la manera de poder sobrevivir un día más, los que no son reconocidos por los terribles esfuerzos que realizan diariamente y los que mueren minuto a minuto por la negligencia de sus excelencias.

Mientras unos duermen en camas de bronce, tapados por pieles importadas, junto a un cálido hogar bajo un techo que posee un impenetrabilidad incomparablemente, es tal, que quien ose desafiarla podría morir intentándolo. Otros lo máximo que poseen es un colchón desmembrado y esa es su mayor posesión, junto a el calor reconfortante de su propio cuerpo provocado por un corazón que bombea débilmente porque no sabe cuanto más podrá resistir dicha agonía  

-Tomas créeme es una buena oportunidad la cual me han ofrecido- le dije mientras guardaba los tres o cuatro harapos que tenia por ropa en una valija demasiado grande que me habían prestado, dándole la espalda 

-Pero niña, es en la ciudad este trabajo, estarás muy lejos- dijo Tomas con gran pesar y tristeza en la cara

-Lo se, pero no puedo dejar pasar esta oportunidad. Es un gran trabajo, tendré una paga y no la voy a necesitar estando allí, así que se las enviare a ustedes. Con eso los voy ayudar- dije cerrando la valija y poniendome de pie para mirar a Tomas a los ojos 

-No tienes que hacer esto por nosotros Camila, nosotros podemos manejarnos con el dinero, no es mucho el que poseemos, pero estamos bien así. Lili y yo realmente valoramos el esfuerzo que haz hecho durante todos estos años ayudándome a mi en los campos y a ella con la costura. Pero no es necesario que hagas esto por nosotros-dijo mientras me miraba con ojos llorosos y sacándose el gorro de cuero viejo que tenia en su cabeza y empezandolo a estrujar con sus manos; hacia eso cuando estaba nervioso

-Se que están bien así como están, pero podrían estar mejor y eso lo se muy bien, quiero contribuir en eso como había hecho mi mamá con ustedes cuando tuvo que criarnos a mi y al otro niño. Y ademas quiero tomar esta oportunidad para expandir mi conocimiento. No crean que no aprecio y valoro todo lo que han hecho por mi desde la partida de mi madre, pero tengo veinticuatro años y es momento de que empiece a hacer algo que pueda ayudarme y ayudar a los demás- cuando termine de decir esto lo abrace muy fuerte y él me susurro algo al oído

-Cuídate Camila, por favor- me dijo antes de concluir el abrazo 

-Eso haré Tomas, no lo dudes- dije y luego nos encaminamos a la puerta de salida de nuestra humilde casa donde nos esperaba Lili con un pañuelo en la mano, que pronosticaba que rompería en llanto en cuanto yo cruzara en umbral de la puerta 

-Te prepare esta canasta para el viaje a la ciudad, linda- dijo Lili dándome una canasta de mimbre con unos bocadillos en su interior 

-Muchas gracias Lil ¿Como haré para sobrevivir sin tu comida en la ciudad?- dije y la abrace antes de que rompiera en llanto

-Solo procura comer bien. Cuando puedas venir, haré tu comida favorita. Eso te lo aseguro-

-Son las mejores personas que pudo darme la vida para criarme luego de mi madre- dije mientras cargaba la maleta y la canasta en Sansón

-Tu eres una joven magnifica y también estamos agradecidos porque la vida nos haya unido a tu madre. Tomas la conoció mucho antes que yo, pero no puedo dudar en decir que Sinueh era una mujer encantadora-  dijo Lili con una cuantas lagrimas que se desvanecían rápido por su pañuelo de encaje 

-Intento cada día poder asemejarme más a lo buena persona que era mi madre- dije subiéndome a Sansón con un rápido movimiento 

-Eres eso y mucho más, linda. Así que por favor cuídate y no nos olvides- dijo Lili

-Eso jamas- dije mientras comenzaba a mover las riendas de Sansón, cuando Tomas me dijo algo que me hizo volverme

-Camila, no olvides que sin importar que ellos te hayan dado un trabajo, ellos no son tus amigos, mucho menos son empaticos con la gente como nosotros. Así que no bajes la guardia y estate siempre alerta- me dijo Tomas mientras abrazaba a su mujer con un brazo e intentaba contenerla un poco

-Descuida solo voy a trabajar, así que eso no sera un problema- 

Y ni bien termine de pronunciar estas palabras, le di un leve golpe a Sansón con el pie para que comenzara a cabalgar. Mientras el viento me golpeaba la cara y hacia volar mi cabellos al aire, volte la cabeza solo para ver la imagen que se me presentaba, que era Tomas y Lili

Tomas y Lili habían sido como unos segundos padres para mi, luego de la partida de mi madre y de la del niño que era como un hermano, ellos se encargaron de mi, me criaron y me dieron todo lo que pudieron y hasta más. Dejarlos me provocaba un gran dolor y sabia lo que ellos estaban experimentando, ya habían sufrido demasiado con mi madre y ahora que yo me iba a la ciudad estaban sufriendo de nuevo. No quería que nadie se sintiera mal, ni ellos ni yo, pero debía hacer esto. El trabajo los ayudaría mucho a ellos y era mi oportunidad para ver ese mundo que mi madre más de una vez me había relatado en cuantos infantiles 

Después de unas cuatro horas cabalgando Sansón y yo legamos a Herford, la ciudad más cercana a las afueras. Nuestro lugar de destino y paradero por tiempo indefinido.

Se podían observar a simple vista las diferencias abismales con las afueras de Londres. El humo invadía las calles, el constante movimiento de personas en las calles, las casas eran muy bonitas a comparación de la nuestra y el incesante y molesto ruido de absolutamente cualquier cosa. Algo que destacaba por sobre todas las cosas en Herford era el imponente pero majestuoso Castillo.

-¿Donde estará Olive, Sansón? Ella dijo que la esperara en los establos del pueblo y aquí estamos- estaba hablando con mi caballo y con migo, con la única diferencia de que Sansón no contesta, así que me encontraba hablando sola 

En ese momento pasa un caballo por al lado mio de una manera muy rápida y la jinete de ese caballo poseía una melena rubia inconfundible

-Te estuvimos esperando Olive- le dije

-¿Quienes? ¿Tu y Sansón?- y comenzó a reírse

-Si, yo y me caballo. ¿Donde estabas?-le dije acomodándome el cabello de la cara 

-Tenia que recoger unas cosas de la casa de Magda antes de venir. Pero ya estoy- dijo mostrándome una sonrisa enorme 

-Muy bien, es hora de encaminarnos a la gran casa de los señores- dije mientras le movía las riendas a Sansón para que avanzara 

-Esta bien, yo voy adelante y te guiare- dijo adelantándose

-No creo que sea muy difícil llegar al castillo, ya que es lo que más se destaca del pueblo entero- dije con un tono sarcástico

-¿Ya tienes pensado tu nombre?. No olvides lo que me dijiste sobre  tu madre y lo riesgoso que seria si lo usabas aquí- me dijo Olive interesada y preocupada

-Ya lo se Olive, no lo he olvidado. Solo tu y Edwin pueden decirme Camila, cuando estemos solos o cuando nadie nos oiga. Para el resto soy Karla -

-¿Y como se te ocurrió ese nombre? Si es que puedo saber- dijo Olive intrigada

-Claro que puedes. Se me ocurrió por una mujer que conoció mi madre cuando yo era bebe, el nombre de esa mujer era Karen y de tanto cambiarlo se me ocurrió "Karla"-le explique a Olive

-Creo que fuiste muy ingeniosa y que nadie nunca, por lo menos en Herford sabrá tu verdadero nombre- dijo mientras se acercaba a mi y me tomaba la mano 

-¿Le dijiste a tu hermano sobre esto?- le pregunte 

-Tu mantente más que tranquila, ya le he avisado hace una semana, cuando supe que trabajaríamos en el castillo, le envié una carta, la cual respondió, por lo tanto sabemos que la leyó- dijo con total seguridad

Y así fue como dos campesinas de las afueras de Londres se introdujeron en el pueblo de Herford. Pasaran de no tener nada a tener algo que sera más de lo que alguna vez pudieron tener, pero a un precio que muchos están dispuestos a pagar pero que no muchos logran concretar.  

Los Caminos De LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora