Introducción

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En el mundo, existen varios tipos de personas, millones de personalidades y características que nos identifican a cada uno, pero hay ciertas características que si las clasificas puedes ordenar a las personas de cierta manera; tímidos, vergonzosos, valientes, misteriosos, pervertidos, inteligentes y más. Podría seguir diciendo mil ejemplos, quizás mil uno, quien sabe. Hay un tipo de persona, con ciertas características que la definen como un ser sin sentimientos y capaz de hacer lo que sea que le parezca. Esta persona entra en "El caso número 78".


No es difícil darse cuenta que tienes a alguien así en frente de ti, pero ojo, solo si se dejan ver, y una vez que la viste quizás no vuelvas a ver a alguien más, o quizás sí pero de seguro solo para que tu mente se carcoma por completo, para que te vuelvas loco, para que te empieces a perseguir sobre qué es lo que hará, donde está, si te ve, si te sigue y ahí solo ahí, cuando no puedas más empezaras a ver la luz, hasta ya no ver nada.
En el año 1988 una familia estadounidense se mudó a un pueblo pequeño del departamento de Maldonado llamado Aiguá. Los Cooper.


David Cooper, cuarenta y cuatro años, era un empresario, pero aquí se las tuvo que ingeniar para conseguir un trabajo, por lo que empezó a trabajar como repartidor de un supermercado con su camioneta Ford F-100, una camioneta que no es muy llamativa, pero la tiene muy bien cuidada, es una de las cosas más preciadas para él. No muy alto, pelo no muy largo, barba completa y larga, típico estilo de esa época, no era de transmitir mucho lo que sentía y era bastante serio.


Annie Patterson, treinta y nueve años, maestra que aún estaba esperando respuesta de una de las escuelas del lugar para poder empezar a trabajar, una mujer adorable, empática, creativa amante del arte, en sus momentos libres solía pintar cuadros hermosos inspirada en lo que sueña, lo cual no siempre salen hadas de sus pinturas. Mediana estatura, pelo enrulado de tintura rubia natural.


Y ahora por ultimo pero no menos importante... Benjamín Cooper, podría describirlo tanto pero tan poco a la vez, no hay mucho que decir de él ya que aún es un niño, pero tiene algunas características que muchas veces quedas cuestionándote ¿Quién es?, o del lugar más tétrico de tu mente ¿Qué es?


Un niño bastante callado, con cero expresiones faciales, bastante inteligente para su edad, y algo que en un principio dio buen indicio es que era bastante ordenado, no le gustaba que tocaran sus juguetes que tenía en sus repisas, uno al lado del otro, pero él los clasificaba. Para él sus juguetes eran alguien, les hablaba, les contaba lo que hacía o pasaba a diario. Sus "Amigos".
Cada tanto desaparecían muñecos, los cuales los sustituía con los que le volvían a comprar. Los padres un día se dieron cuenta lo que hacía su hijo porque lo escucharon mientras empezaba a desaparecer uno de sus muñecos.

Benjamín - El caso número 78Donde viven las historias. Descúbrelo ahora