OneShots de Canción de hielo y fuego/Got

La reina en el Oeste

Durante el reinado de Aegon I, el conquistador, su hijo mayor Aenys contrajo matrimonio con Lady Alyssa Velaryon, en pro de conservar los genes valyrios de la familia real, paso poco tiempo para que el matrimonio trajera un nuevo Targaryen al mundo, una pequeña pero muy hermosa niña con ojos lila, ambos jóvenes fueron a presentarla ante los reyes.

-Es tan pequeña -Comentó el conquistador.

-Pero muy activa mi rey -Respondió Lady Alyssa acercando la bebe a sus brazos.

El rey la tomo con cuidado, hacia mucho no cargaba a un infante, menos a uno tan pequeño, la bebé comenzó a moverse en sus brazos buscando comodidad, sujetó su dedo mientras el dragón la veía embelesado, le recordaba mucho a su amada Rhaenys, una lágrima salio por sus ojos.

-Padre, se llamará Rhaena -Anunció Aenys- En honor a madre.

-Es magnifica -Respondió el rey con fascinación.

-Será una gran esposa para Maegor, reinaran juntos -Comentó la reina Visenya- Es tan preciosa como mi hermana.

-Tia creo que no es momento para buscarle un compromiso, aún -Respondió relajadamente Aenys ante la incomodidad de su esposa.

La idea del compromiso no dejo de rondar la cabeza de la reina Visenya, hasta que Lady Alyssa convenció a Aenys de que era una locura, el joven principe Maegor era de carácter arrebatado, problemático y voluble, además de eso por suerte el Septon Supremo se opuso rotundamente a la idea de la posible unión incestuosa entre Tio-Sobrina.

Pronto con el pasar de los años, dos Targaryen más nacieron, Aegon II y Viserys, hermanos menores de Rhaena que la desplazaron en la linea de sucesión, la niña se volvió tímida, solo quería estar con su madre, sus hermanos a veces la intimidaban, aunque su abuelo Aegon justificaba que fuera introvertida y la llenaba de mimos, fue el quien tuvo la idea de regalarle una pequeña dragona que nació en Dragonstone cuando Rhaena tenia nueve años.

La felicidad de la niña rebasaba cualquier cosa, su abuelo reía solo al oírla jugar con su dragona azul de rayas plateadas a quien llamo sueñafuego, aunque seguía sin hablar mucho, pudo entablar amistad con otra niña, su prima Laryssa Velaryon, quien fue en calidad de Dama de compañía a la capital.

-Abuelo -Llamó Rhaena en la sala de reuniones.

-Pequeña -Saludo el con alegría.

-Laryssa dice que algún día deberé casarme con Aegon -Le dijo con dolor- No quiero abuelo, por favor no lo permitas, eres el rey, puedes hacerlo todo.

-Ojala pudiera -Respondió el con cansancio- Pero te aseguro algo, aunque tengas que casarte no dejaré que tu esposo te haga daño, ni él ni nadie pequeña mía.

Ella lo abrazó buscando consuelo.

-¿Debo hacerlo? -Preguntó con inocencia.

-Quizás algún día princesa dragón, eso te hará reina y recuerda esto... Naciste para reinar.

-No quiero ser reina, ni quiero casarme, quiero ser libre -Respondió ella sollozando.

-Creo que nadie es completamente libre, pero te aseguro algo... No hay nada mas cerca de la libertad que el volar por los aires.

Las palabras del rey siempre tenían un efecto positivo en la princesa, desde ese momento se hizo a la idea que aunque no quisiera algún día se casaría con su hermano o con cualquier otro hombre por deber, además se sintió tan motivada a buscar la libertad que a sus doce años emprendió vuelo por primera vez en sueñafuego.

-¿Que se siente volar? -Le pregunto Laryssa un día en su habitación.

-Es indescriptible -Respondió Rhaena.