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Todo final tiene su comienzo, y aquí va el mio.
Sabes que estas perdiendo la cordura, cuando todo a tu alrededor es un ruido sordo, cuando todo tu cuerpo tiembla y sientes ese sudor frio bajar por tu espalda. Y yo no lo podía controlar, no podía controlar mis jodidas acciones. Intento escuchar al policía parado frente a mi puerta pero es imposible, miro a mi madre y veo como me ve con su mano en su boca, no puedo entender ¿Qué esta pasando?

Dejo a mi madre atrás y me adentro a un mas en la escena que jamas olvidaré, mi hermana, mi dulce hermanita esta rodeada por un charco de sangre y no lo puedo creer, esto no esta pasando, me niego a que esta sea la última imagen que tendre de Alisa
Tomo pequeñas respiraciones y articulo la pregunta en voz alta.

—¿Qué mierda está pasando? —Mi voz parece la de un niño pequeño.

No puedo creer lo que mis ojos ven, me acerco a su diminuto cuerpo. Lleva el vestido rosa pastel que le regalamos Nash y yo en su cumpleaños numero 11. Me arrodillo sin importar como su sangre se filtra por mi pantalón y la tomo en mis brazos, un nudo se forma en mi garganta al ver sus ojos marrones sin vida mirarme, su boca esta ligeramente abierta y un hilillo de sangre mancha la comisura, se la limpio gentilmente para no dañarla.
En una esquina veo arrodillada a una silueta que me parece muy familiar y que no tardo en identificar.

—¿papá?—no responde.

—¿Que pasó?— vuelvo a preguntar pero me ingnora como si su mente estuviera en otro lugar.

—No quise hacerlo—es su única respuesta.

—¿Que mierdas paso papá?

—Ella se lo buscó.

—¿De que hablas?

—Ella me provoco.

— No entiendo—se levanta y entonces comprendo todo, de su mano derecha cuelga un cuchillo lleno de sangre y regreso la vista al cuerpo de mi hermanita, un sudor frio recorre mi cuerpo—¿Que hiciste? —mi voz sale como un susurro mientras me aferro al cuerpo sin vida de Alisa.

Y antes de escuchar su respuesta me despierto alterado, sudando y gritando. Mi respiración es erratica y los latidos de mi corazón son incontrolables, las lagrimas rrecoren mi rostros sin que las pueda detener, intento limpiarlas pero unas manos me detienen y se de quien son, Nash mi inseparable amigo, me regala un sonrisa timida y me acerca a su cuerpo, sin intercambiar una sola palabra me abraza y me rompo sin poder evitarlo, todo el dolor, la desesperación y el desconsuelo de esa noche se aferran a mi clavandome las uñas haciendo sangrar mi maltrecho corazón. Y no sé cuanto mas aguantaré esto.

ALBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora