En un lugar en mi país, en lo profundo de su extensión.
Vive un niño desolado, lleno de golpes y dolor.
Él piensa que lo que le pasa, es porque el se lo merece.
Sí al escuchar a sus padres decir que él no los merece.
Triste juega con palos, simulando ser muñecos, y en su cabezita piensa que de ser eso están muy lejos.
Corre por los campos libre como liebre en el pastal, pero sabe que cuando vuelva, algo feo le va pasar.
Inocente como todos, el anhelaba la paz, pero todo cambiaría cuando empezara a madurar.
Dejo de lado sus ideales y su profundo deseo,
Porque sabía que en este mundo no sobrevives sin recelo.
Y así poco a poco el niño muy solitario creció,
Conoció a nuevos amigos en su misma situación,
Ignorando consecuencias a un grupo pequeño él se unió,
Era una mafia pequeña, pero que como lobo lo enseñó.
Ahí pasaron los años hasta volverse un señor,
Uno de los manda mases, el más lleno de rencor.
Sufrimiento mucho trajo a todos los enemigos de su patrón,
Y solucionaba cada problema con fuego de su cañón.
Las personas se le alegaban y con su justa razón,
Pero a él no le importa, porque así estaba mejor.
Caso un día que este hombre se transformaba en el don,
Y lo que parecía el mejor día de su vida, se volvió su perdición.
Se dió cuenta que esa vida le quitó mucho calor,
Receloso por no tener familia ni amigos de corazón,
Tarde una noche caminando y pensando en su situación,
Unos maleantes menores le asaltaron sin aviso y sin temor,
Eran jóvenes desesperados, y sin ninguna educación,
Qué en lo profundo de su alma el comprendía y con razón.
Pero entre nervios y temores uno de ellos sacó un cañón,
Y por su mano temblorosa le disparó en el corazon,
La ironía de la vida, fue lo que a este hombre le mató.
Dice que en sus últimos suspiros el cantaba una canción...
Te vas Alfonsina con tu soledad... Qué poemas nuevos te has ido a buscar... Y en la blanca arena con agua y con sal... Donde canta el mar y te está llamannnndo...
