Aclaro desde ahora que este libro se está editando una vez más, pues mi manera de escribir a cambiado y no estoy para nada contento con mis escritos, así que ten paciencia si ves alguna historia con mala narración.
Este libro contiene cortos escrito...
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— ¡Te hace falta más fuerza!
Aquel grito resonó con fuerza en aquella sala blanca en la que me encontraba, haciendo que comenzará a irritarme, sin embargo solo hice tronar mi mandíbula para calmarme, aunque me doliera hacerlo.
— ¡Ya deja de gritarme!
Me quejé con cansancio, sintiendo el tirón de aquella máquina hacia mi brazo hizo que pusiera más fuerza en ella para no soltarla, porque si lo hacía tal vez me rompería algo. Ya me había pasado y no quería que me volviera a pasar.
— ¡No me alces la voz niña!
Escuchar su grito hizo que lo mirara de reojo, estaba lo suficiente lejos como para que no lo golpera, astuto de su parte, mirándolo con detalle note que había fruncido su ceño. Si sigue frunciendo el ceño tal vez se quede así. Al pensarlo solo sonreí de lado.
— Tu también lo haces -Murmuré con tono burlón, para luego tirar de la cuerda con fuerza.
La verdad es que entrenar con Lui era un poco, frustrante. Si es que se podía decir así, o hasta más.
— ¡Manten la mirada en la cuerda!
— ¡Ya te escuché!
Jale nuevamente aquella cuerda con fuerza.
Casi todos los días nos la pasábamos gritando el uno al otro, pero que podía hacer? El me ayudó a entrenar y estar donde estoy.
Desde que comencé a centrarme en mi misma no había tenido contacto con Daigo de ninguna manera, por lo que no había tenido a alguien en quien apoyarme. Y ahí es donde entra Lui, él y yo hemos entrado en la confianza suficiente como para que yo le contará sobre mi problema amoroso con Shu, por lo que me dió uno que otro "consejo" a su manera.
— El entrenamiento acabo, vámonos.
Y después de decirme eso de inmediato se fue a los vestidores. Con una mueca tome una toalla para secar el sudor de mi cuello.
Me quedé parada pensando sobre lo que había pasado en estos meses, Daigo y Valt, he perdido contacto con los dos por el simple hecho de que mi celular pasado quedó hecho trizas por culpa de Lui.
Y sobre Shu, simplemente hago lo que Lui me dice seguido, ignorar todo sentimiento hacia él y concentrarme en el deporte en el cual él me había metido con más profundidad, osea el Beyblade.
Escuché pasos venir hacia mi, por lo que levanté la mirada encontrandome con aquellos ojos morados que por alguna extraña razón comenzaban a gustarme.
