Lo siento

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- ¿ Qué te gusta más el helado o el chocolate?- hacía tanto que no probaba ninguno, que no tenía una repuesta fija.

- Mhh ambos- dije mientras dibujaba un árbol, un poco chueco dibujar no es lo mío pero me entretiene cuando estoy aburrida.

- Cami...

- Dime

- Estoy aburrida, podemos hacer algo divertido- no le prestaba atención- ¡hey!- me arrebató mi lápiz.

- ¿Qué quieres?- le quite mi lápiz, estoy ocupada- ¡Ya déjame en paz!

- Necesito tiempo de chicas, hace unos días Ryan me dejó y me eh sentido muy sola, te necesito amiga y tu estas en las nubes- hizo un puchero.

- Bueno dime Lourdes ¿que quieres?- guarde todo en mi mochila y la miré.

- Nose, conocer chicos nuevos, fiestas, siento que estoy atascada en el mismo lugar y no puedo salir.

- Sabes que no soy mucho de salir, no soy para nada una dama, los chicos me ven como un baron ante mi comportamiento, y con respecto a chicos- inhale profundo- aún no supero a Luciano- miré hacia otro lado.

- Es enserio- la miré- otra vez ese tonto ya pasaron cinco meses Camila.

- Pues ese tonto es importante para mi aún- la miré enojada.

- Pero si el ahora se está comiendo a la petisa esa que va a su curso con el, no te daría asco probar sus babas ahora.

- No te tomas nada en serio, ¿y sabes que?- me levanté de mí lugar- ya no quiero hablar contigo me hire yo sola- empecé a caminar.

- ¡Camila ven! No fue mi intención- me seguía.

Salí del Bufet a toda marcha para no tener que escucharla, doble la esquina para llegar a la parada del siguiente autobús que me dejaría en mi casa, Lourdes me alcanzó y comenzó a sarandearme pidiendo ¡Perdón! o ¡Pensé que ya lo habías olvidado!

No quería escucharla, asíque con mi mano libre comencé a tirar de la mano de ella para que me soltara, con mis últimas fuerzas logré que lo hiciera, no contaba con que hubiera alguien a mis espaldas, entonces choque con esa persona llevándome mil insultos antes de siquiera darme la vuelta para pedir disculpas.

- ¡Oye tonta! Fíjate lo que haces- un chico muy molesto, me insultaba bajo mientras limpiaba de su chaqueta lo que parecía ser un batido de chocolate.

- Lo sien...

- ¿Qué insultas a mi amiga idiota?- oh no.

- ¿Y tu que te metes?- no había visto la presencia del otro chico que venía con el, por estar tratando de ver como rehemendar mi pequeño error.

- ¡Me meto todo lo que quiero imbécil!- Lourdes se acercó con las intenciones de golpearlo, pero la tome de el brazo antes de que siguiera llamando la atención.

- Ya basta Lou- la miré, estaba enojada y miraba con enojo al chico que se había atrevido a estarla- fue mi culpa y lo siento, si quieres puedo pagarte otra chaqueta- insinue.

- ¡Ja! Ni lo que ganan tu papá en un año te serviría para arreglar esta chaqueta- auch eso dolio, no sólo por lo que insinuó, sino por el hecho de que ni siquiera tenía padre para poder pagarle, agaché mi cabeza y Lou miro al chico con cara de asco y tristeza.

- Yo .. no quise- trató de arreglarlo.

- Sabes que no importa, fue mi culpa y lo siento.

Lou tomó mi brazo, antes de que me vieran llorar en ese instante y me encaminó en dirección contraria.

- Los hombres son un asco- dijo.

No todos lo son

IneffableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora