Tus ojos eran el único reflejo donde veía todas mis virtudes.
Tus ojos eran el espejo donde me veía relajada.
Tus ojos eran el único destello donde mi ternura privada dejaba ser observada.
Tus ojos eran aquel lugar donde mi imaginación volaba.
Tus ojos eran ese lugar que era capaz de sacar la apacibilidad y amabilidad discreta que se refugiaban y fluían de la mano para cohesionar y soltar todo rastro de desconfianza depositada, en tremendos prejuicios y recuerdos malditos.