Después de que saliera de esa botella, no sabía por que estaba en aquel lugar raro, lleno de plantas y flores, parecia un lugar enorme, realmente enorme, pero, no es que fuera enorme, el era pequeño y el problema en este momento no era su estatura, si no su ropa, asi que tomo unas cuantas hojas y las enredo en su cuerpo, se sentia ridiculo. ¿Cómo podia pasar de su hermoso traje, Azul pastel y blanco a llegar a usar hojas como ropa para cubrir sus genitales.Se dedico a caminar por un camino el cual estaba creado por pequeñas piedras, hasta que escuchó una voz a lo lejos, acercándose para poder observar la escena.
— ¡Llegas tarde para la hora del té! Tú, conejo! Siempre es lo mismo! – Se quejo un chico alto, con un gran sombrero y unos lentes redondos de color rojo, que lo hacian ver ridículamente adorable, junto con el traje que utilizaba.
— No es mi culpa! Un chico bonito me hizo llegar tarde! – dijo el castaño anteriormente visto por el rubio–
— Si! Claro, hechale la culpa a las flores que te hacen piropos cada vez que te ven – dijo un chico que tenia unas orejitas redondas y grises que resaltaban de su cabellera de color avellana.
—¿Flores? – murmuro él rubio, escondido detrás de una pequeña pared de flores. De un momento a otro sinte como raíces comienzan a adentrarse dentro de sus ropas improvisadas – ¡Hey! ¡Dejenme! – salio de su pequeño escondite para alejarse de aquellas raíces traviesas.
Un silencio se formó, cuando JiMin levanto la mirada se dio cuenta que todas sus miradas estaban sobre él.
— ¡Ese es él chico bonito! – Grito el castaño – ¿Que haces aqui? ¡Te dije que no te acercaras!
— Ya, ya, JungKook, conejo idiota, lo asustas – dijo el chico que adornaba su cabeza con un enorme sombrero, acercándose al rubio que era absolutamente pequeño, agachandose frente a él – ¿Cúal es tu nombre? – ladeo su cabeza mientras lo miraba.
— M-mi nombre es Park JiMin – retrocedió un poco, pero en ese instante el chico lo tomo de sus pequeñas caderas y lo llevo a la mesa dejándolo parado sobre esta.
— Mi nombre es Kim TaeHyung, alias el Sombrerero
— Loco! El sombrerero LOCO ¿Como se te ocurre tocarlo? – dijo el chico de orejas largas y posadas.
— No seas grosero, es solo un pequeño chico – se acerca a JiMin y la palmaditas en su cabello.
— No soy grosero, solo que... Es muy... Uhgt! Por el llegue tarde! – Se quejo el castaño.
— Listo! Ven, JiMin – dijo el ahora llamado sombrerero, mostrando una pequeña prenda.
— ¿En que momento lo hiciste? – dijo el rubio, acercándose a donde estaba TseHyung.
— Mientras estos dos discutian, ahora pontelo – lo lanzo dentro de una taza y se dedico a mirar como JiMin entraba en esta y el la cubrir para que se cambiase. Después de unos dos minutos sintió como daba unos toquecitos en la tapa y la levanto, sacándola de esta – Te queda bien, ahora come esto – toma una galleta y la rompe, tomando un pedazo muy pequeño dandosela a él.
— La última vez que comi una de esas termine de este tamaño – señala su diminuto pero perfecto cuerpo.
— Tranquilo, confia en mi
— Bien – tomo el pedazo de galleta y lo comio, comenzando a escuchar la mesa tronar un poco.
— Hey! bajate de la mesa! – chillo el chico de orejas redlndasy, de nombre ChanYeol.
–rapidamente el rubio bajo de la mesa ante el supuesto Regaño – Perdón... Cómo es que aún me queda la ropa?
— La hice con tela de mi sombrerito – señalo su sombrero, sonriendo.
— Bueno, ahora debes de irte – gruño JungKook.
Chanyeol se puso detrás de él, tomándolo de los hombros.
— Tranquilo, se pone asi cuando ve a un niño bonito que le gusta – Sonriendo.
— No me gusta! Ahora debe irse!
— No, no, nonononononnnnooooooo! Tu lo llevaras con el Rey Jin, para que sepa de su llegada!
Y en ese momento, comenzó una pelea, ganada por Tae, obligando a JungKook a recorrer ese largo camino junto a JiMim hasta el gran reino.
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Aaah!! I wana die xd, faltas de ortografía se corregirán en algun futuro js. Thanks for waching <3
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Pais de las maravillas -KookMin-
FanfictionTodos estaban ansiosos, ambas familias esperaban sentados frente al altar, mientras que JiMin, el novio, no es que quisiera casarse si a eso queremos llegar. Estaba sentado, debajo de un arbol, leyendo un pequeño libro de jardinería, hasta que un pe...