Límite

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Yoongi entra a su casa cuando dan las 21:41 pm luego de un largo día de trabajo, rápidamente cierra la puerta del apartamento y prende las luces, en medio de la soledad de la sala cuelga su paraguas, se saca su gran camperón de invierno y también sus guantes para luego frotarse las manos intentando recuperar algo de calor, pues afuera hacia muchísimo frío y el invierno no les daba un mínimo respiro.

Camina directo a la cocina frotando su cuello y sintiendo su espalda contracturada por estar moviendo cajas de mudanza, trabajo que en invierno era algo difícil de hacer cuando los músculos están tensos y  el cuerpo tiritando por el frío.

Su garganta se relaja cuando toma algo de agua y mira el reloj, pensando en que su querido novio ya debería haber llegado.

Estira sus brazos y camina perezosamente hacia la habitación que comparten juntos, pero antes de llegar a abrirla escucha un pequeño sollozo que proviene de adentro de la misma, con mucho cuidado intentando de no hacer mucho ruido la abre lentamente asomando su cabeza.

Lo primero que logra ver es ropa mojada tirada en el piso, justo al lado de la cama que la joven pareja comparte, su mirada se dirige rápidamente a esta cuando vuelve a escuchar un sollozo mas alto que el anterior.

Entra con cuidado y se sienta al lado del bulto de frazadas, tocando suavemente la tela intentando consolar a su pajera debajo de ella.

—¿Bebé? —el bulto bajo su mano se remueve, hasta que una cabellera rubia se asoma en medio de las sabanas y las frazadas para luego dejar ver dos hermosos ojos, que se veían rojos e hinchados de tanto soltar lagrimas.

—Y-yoongi hyung —el menor no dejaba de soltar lagrimas mirándolo, hipaba sin poder decir una palabra correctamente y eso hacia que el corazón del azabache se encogiera.

—Calma, hyung ya esta aquí —susurro y en el momento que tomo su cabello para acariciarlo se percato de que estaba mojado—. ¿Me contaras que ha pasado? —el menor algo avergonzado le susurra al oído que esta desnudo, por lo que Yoongi toma del cajón un boxer para poder cubrir sus partes intimas estando más cómodo. Mientras Jimin se lo colocaba debajo de las sabanas, Yoongi aprovecho a desvestirse hasta quedar con su pijama que consistía en una gran camiseta y unos boxers negros.

Rápidamente el rubio se hizo a un lado dejando que el mayor se acueste a su lado tapándose, se miraron a los ojos por unos momentos, Yoongi acaricio los labios de su pareja, jugueteando con ellos antes de dejar un beso en su frente.

—¿Qué paso? —Jimin suspiro intentando dejar de llorar, aun con un puchero comenzó a contar su largo día.

—Tuve un día horrible. Me desperté a las seis para estudiar y solo dormí tres horas, llegue a la universidad y el profesor me regaño por haberme quedado medio dormido, le dije que no fue a propósito pero me llamo vago, ¡Vago! —escuchaba atentamente a todo lo que el menor decía, dejándolo descargarse—. Le dije que no era ningún vago pero me saco del salón, tuve que rogarle a alguien que me prestara sus apuntes porque pronto se acercan los exámenes pero nadie me hizo caso... Y como si fuera poco no tenia dinero para el almuerzo —suspiro pesado y continuo hablando.— L-luego fui a trabajar y también me regañaron por llegar tarde, intente dar lo mejor de mi pero había un cliente que por alguna razón me trataba mal, aun así lo aguante todo y espere al final del día.

Superado por la situación cubrió su cara con ambas manos para llorar, pero el mayor las tomo y dejo un pequeño beso en ambas.

—Pe-pero aun a-así... N-no me pagaron, sigo... S-sigo esperando el di-dinero hace mas de un mes —su voz se entrecortaba a cada palabra que decía, Yoongi acaricio sus manos haciéndole saber que estaba ahí para él—. Cuando Salí del t-trabajo... Comenzó a llover muy fuerte y n-no llegue a la parada del autobús... Entonces t-tuve que venir corriendo hasta-aquí, hyung... hyung tengo mucho frío y estoy muy cansado.

Yoongi decidió que era suficiente y abrazo al menor que temblaba en sus brazos mientras dejaba lagrimas en su cuello.

A decir verdad ninguno la tenia fácil, los dos estudiando en la universidad y con trabajos que consumían la mitad de su día, el trato que recibían tanto en su trabajo como en la universidad no era el mejor, ni se acercaba de serlo. El cansancio y el estrés se acumulaba y la vida decidió que por alguna razón, hoy no debía ser el día del rubio, lo que logro que el chico menos egoísta y el mas tolerante de todos explotara ante la mirada del amor de su vida, el único que estaba ahí para él y podía entenderlo.

—Bebé... Has tenido un día muy duro, lo lamento mucho. —susurro en su oído mientras sobaba su espalda.

No sabia como sentirse al respecto, pues normalmente era él quien llegaba estresado hasta la médula. En un día normal para ambos, Jimin que suele llegar antes, esperaba a su Hyung favorito con alguna comida caliente hecha, siempre dispuesto a escuchar todas sus quejas de trabajo, dándole ánimos y regalandole una hermosa sonrisa que le haría cambiar el humor.

Eso le hizo pensar que estaba siendo un mal novio, siempre hablando y nunca escuchando. Comenzó a sentirse mal por el menor, era obvio que también sufría de cansancio y estrés, pero siempre intentaba no hacerlo notar y poner una hermosa sonrisa frente suyo, sonrisa que podría estar ocultando unas gigantescas ganas de gritar y llorar de impotencia.

Acaricio su mejilla suavemente, pensando en cambiar un poco las cosas, pues debía cuidar correctamente del menor y no lo estaba haciendo.

¿Tan ciego fue como para no darse cuenta de que su pareja estaba sufriendo?

—Hyung... P-perdón, estoy siendo demasiado exagerado ¿Verdad? —rápidamente intento recomponerse—. No he preguntado sobre ti, s-soy un maldito egoísta... ¿C-como estuvo tu día?

Y ahí estaba, el Park Jimin que siempre pensaba en el otro antes de el mismo, el que no dudaría un segundo en ayudarte o escucharte si eso necesitabas, el que dejaría sus sentimientos de lado para no preocupar a los demás.

Sus ojos se cristalizaron cuando sintió que Jimin quería desplazar sus propios sentimientos para dar paso a los de él, no era justo, no era justo para ninguno de los dos.

El pequeño se sorprendió cuando vio a su novio derramar algunas lagrimas, pero antes de poder siquiera preguntar que pasaba, decidió hablar.

—Jimin, esta bien expresarte, llorar y quejarse, por favor deja de creer que eres egoísta, eres la persona menos egoísta en este mundo... Tú eres mi persona favorita, ¿si? Lo lamento, no he estado cuidando de ti correctamente, no he estado haciendo nada bien últimamente, pero prometo mejorar por ambos... A-así que no apartes tus sentimientos, si quieres gritarme hazlo, si no te sientes bien dilo, pero por favor nunca me ocultes algo, no intentes fingir frente a mí... No podre soportarlo si lo haces.

El menor lo miro y de repente se sintió muy tímido, ¿Cómo era posible tener un novio tan perfecto? Se sentía tan amado por él, estaba locamente enamorado y no podía entender sus palabras.

¿De verdad creía que no estaba cuidando correctamente de él?

Min Yoongi, el chico que con tan solo 21 años tomo responsabilidad de ambos al saber que sus familias no aceptarían su orientación sexual y mucho menos a su pareja.

El hombre que en un principio logro conseguir tres trabajos para poder mantenerlos y que así Jimin no deba cargar con tantas responsabilidades con 18 años recién cumplidos.

Y por supuesto el amor de su vida, el que siempre ayudo a Jimin con sus tareas, el que a pesar de estar ocupado casi la mayoría del día logra tiempo para componer canciones dedicadas a él...

—Te amo —dijo de repente—. Te amo tanto Min Yoongi, tú haces que yo pueda aguantar, de tan solo verte a los ojos siento que puedo seguir, no pienses que no haces nada por mi, porque tú siempre me has dado todo sin querer recibir nada a cambio. Gracias por llegar a mi vida.

Sus cálidas y sinceras palabras conmovieron a Yoongi, quien no tardo en apoderarse de los abultados labios de su novio en un beso que diría mas de mil palabras.

En medio de la noche, dos jóvenes experimentando el amor se miraban con un cariño indescriptible, intentándose dar calor mutuo con sus cuerpos, entrelazando sus piernas tímidamente, como si fuera la primera vez.

Límite [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora