Amor O despecho

Amor o despacho: hipnosis.

Alexis Burtrchag

Guardó todas mis pertenencias en mi maletín para después emprender camino hacia la salida de la empresa. Ya fuera de esta, en el estacionamiento, me adentré en mi automóvil Mercedes negro.

Después de unos 17 minutos, llegué a mi casa; un pequeño departamento en el centro de la ciudad de Los Ángeles con una excelente vista a la ciudad. Salí apresurada de mi auto para ir a asistir a mi novio enfermo. Al entrar en el edificio, el guardia me miró con nerviosismo. ¡Qué raro! No le presté atención, así que seguí con mi camino hasta la puerta de mi departamento, la cual abrí de repente y me encontré con la peor imagen de mi vida: mi novio y su mejor amiga besándose apasionadamente. El aire me faltaba y mi corazón palpitaba frenéticamente como si hubiera corrido un maratón, sin mencionar el dolor que sentía al ver cómo sus bocas se unían en un asqueroso beso lleno de deseo y pasión . Sin poder contenerme, mis lágrimas se hicieron presentes junto a un pequeño sollozo, que los desgraciados escucharon y se separaron para después mirarme. "Cariño, puedo explicarlo", dijo Edwin tratando de acercarse a mí. "¿Qué le vas a explicar, bebé? ¿Que solo estás con ella por el dinero de su papi?", soltó con malicia Nacy.

Mi corazón se desmoronó. El hombre que amo y que pensé que me amaba siempre estuvo conmigo por mi situación económica. Y lo peor de todo es que siempre me lo advirtieron, tanto mi madre como mi hermana y mis amigos. Nunca lo acepté ni les creí y ahora toda la mierda de la realidad me golpea rudamente sin compasión. ¿Por qué? Por ser ingenua, por tonta, por creer en que algún día mi príncipe azul aparecería y habría un final feliz... Estúpido e infantil. "No te quiero volver a ver en mi vida", hice todo el esfuerzo para no soltar más lágrimas ni mucho menos decir un "¿por qué?", ya sabía la respuesta. Él es una basura y ella una zorra.