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-Mis ojos se abren pesadamente unas millones de veces por segundos en el día, parpadeando singularmente mirando a la nada, solo la oscuridad de las celdas, que son como aquellas noches que solía admirar frente a los grandes ventanales de mi cómoda mansión.
La prisión es como el hogar más deseado por una persona como yo, no encontrarás mejores ni peores, las mismas mierdas estamos aquí. Soy un hijo de puta, no me arrepiento de nada, ni por nada, es sumamente divertido estar aquí adentro, es una loca fantasía que anhele cumplir.
Cuánta ingenuidad hay entre todos ustedes, ¿De verdad pensaban que me dejarían atrapa así de la nada?, Esos bastardos no lograron tenerme en años, ¿Y ahora sí? Oh Dios, lo patético que puede llegar a ser me llegan al corazón.
Los demás aquí me miran con repugnancia, sus mentes retorcidas no llegaron a ser nada comparado con la mía. Sus pecados quedarían perdonados frente a los míos.
Con solo 24 horas aquí logré cometer una de mis fantasías, mi compañero de celda entre mis manos, mis lazos, bajo mío, gimiendo, suplicando y rogando.

G O L D .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora